Portada / Democracia / 2024. EL CONTEXTO GLOBAL (2): crisis ecológica, aumento de las guerras, desigualdad y neofascismo

2024. EL CONTEXTO GLOBAL (2): crisis ecológica, aumento de las guerras, desigualdad y neofascismo

Rafa Rodríguez

A)   La crisis ecológica como factor X de la crisis de la globalización

Los patrones de producción, distribución y consumo actuales, heredados del tipo de industrialización de alto impacto ambiental, basado en los combustibles fósiles y el consumo incontrolado de recursos no renovables, son la prueba más evidente de la inviabilidad del actual sistema capitalista globalizado.

El cambio climático, el agotamiento de este modelo energético, la degradación de los recursos, el aumento de la desigualdad y las tensiones geoestratégicas que todo esto produce, son los componentes básicos de la actual crisis estructural y objetiva del capitalismo que pone en peligro el futuro de la humanidad.

La crisis ecológica es el factor X de la crisis de la globalización. Avanzamos hacia un clima desconocido que se está manifestando en la elevación de las temperaturas, desastres climáticos, pérdida de biodiversidad (actualmente un millón de especies corren peligro de extinguirse), subida del nivel del mar, acidificación de los océanos, escasez de agua, erosión del suelo agrícola, desertización, incendios devastadores, disminución de la capacidad de producir alimentos, pérdida de hielo en los polos, etc.

El aumento de las temperaturas por encima de 1,5º urge a abandonar la economía de los combustibles fósiles, lo que está dejando obsoleta gran parte de la base manufacturera y modificando la composición de las estructuras de poder. Se necesita una cantidad ingente de inversión para su reconversión en el sector privado, al mismo tiempo que los Estados necesitan incrementar sus ingresos para hacer frente a la desigualdad creciente y a los efectos del cambio climático.

B) El fracaso de la cumbre del clima de Azerbaiyán

La acción de NN.UU. es la columna vertebral de la lucha contra la crisis climática. El fracaso de la COP29 es una prueba de las dificultades del capitalismo para hacer frente a la crisis de la globalización en entornos democráticos con una gobernanza multilateral.

La cumbre de Bakú, celebrada en un Estado petrolero y en la que sobrevolaba la vuelta de Trump que ya había abandonado el Acuerdo de París en su anterior mandato, estuvo centrada en el aporte de financiación de los países más ricos, por su responsabilidad histórica en las emisiones, a los países pobres, que sufren en mayor medida las consecuencias de la degradación climática. Pero a pesar de la aceleración de la crisis climática durante 2024, se ha resuelto con un acuerdo precario.

Se ha pactado que los países en desarrollo reciban 300.000 millones de dólares provenientes de las naciones más ricas hasta 2035 para adaptarse a los estragos climáticos y reducir sus emisiones, pero ni la cantidad ni la naturaleza de estos fondos, que no garantizan que sean públicos para dar más seguridad y no generar deuda, han satisfechos a los países del sur.

Además, no se ha llegado a un acuerdo sobre el fin de los combustibles fósiles, principales responsables de la contaminación que origina el calentamiento del clima. Los países menos desarrollados pedían precisamente financiación para poder reducir el uso de petróleo, gas y carbón, pero la alianza entre la nueva oligarquía tecnocrática y los Estados petroleros ha conseguido aplazar cualquier compromiso y se ha dejado para tratarlo el año que viene en la Cumbre de la ciudad amazónica de Belém do Pará (Brasil), aunque el compromiso de Dubái para la presentación de planes climáticos nacionales tiene como fecha límite febrero de 2025. La presión que sobre todo ha ejercido la Unión Europea para que hubiera un acuerdo sobre el fin de los combustibles fósiles no ha sido suficiente.

C) El aumento de las guerras

El mundo durante 2024 ha padecido el mayor número de guerras desde la II guerra mundial. Según el último Índice de Paz Global (GPI) actualmente hay 56 conflictos armados con 92 países involucrados más allá de sus fronteras.

Asistimos horrorizados al aumento exponencial de guerras de exterminios y a una involución en el camino del desarme nuclear, al mismo tiempo que los avances tecnológicos se han convertido en un factor de confrontación en el ciberespacio. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con armamento nuclear (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos) siguen ampliando y modernizando sus arsenales nucleares y están elevando la importancia de estas armas en sus estrategias militares.

La larga guerra de Ucrania, en la que miles de personas están muriendo, ha resucitado además el fantasma de una guerra nuclear. El genocidio de Israel sobre Gaza, ha causado más de 45.000 muertes. Esta cifra es solo la punta del iceberg que no incluye a los desaparecidos. La agresión israelí ha dejado 2 millones de desplazados, 100.000 casas destruidas y más de 120.000 heridos.

En otras guerras que apenas tienen resonancia en los medios de comunicación, como en Sudán, Libia, Yemen, República Democrática del Congo o Etiopía, pero en donde se está también exterminando a la población.

El derrumbe del régimen sirio ha puesto fin a más de 13 años de guerra civil, a medio siglo de dictadura de la dinastía al-Assad, desde que Hafez al-Assad se convirtió en presidente en 1971, y a la presidencia de Bashar Al Asad después de 24 años. La coalición de grupos islamistas encabezados por Hayat Tahrir al Sham (Organismo de Liberación del Levante), liderada por Abu Mohamed al Jolani, ha logrado conquistar Damasco en un tiempo récord, aprovechando la debilidad de los aliados que han apoyado al régimen de al-Assad.

D) Desigualdad

Oxfam denunció en su último informe que el 1% de la población se ha apropiado de dos tercios de la riqueza creada en el mundo desde 2020. Esta forma de desigualdad y de hiperconcentración de la propiedad ya no es una mera cuestión de política económica o social. Es la expresión de una cuestión geo-social en la que se dirime la suerte del planeta entero.

La desigualdad, en todas sus proyecciones, es causa del deterioro ambiental y de la crisis climática, originadas por la acción depredadora de las oligarquías económicas sobre el territorio.

La militarización también provoca un deterioro en los indicadores de desigualdad porque desvía el gasto productivo y social en la compra de armas y en la inversión militar.

Por eso la lucha por la igualdad, la sostenibilidad y la paz son la misma causa.

E) Neofascismo: la oligarquía y la extrema derecha

El poder económico de las oligarquías en sus distintas escalas proyecta su influencia a través de las grandes empresas, los medios de comunicación tradicionales, las redes sociales, las iglesias, el poder judicial, los centros de enseñanza privados y los diversos cuerpos del Estado, para condicionar a la opinión pública y apoyar a los partidos de la derecha y la extrema derecha que defienden de forma explícita o implícita sus intereses de clase.

Vemos con extrema preocupación la victoria de Trump en EE.UU. y la irrupción en la política de la oligarquía tecnocrática representada por Musk, el hombre más rico del mundo, que controla X, los coches autónomos, los satélites o los viajes al espacio, y la dinámica de derechización extrema en Israel, Argentina, Ecuador o El Salvador.

El crecimiento de la ultraderecha, significa el crecimiento de políticos y partidos defensores de la profundización de las desigualdades sociales, que luchan por poder expresar abiertamente posiciones racistas, misóginas y xenófobas. Esta ultraderecha defiende abiertamente el capitalismo más salvaje y niega que exista el cambio climático para que los grandes empresarios ecocidas puedan seguir quemando combustibles fósiles y destruyendo bosques y selvas.

A pesar del ascenso de los partidos contra la democracia, partidos y coaliciones de izquierda y progresistas han ganado este año en México, Uruguay o Senegal.

(*) La imagen representa una obra de la artista Martha Rosler

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *