1. El PP ha ganado las elecciones, el resto han perdido.

José Antonio Pino

Breves reflexiones sobre el resultado electoral del 26 de junio.

1. El PP ha ganado las elecciones, el resto ha perdido.
2. Unidos Podemos ha perdido porque no ha quedado segundo.
3. El millón cien mil votos que ha perdido la coalición es la clave de las elecciones.
4. Hay que analizar la composición y los motivos de ese millón y pico de votos que se han perdido. Se necesita un estudio postelectoral sociológico previo.
5. Comenzar la campaña con todas las encuestas prediciendo el sorpasso, ha desenfocado la campaña. Y ha permitido que la polarización jugara a favor del PP y en contra de Unidos Podemos por falta de confianza. No es lo mismo votar como voto de castigo que para gobernar.
6. Algunas hipótesis:

1. Se han abstenido más de votantes de Podemos que de IU. Entre otras cosas por las cifras cuantitativas de Podemos y de IU en el 20D.

No creo que sean ciertas las conclusiones de que anteriores electores de IU sean los que masivamente han desertado de   votar a la coalición. Si esto fuera así, como parece en Asturias. No tendría que pasar lo mismo en Baleares y Canarias, con porcentajes de perdida, iguales o peores.

2. Algunos han podido volver al PSOE, por las maneras de Iglesias en el desarrollo de la investidura. Otros, los de IU, que han decidido no votar o votar al PSOE , y que han considerado que el acuerdo humillaba a IU y que los cambios de estrategia  de Iglesias con sus declaraciones “ socialdemócratas”  les han molestado profundamente.

3. La mayoría de la gente que no ha votado a Unidos Podemos y si lo hizo en Diciembre a Podemos, no lo ha hecho porque le ha faltado confianza.No es lo mismo votar para dar un zamarreón al establismen, para castigar al PSOE por su actitud complaciente con el estatus quo, que votar para que Pablo Iglesias fuera Presidente.

4. La estrategia del PP, de todo lo que no sea votar al PP es votar   a “extremistas radicales”, ha tenido éxito.

Ante la duda de si Unidos Podemos estaba capacitada para gobernar, muchas personas no han vuelto a votar al PSOE, se han quedado en sus casas.

Es precisamente este segmento, junto al de las personas que están en el umbral de la pobreza, a los que la crisis los ha dejado en el limite de la supervivencia a los que hay que convencer de que si se puede gobernar de otra manera. A esa gente de barrios marginales o con muchas dificultades no hemos podido llegar.

Convencer de que se pueden cumplir las promesas electorales. Confianza en saber gestionar la situación económica, territorial. El miedo ha tenido su efecto.

1. La cuestión catalana ha tenido su efecto también en la abstención de decenas de miles en muchas comunidades menos Catalunya y Euskadi.
2. En el acervo cultural de una parte de la izquierda, la cuestión de la unidad de España sigue siendo un tema tabú. La propuesta de Unidos Podemos para resolver la “cuestión catalana” de celebrar un Referéndum ( aunque pidan el voto para que se siga formando parte de España) , ahora con posibilidad de ser presidente del gobierno Iglesias, ha retraído a otro sector de población. El brexit no ha ayudado precisamente.

7. Hipótesis de gobierno

 

Tanto ciudadanos como PSOE van a permitir que gobierne Rajoy, absteniéndose en la investidura  a cambio de algunas modificaciones en algunas leyes y algunas medidas sobre empleo.

8. ¿Qué hacer?

No romper la coalición de ninguna manera. Al contrario, fortalecer los núcleos organizativos, convertirlos en estables.

Los resultados de los partidos que conforman la coalición por separado hubieran sido peores. Mucho peores.

Consolidar el grupo parlamentario, con propuestas útiles y demostrar capacidad de negociación, adquirir experiencia, foguear a otros líderes y lideresas.

Y la calle.

La oposición a un gobierno del PP, también hay que hacerla en la calle y eso el PSOE no lo va a hacer.

Con la fuerza de los votos y de la gente combativa que ha votado a Unidos Podemos se puede conseguir un nivel de movilización política organizada que con la visibilidad de los liderazgos se pueda conseguir convencer a muchos de que el cambio a una España plural se puede hacer con capacidad, sensatez, decencia  y pensando en la gran mayoría de la gente.

 

Hay que ser optimista. Tenemos mucho que ganar.