¡A las barricadas¡

Las medidas que ayer anunció Rajoy son un billete directo hacia la catástrofe social. Nadie respalda estas propuestas, ni siquiera la base social de la derecha. Todas las evidencias las contradicen. El gobierno del PP actúa como un boxeador sonado que responde mal y torpemente a los golpes que recibe en la dirección opuesta de donde vienen. Los golpes proceden del los mercados especulativos el gobierno golpea a los mineros. Los golpe provienen de los conservadores europeos, el gobierno golpea a los funcionarios públicos. Los golpes llegan desde la banca, el gobierno golpea a los parados y a los desahuciados. La presión viene de arriba, el gobierno la multiplica hacia los de abajo.
Una economía como la española en la que infelizmente casi todo se basa en el consumo (más del 35% del PIB) los recortes aprobados, un día y otro, son un suicidio colectivo. Ningún plan de transición, ningún horizonte de cambio de modelo, ningún programa de reparto de las cargas; solo la presta obediencia hacia la voracidad insaciable de los mercados especulativos. El resultado será, más pronto que tarde, la asfixia de las clases trabajadoras y de los jóvenes y el empobrecimiento acelerado de gran parte de la clase media. Subirá la mortalidad (en Portugal ha crecido un 20% de un año para otro), el desempleo en Andalucía llegará al 40% antes del otoño ¿De qué vivirán las miles de familias amenazadas de desahucio, con todos sus miembros en paro y a los que se les elimina las ayudas, los servicios sociales y se les suben los impuestos?
Cuando más necesario era el Estado para defendernos de las turbulencias del mercado, el gobierno opta por desangrar al sector público para salvar los despilfarros de la banca. El desmontaje del Estado del bienestar y de la misma democracia (por muy imperfectos que ambos fueran) está en marcha a una velocidad de crucero que ni los más agoreros pudimos imaginar. Por el contrario la resistencia social es lenta, débil y dispersa. La izquierda mayoritaria ha dimitido de la labores de oposición. La triste figura de Rubalcaba en el debate del congreso indica que el PSOE está herido de muerte sino acaba ya con los restos del felipismo.
Inmersos en una recesión europea dentro de otra recesión mundial en ciernes; ya no hay tiempo para las tibiezas. Es el tiempo de cambios profundos, a mucho nos gustaría pensar que revolucionarios, que sirvan para diseñar una transición justa hacia otro modelo productivo y social. Pero esos cambios comienzan con organizar , aquí y ahora, la resistencia a la barbarie neoliberal. Al gobierno de izquierda andaluz, al que sele está acabando el crédito , parece contagiado del estado catatónico de Rubalcaba. Es hora que Griñan y Valderas coloquen ya la barricada en Despeñaperros y pasen a la ofensiva. Si el Estado se retira la sociedad tiene el deber y la necesidad de reconstruir una nueva institucionalidad, sostenible, democrática y socialmente justa. Toda voz, todo acto, todo gesto de resistecia debe ser bienvenido.¡A las barricadas¡