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La urgente necesidad de la confluencia en Andalucía

La urgente necesidad de la confluencia en Andalucía.

 

Las repercusiones y consecuencias de la aplicación de políticas austericidas y recortes en los derechos sociales y servicios públicos que ha impuesto el PP a partir de la crisis económica provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, ha provocado un aumento de la precariedad del empleo y una disminución de los servicios públicos que son, precisamente, los utilizados por las personas con menor capacidad adquisitiva y que menos pueden adaptarse a una situación de incertidumbre y de depauperación.

 

Las personas que luchamos y nos organizamos en los colectivos que trabajan para superar esa situación de aumento de la desigualdad tenemos la obligación de buscar formulas organizativas y electorales que faciliten una acumulación de fuerzas con un objetivo claro: DESALOJAR, DEMOCRATICAMENTE, AL PP DEL PODER. En todas las administraciones en las que ostentan el gobierno, ya sea el gobierno central, en los ayuntamientos o en las diputaciones.

 

En Andalucía, desgraciadamente, al contrario que en otras comunidades, no se pudo, prácticamente en ninguna localidad enhebrar una candidatura común de las fuerzas y colectivos que propiciaban el cambio y poder plantearse una alternativa con capacidad y posibilidades de gobernar.

 

Porque desalojar al PP del gobierno de las instituciones es la más urgente necesidad que tenemos la gente demócrata para conseguir que las políticas públicas puedan ser diseñadas y aplicadas para la inmensa mayoría. Y esa necesidad nos obliga a ser inteligentes, humildes y organizados.

 

Cierto es que para presentar candidaturas pueden, simplemente, ponerse de acuerdo los/as dirigentes de Podemos e Izquierda Unida y presentar candidaturas electorales en la mayoría de las poblaciones andaluzas. Sin embargo, la propia situación política de Andalucía, con un PSOE retardatario, enclavado en las premisas ideológicas más de derechas del propio PSOE estatal, nos condiciona a intentar ser más ambiciosos para sacar un buen resultado electoral. Hay que intentar gobernar en las ciudades y en los pueblos. Y para ello no basta un acuerdo cupular entre Teresa Rodríguez y Antonio Maillo, sobre todo si queremos tener la posibilidad de ser primera fuerza política en muchas poblaciones.

 

En esa necesaria confluencia tenemos la obligación de pedirles que participen a las personas que quieren una sociedad más justa, más equitativa, más cercana a la ciudadanía, y más honrada para conformar gobiernos que sean capaces de luchar contra la corrupción, que sean eficaces en la administración de los bienes públicos y en implementar medidas que garanticen que ninguna persona se quede sin tener los servicios básicos sin cubrir. Para ello hace falta la implicación de una parte importante de la sociedad civil organizada, asociaciones de derechos humanos, sindicatos, asociaciones culturales, ecologistas, y de defensa de derechos sociales como las mareas verde y blanca.

 

Entendemos que tanto Podemos como IU tienen la prerrogativa de iniciar el proceso por cuanto su representatividad política así lo aconseja, no obstante, ese proceso debe desarrollarse con unas reglas de juego claras, que permitan la absoluta limpieza democrática en todos los procesos electivos de personas y de aprobación de medidas programáticas. Esa transparencia y rigor de las reglas de juego es imprescindible.

 

Y por ello, en los procesos electivos de personas a representar a la candidatura que se  acuerde, debe regir un modelo de votación que recoja toda la pluralidad, ya sea el método Dowdall u otro que recoja lo más fielmente posible la intención de la ciudadanía que se compromete con su voto a luchar por el cambio político.

 

Un acuerdo cupular de Podemos e IU en Andalucía, con un reparto de puestos en las listas y un programa marco electoral redactado y aprobado exclusivamente por los órganos de dirección de dichas organizaciones, motivaría un desencanto generalizado en decenas de miles de personas implicadas personalmente, al mismo tiempo que obligaría a otras organizaciones políticas andaluzas a fomentar candidaturas alternativas en los municipios en los que tuvieran influencia.

 

Afortunadamente, en el aspecto programático de la deseada confluencia parece más fácil de lograr, por cuanto ya llevamos años de debate ciudadano para recoger con amplitud muchas de las medidas que, tanto los denominados “Ayuntamientos del cambio” de ciudades como Madrid, Barcelona, Cádiz, A Coruña, Ferrol, Zaragoza, como otras poblaciones, están poniendo en marcha  implementando medidas favorables a la defensa de los servicios públicos en gobiernos municipales de coalición: honradez, transparencia, defensa y avance en la prestación de los servicios públicos, compromiso de derogar la ley de estabilidad presupuestaria que ahoga a los ayuntamientos, etc.

 

 

Pedimos con esta carta pública el inicio de un debate en las organizaciones sociales y políticas para poder afrontar las próximas elecciones municipales en Andalucía con garantías de poder gobernar en la mayoría de ciudades y pueblos.

 

 

Iniciativa del Pueblo Andaluz

En Andalucía, mayo de 2018.

 

 

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