Hoy es un día de color verde. Es verde porque hoy relucen bajo los tricornios los mejores trajes verdes de la Guardia Civil. Florecen sus verdes camisas bajo cientos de altares de nuestros pueblos. Verde como los tallos y hojas de las flores que hoy adornan sigilosas las misas en honor a la Virgen del Pilar. Verde como las banderas de Andalucía que no se enarbolarán en honor a la patria. Pero no nos confundamos, la ausencia de verde también es presencia. El vacío en sí mismo forma parte de la memoria. ¿De la memoria? Sí, digo de la memoria, porque el verde siempre nos lleva a ella.
Hacer memoria es humanizar el tiempo, como cuando hacemos Historia. Así, hoy doce de octubre es el día de muchas cosas. Día de Fiesta Nacional, para algunos. Día de la Patria, para otros. Día Nacional de España, para muchos. Fiesta de la Hispanidad para tantos otros que se sienten orgullosos al exaltar y conmemorar el “descubrimiento” de América por los Reyes Católicos. Aunque los cañones de Cristóbal Colón arrasaran con las sociedades más avanzadas de los aborígenes americanos. Aunque el genocidio continuara al propiciar el comercio de seres humanos llevando a millones de africanos desde su tierra de origen al nuevo continente, como mano de obra barata y esclava. Pero afortunadamente hoy es también para muchos otros –entre los que me incluyo- un día para hacer memoria, sin caer en la autocompasión, sin que la frustración nos haga cerrar los ojos y olvidarnos del pasado.
Verdaderamente no sé si hoy celebramos un día de alegría o de tristeza. No sé exactamente qué es lo que tenemos que celebrar. Me pregunto qué es la patria en un país que de mirarse al espejo no sabría reconocerse. Ni mucho menos identificarse como democrático y avanzado, dos adjetivos usados con cierta ligereza en nuestra Constitución. Qué es la patria en un país que no sabe honrar a sus muertos, a sus verdaderos patriotas. Como ciudadanos qué vínculos afectivos y humanos nos pueden unir a un país que se jacta de una celebración arcaica, rancia y de desfile militar.
Lo cierto es que mientras esta festividad se hace con el día, los otros, los que como diría Brassens nos quedamos en la cama porque la música militar nunca nos supo levantar, atravesamos el trance entre la utopía y la realidad. No satisfechos con lo que se presenta ante nuestros ojos, el sueño nos desvela el camino a seguir pero al mismo tiempo nos trae a la memoria a quienes se los llevó precisamente ella, la patria. A los muertos y fusilados en nombre de la patria. A las heridas abiertas y no cerradas. A Lorca. A los cientos y cientos de fusilados en las tapias de los cementerios, de los que cierto algún que otro gobierno municipal ha retirado sus placas conmemorativas. Y cómo no, a Blas Infante.
Qué clase de patria es la que asesina a sus hombres de luz y que tras treinta y dos años de democracia y de Estado Constitucional no se digna a anular la sentencia por la que se condena a muerte a Blas Infante cuatro años después de su muerte. Sentencia que deviene ilegítima desde la promulgación de la Ley de Memoria Histórica de 2007, que derogaría expresamente la ley de 1939 por la que fue dictada.
La Memoria lo dice todo: no tenemos nada que celebrar en el día de hoy. Nada de lo que alegrarnos.
Y si el verde nos abre la puerta de la memoria. También nos puede abrir la del futuro. Sin embargo, mientras sigamos invocando genocidios. Mientras sigamos asesinando verdades. Mientras sigan nuestros muertos tirados en las cunetas del olvido. Mientras el Estado de Derecho nacido de 1978 no tenga el valor de restablecer la Justicia y la Memoria. Mientras todo esto ocurra, seguiremos siendo lo que hasta ahora hemos sido. Un país de fisuras, insensato, descompuesto y rancio. Una patria incierta. Sin memoria.
Excelente articulo ana
Un país de necios que no saben ni lo que quieren…
Un país de insensatos que les dá igual no dejarles un futuro a sus hijos, de autómatas teledirigidos, que lo único que piensan es en lo que tiene el vecino y en princesas caraduras del pueblo…
Un país de estúpidos, querida Ana, con la venda de pan y circo y la baba cayéndoseles por las comisuras…
Quizá es hora de releer «la conjura de los necios» de J. Kennedy Toole… Lo malo…es que desgraciadamente, en este mundo ya no existen ni genios… ni héroes, los hemos asesinado a todos…
Muchas gracias, Javier. Es un placer estar de acuerdo contigo. Felicita a tu madre de mi parte, con un poco de retraso. Tienes suerte de poder celebrar algo bonito en un 12 de octubre. Que siga siendo un día muy especial para ti y los tuyos. Salud
Enhorabuena Ana, estoy totalmente de acuerdo contigo aunque mi madre se llamaba Pilar y hoy es un día especial para mi