Francisco Garrido.21/10/2011.
Van cayendo todos, las revoluciones democráticas árabes siguen su curso y los dictadores, en muchos casos títeres de occidente como ya lo era Gadafi; huyen, son encarcelados o asesinados. El viento de libertad que recorre el mundo islámico no se detiene y más pronto que tarde Assa o las dinastías saudí o alauita caerán.
Pero esto no ha hecho sino comenzar pues el verdadero demonio familiar del mundo árabe; el fundamentalismo islamista, todavía no ha caído. Vemos como en Egipto los corruptos militares se alían con los fascistas Hermanos Musulmanes y provocan “guerras de religión” con los coptos para mayor beneficio de los barbudos de mirada enloquecida. En Marruecos el rey nombra a los ulemas y Justicia y Caridad cuenta con la tolerancia vigilada del sátrapa. El islamismo es el último refugio de los liberticidas y a ese baluarte van a agarrarse con toda la fuerza y la violencia de la que son capaces, que es mucha. Sadam Hussein se convirtió en islamista en los últimos años, igual le ocurrido con Gadafi o le está pasando a Assa en Siria; todos ellos recurrieron al islamismo para salvar sus dictaduras.
La “madre de todas las batallas” de la democracia árabe se librará, se está librando ya, contra el islamismo fundamentalista. El poder de los fundamentalistas se asienta en la dictadura y la dominación de género y en una peligrosa superstición denominada teología política islámica. (un conjunto de leyendas, fantasiosamente extravagantes, y de supercherías hermenéutica del Corá). Con esos mimbres ideológicos han levantado una quincalla política centrada en la explotación y dominación de la mujer, en la negación de los derechos y las libertades y el oscurantismo. Unidos por su odio a la libertad y a la ciencia cada día se parecen más a sus hermanos cristianos del Tea Party, del Opus Dei o de la Mayoría Moral.
Sin separación entre religión y Estado, sin una cuota mínima de laicismo0; la democracia no triunfara en el mundo árabe. Sin destronar a Alá de los palacios de los poderosos no habrá libertad. Cuando digo Alá no me refiero al “ser omnipotente creador del cielo y de la tierra, puesto que tal ser no existe. Ni me refiero al “amigo invisible” que muchas personas guardan en su corazón para ayudarles ante la incertidumbre de la vida. Yo respto todas los juegos y fantasías privadas. Ni tampoco al ídolo que preside los rituales colectivos de la fiesta y el duelo, respeto todas las fiestas que me respetan. No, estoy hablando de un “fantasma político” que utilizan los poderosos parar legitimar su poder, para autorizar la explotación , para secuestrar la libertad, para prohibir la democracia, par excluir, dominar, explotar y asesinar a las mujeres. Es a ese “fantasma político” al que los árabes deben destronar y enterrar cuanto antes mejor si quieren que la “primavera árabe” llege al verano y siga el curso natural de la democracia.
«Vale más, cuando amanece el día, el eructo de un borracho que el rezo de un hipócrita» Omar Jaiam
¡Qué bien se nos da barrer casas ajenas! Ya sabemos que es lo mejor para los vascos y, de paso, para más de mil millones de musulmanes. ¿Y Andalucía? ¿Existe aún? ¿O tan sólo es un tablao flamenco para recreo de los señoritos españoles en sus vacaciones de verano? Siempre habíamos creído aquello de que la «caridad», bien entendida, empezaba por uno mismo; pero por estos lares da igual que andemos con tasa de paro tercermundistas («idiosincrasia popular»), que la emigración nos desangre («tradición viajera»), que seamos en suma los parias de Europa en todos los órdenes («cultura autóctona»),
Comparto tu análisis, Paco, y lo hago extensivo a las causas que provocaron, hace ahora un milenio, nuestra decadencia como Civilización. La filosofía, el amor por el conocimiento y la ciencia, pasaron a considerarse como algo herético, provocando nuestra postración y ruina. El gran sevillano universal -maestro de Marx,reconocido po él- Ibn Jaldún llegaría a decir que en el solar que viera nacer a grandes maestros de la Humanidad, la única educación que se llegó a impartir socialmente eran la memorización del Corán cual papagayos, sencillas reglas de aritmética y saber rimar en versos chuscos. Con este bagaje estaba claro que fue imposible resistir a la Europa de las «cruzadas», la cual ya había procurado plagiarnos, con los «traductores» de Toledo y farsantes que robaron nuestros descubrimientos científicos, Sí, los cerriles alfaquíes fundamentalistas nos han hecho más daño en nuestra Historia que todos los enemigos que nos han venido a machacar. Sin que sirva de disculpa que, desde el zote e iletrado «san» Carlos el magno hasta Isabel «la guarra» de Castilla -sin olvidar gran número de austrias y borbones- se caracterizaran por un fanatismo brutal y genocida.
Pero hemos de insistir, querido compañero, las mayores carnicerías que se han ejecutado, en toda la Historia de la Humanidad, no se han perpetrado en nombre de integrismos religiosos (salvo el español en la península y América) sino por estados que se presumáin herederos del «materialismo científico» o de la ilustración alemana. Dos guerras mundiales, el estalinismo soviético, el imperio nazi alemán, el maoísmo chino: verdaderas industrias de aniquilar seres humanos masivamente, por el «método sardina» en gigantescas fosas comunes o campos de concentración, por el frío del Gulag, por hambrunas planificadas, para hacer desaparecer millones de sers humanos, incluso en tiempo de «paz».
Cuando las tinieblas del oscurantismo, de la podredumbre de la decadencia, acechan, el recurso al «enemigo exterior» -el hereje, el extranjero o el moro, da igual- puede servir para volver «prietas las filas», de los que carezcan de Memoria. Mas hay algo que jamás podrán arrebatarnos a los andaluces. Supimos crear un en la tierra nuestro paraíso de vergeles, jardines, almunias, de una sexualidad sin asquerosos «complejos de culpa», gozosa y libre. No necesitamos propagandistas ni alcahuetes para saberlo. Nos basta con pasear por los Reales Alcázares, por el bosquecillo del Avellano a los pies de la Alhambra, por el Alcazar califal de Córdoba junto al Río Grande, Uadi al-Quivir «de arenas nobles, ya que no doradas».
¡Qué importa ya todo ello! Nuestros enemigos seculares nacionalcatolicistas nos han inoculado las semillas de cizaña, de la autodestrucción. No necesitamos a nadie para albrarnos nuestra promia miseria. Hasta el más lerdo sabe que el enemigo de mi enemigo es coyunturalmente mi amigo, excepto el paria andaluz medio.
Mas aunque nos hayan enseñado a odiar nuestra Cultura milenaria, nuestra Identidad andalusí, nuestro habla, nuestra forma de sentir, de amar. Decidme ¿por qué llegan a mi alma los ecos de los procaces versos de Wallada, la fragancia de los arrayanes, el vino dulce que se destila de los muslos de la amada cuando llega la Aurora…?
http://www.youtube.com/watch?v=qhS5EUz4-kM&feature=results_video&playnext=1&list=PLC2147A53FDBDF31F
http://www.youtube.com/watch?v=4NhW_6O71D4&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=gHwuamoFC-U&feature=related