Más de quinientos desahucios diarios, miles de personas en la calle, millones amenazadas a por una guadaña que hace que hace que la gente se arroje por una ventana o se cuelgue de una soga; es el genocidio financiero. Nadie que tenga sangre en las venas y sentimientos puede permanecer impávido o neutral ante este drama social. La vivienda no puede ser un bien mercantil como tampoco lo debe ser la educación, la sanidad o la renta de subsistencia. Esto se ha olvidado en el estado español. Los gobiernos, los empresarios, los banqueros y muchos ciudadanos, demasiados, emborrachados en la orgia del ladrillo y la especulación han ignorado este derecho sistemáticamente.
En el 2005, año de comienzo de la crisis, España gastaba en vivienda social unos 39 euros por habitante, la media de la UE era de 115,9. Es decir la media de los países de la Unión europea gastaba un 147% más en vivienda social que España. Reino Unido, el conservador y liberal Reino Unido, gastaba 26 veces más en vivienda social que España. Estas escandalosas diferencias se ven también reflejadas en el total del gasto social español que es un 147% inferior a la media de la UE. L a función en la que España se distancia más de la media europea en gasto social, es en las políticas de vivienda, el verdadero agujero negro de la desigualdad y la pobreza en España. Por el contrario el gasto en desempleo es la única función del gasto social donde España está por encima de la media de la UE. Son dos caras de un misma moneda: un modelo de desarrollo vasado en la especulación urbanística.
En el año 2008 los presupuestos generales proyectaron un inversión de 1378 millones de euros en vivienda (acceso a la vivienda y fomento de la edificación). En el ejercicio fiscal del mismo año, el Estado dejo de recaudar 4.222 millones de euros como resultado de las deducciones al IRPF previstas por inversión en vivienda habitual. Con el dinero que no se recaudo por exenciones fiscales se podría haber multiplico por tres el gasto social en vivienda. Todas las políticas públicas de suelo, vivienda , urbanizadoras, fiscales ha estado dirigidas al fomento de las viviendas de renta libre y en detrimento de VPO, viviendas sociales o alquileres. Ya entre 1981 y 1991 el parque de vivienda secundaria, de renta libre, se incrementó en un 43 %.
Las clases dirigentes españolas han hecho del derecho a la vivienda su fuente principal de negocio. No pueden dar marcha atrás porque su apalancamiento con la especulación urbanística es tan grande que sería una suicido económico. Por eso prefieren que los suicidios sea físicos antes que entrar en barrena contable; algo en lo que, más tarde o más temprano, acabaran cayendo. No miran nada, están dispuestos a saquera al Estado y a desahuciar a las gentes contar de mantener unos falsos activos que momentáneamente le salven de la quiebra.
Los gobiernos, el bipartidismo, han sido sus más leales colaboradores. PP y PSOE han servido con entusiasmo esta irracional política económica basada en el ladrillo y el crédito temerario. Millones de ciudadanos han disfrutado durante años de esta ilusión envenenada. Ahora el despertar es duro y lo están pagando los que menos responsabilidades tienen. Debemos arrancar el derecho a la vivienda de las garras de los mercaderes. Necesitamos una nueva institucionalidad política desintoxicada del ladrillo y la especulación. Ellos, almas de cemento y cerebro de caja registradora, con sus trajes negros están a punto de cometer en los próximos días un acto criminal final votando en el congreso contra la ILP de la PAH .El día 16 de febrero hay convocadas manifestaciones contra este genocidio, vayamos, inundemos las calles.Ellos están en las últimas , están débiles ; es la hora de la fuerza, de la unidad y de la victoria contra tanta sin razón y tanta mala leche.