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2024. EL CONTEXTO GLOBAL (1)

Rafa Rodríguez

Está finalizando el año y es oportuno echar una mirada sobre los contextos en este mundo intensamente interconectado.

Durante el año 2024 se ha agudizado la crisis de la globalización en sus factores claves: cambio climático, guerras y desigualdad, al mismo tiempo que se ha producido un avance, cuantitativo y cualitativo, de las fuerzas antidemocráticas impulsada por un sector importante de las oligarquías económicas, que acentúa el desgobierno global.

 

A) Durante 2024 se ha agudizado la crisis de la globalización

La crisis de la globalización es la crisis del capitalismo, cuyos líderes carecen de un proyecto viable para poner en marcha un nuevo ciclo de acumulación en entornos democráticos que garanticen unas bases suficientes de igualdad, con una gobernanza mundial capaz de lograr la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener unos niveles de vida aceptables para el conjunto de la población del planeta.

La falta de perspectiva para poner en marcha un nuevo ciclo de acumulación alternativo al que caracterizó a la globalización se proyecta en una triple dinámica:

a) La tendencia decreciente generalizada de tasa neta de ganancia disponible (el beneficio)[1]

b) La agudización de la competencia intracapitalista con el ascenso de las grandes compañías tecnológicas que están logrando acaparar la distribución global de los excedentes de explotación

c) La desestructuración del sistema – mundo de la globalización, con la pérdida de posiciones de poder de EE.UU. que está reaccionando con posiciones defensivas y aislacionistas, mientras que se generalizan los conflictos armados y se socaba la ya escasa funcionalidad de NN.UU. y su agenda 2030.

B) La singularidad de esta crisis de acumulación capitalista[2]

Cada etapa en el capitalismo se define por la estrategia global hegemónica para la reproducción y acumulación[3] del capital, que a su vez implica una determinada tensión entre capitalismo y democracia. Veamos un pequeño esquema de esta evolución.

Tras la crisis del modelo de acumulación del capitalismo liberal (desde los inicios a 1914) se produjo la gran crisis del capitalismo (1914 y 1950) con el crack del 29, el estallido de dos guerras mundiales, el ascenso de los fascismos y las revoluciones socialistas entre.

La lucha de los sectores excluidos del derecho al sufragio (trabajadores, mujeres y grupos sociales racializados), la victoria sobre el fascismo y las revoluciones socialistas, lograron un equilibrio de fuerzas entre capitalismo y democracia en los países occidentales y el triunfo de los movimientos descolonizadores en el sur global. Es la etapa de capitalismo keynesiano entre 1950 y 1971, tras finalización de la II Guerra Mundial, la plasmación de los acuerdos de Bretton Wood, la creación de las NN.UU. y el triunfo de la revolución china.

Tras el desmantelamiento del sistema de Bretton Wood (1971), comienza la etapa de la globalización neoliberal hasta la crisis del 2008. Durante la globalización las oligarquías económicas compartieron un proyecto político que las cohesionó con “el surgimiento de una clase capitalista transnacional»[4], que concentró un enorme poder económico y socavó los marcos sociales y reguladores, rompiendo el equilibrio de fuerzas entre capitalismo y democracia.

Desde el 2008 hasta la actualidad vivimos un nuevo periodo de crisis, prolongada y profunda, en el que las oligarquías tecnocráticas están percibiendo la democracia como un obstáculo para la libre circulación de capitales y la maximización de los beneficios, optando por apoyar a líderes y partidos neofascistas y a regímenes autoritarios. Esta crisis tiene una singularidad que la diferencia de las demás: la crisis ecológica tiene una naturaleza objetiva.

Actualmente, la clásica tensión entre capitalismo y democracia se reformula con nuevas claves. Tradicionalmente, la crítica a la compatibilidad entre el capitalismo y el sistema político democrático provenía principalmente desde el lado de la democracia, argumentando que las desigualdades inherentes al funcionamiento del capitalismo contradicen los principios de igualdad y justicia social propios de un sistema democrático[5].

Hoy, se ha generalizado la comprensión de que la democracia no es solo distribución del poder a través del derecho al sufragio universal. Es la plasmación de los derechos sociales para un entorno de igualdad y de seguridad, pero también es liderar una alternativa constructiva a la crisis ecológica y climática que no deje a nadie atrás con una gobernanza global efectiva. Por eso, democracia, justicia social y federalismo constituyen los elementos básicos para hacer viable el futuro de la humanidad, frente al negacionismo, la desigualdad, la crisis climática y las guerras que se retroalimentan en una espiral de destrucción social, política y ecológica.

NOTAS

[1] 4. LOS PROBLEMAS DE LA TASA DE GANANCIA EN LA CRISIS DE LA GLOBALIZACIÓN – Paralelo 36 Andalucia

[2] 3. CAMBIOS EN LA TASA DE GANANCIA – Paralelo 36 Andalucia

[3] “La acumulación, es decir, la formación de capital adicional, y todo capital adicional pone en movimiento trabajo adicional y produce plusvalía adicional”. El Capital. Carlos Marx. Libro III. Capítulo 13.

[4] Robinson, W. I. Una teoría sobre el capitalismo global: producción, clase y Estado en un mundo transnacional. Siglo XXI Editores. 2013.

[5] Joan Subirats. Al nuevo capitalismo le molesta cada vez más la democracia. El País. 03/12/2024.

 

(*) La imagen representa una obra de la artista Martha Rosler

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