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¿A qué jugamos?

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Jesus N.No solo es importante decir la verdad y demostrarlo, también es importante como y en que orden se cuentan las cosas. Posiblemente el orden no sea la mayor virtud de este blog. El libro y documental “La doctrina del shock” es un buen ejemplo de todo esto. En el documental se muestra como las impopulares ideas del economista Milton Friedman se fueron imponiendo aprovechando estados de “shock” psicosociales, tales como guerras o desastres naturales. No dudo que esto haya ocurrido así, pero pongo en duda que una idea o teoría económica, incluso aunque presentase grandes evidencias científicas a su favor, lo que parece no ser el caso, pueda ser el motor de los cambios. Yo soy materialista y como tal considero que la infraestructura, el modo de producción, condiciona las ideas y la cultura. Nuestra forma de producir nos ha hecho consumidores y el mundo que hemos conocido entre los años 1.981 y 2.009, ese “muro de los petrodólares” que algunos llaman consenso de Washington, tuvo que buscar sus ideas, su justificación cultural, pero es esencialmente una construcción política.
Imaginemos que estamos en la antigüedad y que vivimos en Atenas criando ovejas. Nos va bien y nos gustaría comprar un caballo pero son caros. Un día aparece un comerciante de Esparta y nos ofrece un caballo por cinco ovejas ¡no podemos perder esta oportunidad! Así era el comercio en la antigüedad. Con el tiempo aparecieron los bancos y ya no fue necesario entregar las cinco ovejas, podíamos entregar tres y devolver después otras dos al banco (quien dice ovejas dice dinero, claro). Consideremos ahora el conjunto de bienes intercambiados por Atenas y Esparta, deben ser ambos de valor equivalente, si no es así Atenas está contrayendo una deuda con Esparta, o quizás le pida prestado a Rodas ¡A Esparta y Rodas no les hacía gracia dar crédito a esos vagos atenienses que holgazaneaban dedicados al teatro y la filosofía! La primera característica del mundo que tomo forma en 1.981 es la perdida del miedo a la deuda, pero hay muchas más. Todos esos intercambios comerciales se reflejan en la llamada Balanza de Pagos. Está es la de España en 2.009

La balanza comercial es la diferencia entre importaciones y exportaciones, en España tiene un amplio saldo negativo. Eso se compensa un poco con los servicios que en España tienen saldo positivo gracias al turismo, la industria nacional. Junto con las rentas y transferencias forman la balanza corriente que de forma simplificada diremos que se compensa con la balanza financiera, lo que nos prestan Rodas y Esparta. Hasta aquí nada nuevo, de acuerdo, esto ya lo habíamos comentado en otros posts y ahora lo vemos más formalmente. El resto de divisiones no nos interesan demasiado salvo las Rentas, es una partida de suficiente entidad para anular el saldo positivo del turismo. Ese saldo negativo es el resultado de restar a las rentas que regresan a España de nuestras inversiones en el extranjero las rentas que salen fuera del país como resultado de inversiones extranjeras en España. Han invertido mucho, y se llevan sus rentas.
Ahora vamos a ver la Balanza de Pagos de Estados Unidos antes de la quiebra del sistema de Bretton Woods y después de la misma. Aquí tenéis la serie completa entre 1.960 y 2.010, yo me centrare solo en dos años y en los datos que me interesan.

año 1.960 2.008
     
comercial 4.892 -830.109
servicios -1.385 131.770
rentas 3.379 147.089
financiera – 1.805 292.076
derivados -32.947
errores y omisiones -1.019 -59.443

Como ya habíamos explicado anteriormente durante el desarrollo de la guerra de Vietnam, en la que participo entre 1.965 y 1.973, Estados Unidos registra su primer déficit comercial, hecho que coincide con el pico de producción de los campos petrolíferos de Texas que a partir de 1.972 comenzó a declinar.

