Pablo León. El Pais.15/10/2011.Joven, estudiante o activo y que reside en municipios de menos de 10.000 habitantes. Ese es el prototipo de ciclista en España. Aunque hay 34 millones de personas que saben pedalear, solo un 7,4% usa la bicicleta a diario o casi a diario; ese grupo tiene un nivel de estudios medios o universitarios. Como la sociedad a la que representa, la movilidad también exuda la lacra del sexismo y la bici es cosas de hombres. Un 70% de las personas que la usan a menudo pertenecen al género masculino y un 86,1% de los que no saben pedalear son mujeres. Esas son algunas de las conclusiones del Barómetro de la Bicicleta 2011 que se publicó la semana pasada. Dime quien eres y te diré cómo y cuánto pedaleas.
Un 73,3% de los españoles tiene una bici en casa. Menudo país concienciado, pensarán algunos. Cuando descubres que ocho de cada diez la usa para hacer deporte, la cosa cambia. Solo 3 millones de ciudadanos se montan en la bici cotidianamente. No está mal teniendo en cuenta la falta de costumbre endémica. De hecho ese era uno de los objetivos de la campaña un millón de ciclistas más en 2015 (¿lo hemos conseguido ya?). Los que no lo hacen es porque no tienen bici, la tienen estropeada o carecen de tiempo.
Como la gente la usa en clave deportiva, el modelo de montaña domina (con un 68,2 %); las de ciudad y de paseo crecen hasta pasar el 25%. Tranquilos, las fixies siguen siendo minoritarias y no han entrado en la encuesta. Y eso que en la última semana 9,5 millones de españoles han dedicado un rato de su vida a pedalear. Los biciclistas registrarían su bici en un registro si su Ayuntamiento lo ofreciera y más de la mitad estaría dispuesto a pagar por tener un seguro que les cubriera la asistencia en carretera y el robo. Normal, a un 17% de ellos le han robado la bici alguna vez (pertenezco a este grupo). A muchas personas la bicicleta les parece peligrosa. Una idea bastante alejada de la realidad: un 79% de los ciclistas nunca ha tenido un accidente. Y los que ha habido han sido, en su mayoría, leves. Los hombres jóvenes, por su mayor frecuencia de uso y por la manera de conducir, son los que más encontronazos sufren. El miedo a ser atropellado, el exceso de tráfico y la falta de espacio es lo que más disipa las ganas de montarse en el sillín.
La bicicleta está relacionada con la movilidad para casi la mitad de los entrevistados y las aceras son un terreno vedado a las dos ruedas. Entre 2008 y 2011, el número de ciclistas que circula por las calzadas, siempre o casi siempre, ha aumentado casi un 5% (del 30,9 al 35,5). Por otro lado, la mayoría de las personas rechaza que peatones y velocípedos compartan espacio. A pesar de ello, un 63,8% considera que las bicis son respetuosas con los peatones. A los conductores les encuentran agresivos con las bicis un 50,9 % de los cuestionados. Así, solo tres de cada diez considera que cuando un coche le adelanta reduce la velocidad. Los mismos que opinan que en esos adelantamientos, el vehículo a motor respeta la distancia de seguridad de metro y medio que por ley debería mantener.
Es un hecho preocupante pero poca gente (6,4%) reconoce que las normas no están adaptadas para la bici. Eso no es óbice para que nueve de cada diez ciclistas asegure respetarlas (¡!). Solo un 4,8% forma parte de una asociación pro bici aunque casi la totalidad de los entrevistados considera oportuno que las administraciones públicas fomenten el uso de la bicicleta. Una de las medidas más requerida es la ampliación (o implantación) de aparcamientos de bicicletas (76% los estima necesarios). A falta de ellos, los ciclistas la aparcan en su garaje (50%), en el desván o en la terraza. En el cuestionario no se incluía una cuestión dedicada a las discusiones con familia, comunidad de vecinos o compañeros de piso sobre el lugar en el que se debe dejar la bicicleta. Sería interesante saberlo.
El barómetro se lleva realizando desde 2008 y parece una radiografía fidedigna del ciclismo en España. Sus conclusiones, un interesante análisis sobre los mecanismos para fomentar la cultura de la bici en ciudades. Ahora solo falta que alguien lo tenga en cuenta