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Encarna Magaña se niega a recibir la comunión…

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11 de agosto de 1942. Ese caluroso día y a primeras horas de la mañana fueron ejecutadas en Almería ocho personas implicadas en lo que la represión franquista determinó como una conspiración antifranquista. Una amasada parodia de consejo de guerra acabó injustamente con la vida de estos almerienses acusados del «delito» de difundir el parte inglés. Un simple folleto que no contenía otra cosa que recoger copiadas a máquina las noticias emitidas por la emisora BBC de Londres. Hubo un centenar de detenidos en toda la provincia por repartir o divulgar el susodicho «parte inglés». Las ejecuciones tuvieron lugar en una de las tapias laterales del cementerio de San José de Almería.

Con estos asesinatos se cumplía sentencia de la causa instruida en 1941 contra Joaquín Villaespesa Quintana, Encarnación García Córdoba, Cristóbal Company García, Francisco García Luna, Antonio González Estrella, Juan Hernández Granados, Diego Molina Matarín y Francisco Martín Vázquez, considerados por las autoridades franquistas como autores de un delito de adhesión y auxilio a la rebelión e infracción a la Ley de Seguridad del Estado. Consideraron a las victimas como miembros de una organización clandestina de tipo marxista dedicada a la propaganda, agitación, acción y socorro rojo. El proceso se inició el 28 de abril de 1941 y se cerró el 11 de agosto con la masiva ejecución.

Además se dictaron cuatro sentencias de cadena perpetua y decenas de largas condenas a los 101 encausados siendo muy pocos los que lograron la absolución, entre ellos Miguel Castillo Socias aunque también vivió como el resto de sus compañeros la dureza del Ingenio, aquella vieja cárcel de Los Molinos donde eran encarcelados los «desafectos» al régimen.

El juicio celebrado en la Escuela de Artes y Oficios de Almería en el actual instituto Celia Viñas fue una burda pantomima. Las victimas condenadas a muerte no eran criminales, solo jóvenes luchadores antifascistas detenidos por distribuir clandestinamente los boletines informativos emitidos por la BBC inglesa. Estos boletines eran conocidos por su amplia difusión en España. Se limitaban a traducir, copiar y distribuir las informaciones que sobre la guerra mundial emitía la BBC de Londres y donde España en esos años apostaba por Alemania e Italia en la contienda.

Los ocho almerienses fueron acusados de intrigar y querer favorecer la victoria de Inglaterra y la URSS en la II Guerra Mundial, lo que podría llevar aparejado propiciar un cambio de régimen en España. Se les consideró «autores de un delito de adhesión a la rebelión, como parte de una organización clandestina de tipo marxista para la propaganda, la agitación, acción y el socorro rojo».

En el año 1941 la policía detuvo en la capital y provincia a más de un centenar de almerienses sospechosos de ser contrarios al régimen del general Franco, en plena fase represiva. Su paso por la cárcel del «Ingenio» fue un rosario de sufrimientos. Los hombres fueron aislados y apenas tenían contacto con el resto de los internos.

El juicio contra los procesados por el llamado caso del «Parte Inglés» tuvo extrañas connotaciones y dudosas garantías procesales. El periódico «Yugo» de Almería, jueves 14 de mayo de 1942, insertaba la orden de la plaza para el día 13 de mayo de1942: «El próximo día 18, a las nueve horas y en el Salón de Actos de la Escuela de Artes y Oficios de esta capital, se celebrará Consejo de Guerra de Plaza para ver y fallar la causa núm. 1319, tramitada por el procedimiento sumarísimo y ultimada en período plenario por el Alférez e Instructor don Ismael Gómez de las Nievas, contra los encartados siguientes: Joaquín Villaespesa Quintana y dieciocho más, por el delito de Adhesión a la Rebelión; Miguel X. X. y sesenta y seis más, por el de Auxilio a la Rebelión, y Vicente Martínez Alarcón y trece más por infracción de la Ley de Seguridad del Estado. Firmado: El Coronel Gobernador Militar, Ricardo Alonso Vega».

Entre las víctimas, una joven muchacha de 20 años, Encarnación Magaña Gómez quien a la larga sería la única mujer fusilada en Almería durante la posguerra. Durante su estancia en la cárcel de mujeres de Gachas Colorás, la joven demostró una gran entereza fue un ejemplo para el resto de las mujeres allí detenidas. A la jefa de la prisión Mercedes Campos le sobrevino un desfallecimiento y tuvo que ser sustituida por otra funcionaria en el momento de trasladar a la muchacha a la celda de aislamiento antes de entrar en capilla para su ejecución. Al filo de la madrugada llegó «La Leona» como era conocido el camión que transportaba a los presos para su fusilamiento.

Una vez en el cementerio, llegado el momento Encarna Magaña se niega a recibir la comunión igual que el resto de sus compañeros excepto Joaquín Villaespesa Quintana, estudiante de Medicina, que estuvo acompañado de Andrés Martínez, intimo amigo de bachiller y párroco de Sorbas. Cuando la joven llegó a las tapias del cementerio para ser ejecutada fue besando uno por uno a sus compañeros. Mostró su orgullo sin lágrimas en los ojos. Se alineó junto a ellos y sus ultimas palabras fueron» ¡Tirad al corazón! ¡Matadme!

Un piquete de veinte hombres al mando de un oficial. Suenan las descargas y los ocho cuerpos caen fulminados al suelo. Los cadáveres fueron echados en una fosa común y se les enterró. Solo el cadáver de Villaespesa fue exhumado de la fosa común y enterrado en el panteón familiar. Los familiares de las restantes victimas no pudieron velarlos en la intimidad.

fusilada

Publicado en ELALMERIA.ES| 5.07.2010 .

3 Comentarios

  1. Recientemente la IEA ha pcibluado que China ha superado a USA como el mayor consumidor de energia del mundo. Crece el consumo de petroleo al 6% anual. Realmente algo hay que hacer, el mundo necesita soluciones.

  2. encarna magaña alapont

    soy la sobrina de ENCARNA..llevo años intentando recuperar sus restos sin ningún exito….
    nadie en Almeria lo hace desde ninguna Asociación para la memoria histórica ?
    UN SALUDO

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