Los problemas y los déficits se acumulaban y por último en 1.973 la OPEP decide dejar de exportar petróleo a Estados Unidos y Europa Occidental. De está forma se explica la nueva cultura de perdida de miedo a la deuda y los pactos establecidos con Arabia Saudí en 1.974 para garantizar el suministro de petróleo y su conversión exclusiva en petrodólares, lo cual tiene su reflejo en las balanzas comercial y financiera. Pero ¿Qué pasa con las rentas? recordemos que son rendimientos de capital obtenido por inversiones en el extranjero. Durante la época de Bretton Woods el capital estaba “enjaulado” dentro de los países por medio de férreos controles de capital que Estados Unidos es el primero en comenzar a eliminar en 1.974, que “casualidad”. Es evidente que la nueva estrategia consistía en extender el poder del dinero allí donde las armas habían fracasado, como en Vietnam. Este dinero se utilizaría en primer lugar para asegurar los suministros de materias primas y por otro lado las rentas obtenidas compensarían el déficit comercial. Una estrategia estupenda, vivir de las rentas. Y “casualmente” allí estaban las excéntricas e ignoradas ideas de Milton Friedman para dar el toque de barniz “científico” al muro de los petrodólares. Keynes era un firme y radical defensor de los controles de capital puesto que consideraba que el ahorro de una sociedad se debía de reinvertir en ella pero con la libre circulación de capitales se ponían las bases para acabar con el bienestar de la clase trabajadora, que había alcanzado suficiente entidad para que algunos hablasen de clase “media”. Esas rentas revertirían en su gran mayoría sobre los ricos.
El déficit comercial sostenido durante cuarenta años ha ido alimentando la deuda y por tanto a los bancos, y la eliminación de los controles dio vía libre a los “capitales flotantes” que con el tiempo se han dedicado cada vez en mayor medida a la especulación. Hoy en día el 94% de las transacciones financieras que se realizan en el mundo tienen un fin especulativo. De esta forma se entiende y se explica lo que conocemos como la pirámide de la liquidez.

Actualmente el tamaño de esa pirámide es de doce veces el PIB mundial. Una pirámide que se cae a pedazos y que mantienen apuntalada los gobiernos mientras los inversores tratan de sacar algo de valor a todo ese humo cambiándolo por oro o por tierras cultivables. La parte más ancha de dicha pirámide son los derivados, el producto más críptico e inescrutable. Y tiene que ser así porque detrás de estos nuevos productos sofisticados se esconde un concepto muy antiguo y simple, el apalancamiento ¿De que otra forma se puede explicar está gráfica?

¿Conocéis algún producto cuyo volumen de mercado sea inferior al mercado de seguros que asegura ese producto? Como recordaréis los CDS son un seguro contra el impago crediticio con la particularidad de que el seguro lo puede contratar cualquiera, aunque no sea dueño del título de deuda. Es como si asegurar tu casa fuese más caro que la casa en si. Hablando de casas, es famosa la frase de Angela Merkel sobre los CDS “quien compra un seguro para la casa de su vecino tiene un gran interés en que la casa se incendie, e incluso le prende fuego”
La especulación, ya sea con CDS o en cualquier otro producto no es más que una apropiación de la renta de los consumidores, que deben pagar más por el producto, y de los productores, que tendrán que ajustar sus márgenes. Especular con trigo o con otro producto significa comprar no para utilizar el producto haciendo pan, sino para venderlo cuando el precio suba. El problema es que el tamaño de los capitales flotantes es muy superior al de todo lo producido en el mundo durante un año, doce veces más, con lo cual las posibilidades para alterar los precios artificialmente se multiplican.
Los “capitales flotantes” surgieron como una pata más de un proyecto cuyo objetivo último era mantener la hegemonía global de Estados Unidos, sin embargo las rentas obtenidas no son tan cuantiosas como para compensar el déficit comercial. Algo falló por el camino, no se contaba con el funcionamiento de la libre empresa. Esos “capitales flotantes”, las escasas ocasiones que no se dedican a la especulación buscan invertir donde los costes laborales sean muy bajos, como en China. Esto ha hecho perder poder adquisitivo a los trabajadores de los países que quieren competir, como Alemania.

Como se ve en la imagen los salarios en Alemania están congelados, no así los precios que han subido un 20% en diez años. Gracias a la burbuja inmobiliaria en España se consigue un “pirrico” aumento de 8 euros anuales pero a partir de 2.009 el salario real empieza a disminuir como consecuencia de la crisis y seguirá ajustándose debido al alto nivel de desempleo.
Otro componente de los costes laborales son las aportaciones que hace el empresario al sistema de seguridad social. Si nos fijamos en como ha evolucionado el tipo impositivo en los países de la OCDE entre los años 2.000 y 2.009 se aprecia también una ligera tendencia a la baja, 17 de los veintisiete países que tienen este tipo de imposición bajan el impuesto y 6 lo suben. El resultado final, si bien es difícil de estimar ya que en algunos casos hay varios tramos es una bajada media de 2 puntos.
Otro proceso  que se debería desarrollar según la lógica de la libre empresa es que esos “capitales flotantes” busquen lugares con bajos impuestos. Fijémonos ahora en la evolución del tipo impuesto a los beneficios empresariales en los países de la OCDE entre los años 2.000 y 2.010. En está ocasión inserto la tabla para que podáis captar el desplome sufrido en tan solo diez años.

Año 2.000 2.010 diferencia
       
Australia 34,0 30,00 4
Austria 34,0 25,00 9
Belgium 40,2 33,99 6,21
Canada 42,4 29,36 13,07
Chile 15,0 17,00 -2
Czech Republic 31,0 19,00 12
Denmark 32,0 25,00 7
Estonia 26,0 21,00 5
Finland 29,0 26,00 3
France 37,8 34,43 3,33
Germany 52,0 30,18 21,86
Greece 40,0 24,00 16
Hungary 18,0 19,00 -1
Iceland 30,0 18,00 12
Ireland 24,0 12,50 11,5
Israel 36,0 25,00 11
Italy 37,0 27,50 9,5
Japan 40,9 39,54 1,33
Korea 30,8 24,20 6,6
Luxembourg 37,5 28,59 8,86
Mexico 35,0 30,00 5
Netherlands 35,0 25,50 9,5
New Zealand 33,0 30,00 3
Norway 28,0 28,00 0
Poland 30,0 19,00 11
Portugal 35,2 26,50 8,7
Slovak Republic 29,0 19,00 10
Slovenia 25,0 20,00 5
Spain 35,0 30,00 5
Sweden 28,0 26,30 1,7
Switzerland 24,9 21,17 3,75
Turkey 33,0 20,00 13
United Kingdom 30,0 28,00 2
United States 39,3 39,21 0,13
       
Media     6,94

Este desplome es coherente con las medidas que últimamente encuentran tanto predicamento entre la clase política, reducir los impuestos a los empresarios para atraer capital. En definitiva, enriquecerse a costa de empobrecer al vecino, una política con escaso recorrido ya que el vecino más pronto que tarde también bajará los impuestos. Esa es la espiral descendente en la que nos encontramos en estos momentos y que en Europa lidera Irlanda.
Los bajos impuestos y la movilidad de capitales también son usados por la libre empresa como medio de elusión fiscal. No hay que confundir elusión, que básicamente consiste en no pagar impuestos y que es perfectamente legal, con la evasión. La evasión hoy en día no tiene mucho sentido salvo que estemos hablando de actividades ilícitas o bien actividades que no se puedan deslocalizar como por ejemplo la construcción ¿En que consiste la elusión fiscal? En abrir una sociedad intermediaria en un paraíso fiscal. Imaginemos que nos dedicamos a producir zapatos y decidimos llevarnos la producción a China. El coste de producción del zapato son 10 euros y lo vendo en España a 100 euros, si vendo 100.000 zapatos obtendré 9 millones de euros de benéfico de los que tendré que dar al estado español 2,7 millones de euros en concepto de impuesto. Si por el contrario los vendo a una sociedad intermedia en un paraíso fiscal por ejemplo a 90 euros y desde allí los vendo a España obtendré solo 1 millón de euros de beneficio y pagaré solo 300.000 euros de impuestos. Siendo un poco hábil se pueden llegar a dar perdidas en los países con altos impuestos lo que podré utilizar para pedir subvenciones, hacer un ERE, o bajar los salarios a los empleados.

El funcionamiento de los paraísos fiscales no sería posible si no se diesen al mismo tiempo las condiciones de libertad de movimiento de capitales y desequilibrios en la cuenta corriente de la balanza de pagos dado que estos territorios en su función de intermediarios del comercio mundial acumulan enormes superavits en la misma.
Esta subasta global en la que se puja por menores salarios e impuestos transfiere la renta desde las clases “medias” occidentales hacía los países en desarrollo y las élites de súper-ricos. Continúa siendo objeto de discusión si algo del crecimiento económico de los últimos treinta años ha llegado a las clases trabajadoras occidentales pero es un hecho probado que gran parte de él lo ha acaparado el 1% más rico.

La “coincidencia” en los patrones observados en la distribución de la riqueza en los años anteriores a la Gran Depresión y la reciente crisis “subprime” ha llamado la atención de los economistas que han encontrado una correlación entre la desigualdad y el final de los periodos de crecimiento. Si bien correlación no implica causalidad este periodo del “muro de los petrodólares” que se afianzo de forma definitiva en 1.981 se ha caracterizado por la creciente inestabilidad financiera y las continuas crisis:
Israel (1.983): una burbuja especulativa promovida por los bancos sobre sus propias acciones en la bolsa y que concluye con la quiebra y nacionalización de los mismos y devaluación de la moneda.
Cooperativas de ahorro y crédito en Estados unidos (1.985 – 1.990): una pequeña burbuja inmobiliaria causo la quiebra de 747 cooperativas, con un coste estimado de 160 mil millones de USD.
Las décadas perdidas de Japón (1.991 – actualidad): dos burbujas épicas, en la bolsa y en el mercado inmobiliario, retroalimentándose mutuamente, dejan a la economía nipona con encefalograma plano hasta el presente ¿nuestro futuro?
Finlandia (1.991 – 1.994): una pequeña burbuja inmobiliaria solventada con apenas 8.400 millones de dólares y devaluación.
Suecia (1.991 – 1.995): una burbuja inmobiliaria y devaluación.
México (1.995): una crisis de deuda soberana, aceptada en dólares por conveniencia, con devaluación y contagio al sector financiero.
Tigres Asiáticos (1.997): la crisis donde se comienzan a ver las costuras al sistema. Una inmensa cantidad de “capitales flotantes” fluía año tras año a los países del sudeste asiático. Todos esos países acumulaban importantes déficits en la cuenta corriente, incluso con balanzas comerciales favorables, debido al servicio dedicado a la deuda externa (recordad, las rentas). Se estaban alimentando burbujas en la bolsa y en el mercado inmobiliario. La consiguiente estampida de los “capitales flotantes”, a velocidad pasmosa, tumbo las monedas que perdieron entre el 40 y 80% de su valor. Inmediatamente se exigió la actuación del policía de la deuda (el FMI) ya que gran parte de ella estaba contraída en dólares. Ocho años después de la crisis la renta per capita en Tailandia, Indonesia y Malasia no había recuperado su nivel pre-crisis. Corea del Sur, Laos y Filipinas también entraron en una fuerte recesión. Cayeron gobiernos y se considera que para Indonesia tuvo un impacto similar al de la Gran Depresión para Estados Unidos. Millones de personas cayeron por debajo del umbral de la pobreza.
Rusia (1.998): una crisis de deuda soberana agravada por un coletazo de la crisis asiática que termina en devaluación, impago interno y reestructuración de deuda externa. Pese a provocar en un primer momento escasez de comida y productos básicos la recuperación fue rápida.
Argentina (1.999 – 2.002): una crisis de deuda y cambiaría agravada por la desconfianza de la población en la moneda tras una hiperinflación previa, que termina en devaluación e impago externo.
Crisis de las punto-com (2.001): una burbuja en la bolsa norteamericana.
La finanzoglobalización, consenso de Washington o “muro de petrodólares” es un invento ad hoc con el único fin de mantener una estructura de poder. Esta no es una historia de buenos y malos, donde los malos son Estados Unidos y sus fieles vasallos ingleses y japoneses y los buenos son los europeos y las naciones en desarrollo. Está es un historia como la de Roma, la España del renacimiento o el imperio británico, una historia de poder. Como cualquier ser humano el poder puede ser benigno cuando se encuentra seguro de si mismo y agresivo cuando arrecian las dudas sobre su competencia.
La balanza de pagos, que según Milton Friedman carecía de importancia, debe de permanecer equilibrada en el medio y largo plazo, puesto que todo desequilibrio implica deuda, y su acumulación nos conduce a la crisis y finalmente al impago, ya sea de forma directa o mediante devaluación. El libre movimiento de capitales que en principio fue pensado para compensar el déficit comercial, ha conducido a una inestabilidad creciente conforme los “capitales flotantes” crecían y a cada coletazo financiero le seguía un coletazo cambiario como consecuencia del des-orden monetario internacional. Esto ha propiciado una subasta global por rebajar salarios e impuestos y la acumulación de fortunas inmensas que son insostenibles puesto que la desigualdad hace que colapse la demanda.
Este sistema ha llegado a su límite y se empieza a desmantelar disimuladamente, fuera del foco de atención de la opinión pública. Las tensiones cambiarias que en anteriores crisis han sacudido la periferia del sistema se encuentran por fin concentradas sobre el corazón del mismo, en el dólar y el euro. Estamos en un “momento Sputnik” y el resultado de la crisis cambiaria en el corazón del sistema puede acortar o dilatar los cambios necesarios.

Publicado en : http://laproadelargo.blogspot.com/

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