Mario Ortega. Por fin el TSJA ha paralizado las obras del trasvase del río Castril. Hay mucho daño hecho. ¿Es reparable? No a corto plazo. Pero las responsabilidades políticas están ahí. Junta, Gobierno y alcaldías han actuado por pasiva y activa favoreciendo e imponiendo acuaciones contrarias a la ley y, desde el punto de vista socioeconómico y ambiental, absolutamente irracionales.
El trasvase del río Castril responde a una lógica aplastante. La Lógica del expolio de los recursos naturales de unas zonas, de las obras costosas y del máximo beneficio a corto plazo, para alimentar un modelo económico destructivo en otras. Contraviene todos los preceptos basados en la nueva cultura del agua: racionalización del consumo, gestión de la demanda, ciclo integral del agua, comarcalización de la gestión de los recursos hídricos, eliminación de los procesos productivos contaminantes de los acuíferos.
Hay una propuesta alternativa al trasvase, se observa en la imagen, se trata de coger el agua de la cabecera del embalse del Negratín. Se alega que en el Negratín el agua está contaminada con agroquímicos. Pero entonces, en lugar de invertir en el trasvase debería invertirse en la reconversión de la cuenca del río Castril a la agricultura y la ganadería ecológica (esto induciría una actividad económica con gran valor añadido y mucho futuro). No obstante hay prevista una depuradora junto al cerro de Jabalcón, lo que da que pensar que al final confluirá la tubería del Portillo con la del Negratín en ese punto.
Entonces ¿por qué este trasvase? ¿Por qué una tubería de 60 cm de diámetro en la que cabe el río? ¿Por qué este destrozo de paisaje agrícola? ¿Por qué este destrozo de la biodiversidad? ¿Porqué esta acometida contra la economía de los pueblos de la cuenca del Castril, turismo agricultura, ganadería, industria agroalimentaria local?
1. Se trata de una infraestructura en la que se elimina la percepción del agua robada al río. Una vez instalada ninguna persona y ningún agente social podrá saber qué caudal se está extrayendo.
2. La altura de la boca del Portillo, donde se conectaría la tubería es suficiente para permitir que el agua llegue al Javalcón, e incluso a Baza, sin necesidad de impulsión mecánica. Pero esto también podría solucionarse en el trasvase alternativo desde el Negratín (por cierto mucho más corto) con energías renovables, eólica y solar fotovoltaica, (de nuevo una técnica con futuro y sostenible).
3. Los ayuntamientos quieren seguir financiándose del urbanismo, y sin agua no se pueden plantear PGOUs con crecimientos del 30 al 40% en viviendas y población.
4. La tubería que conecta la cuenca del Almanzora con el levante estará a un paso de la terminal del trasvase del río Castril. ¿Quién garantiza, dada la política de la Agencia Andaluza del Agua, que parte del caudal no vaya en un futuro a alimentar el modelo de turismo insostenible y nuevas urbanizaciones en el litoral?
5. ¿Qué empresa gestionará el agua de alta calidad del Castril? ¿Será aguas del Almanzora?
Baza y las poblaciones del entorno deben invertir en gestión de la demanda, eficiencia de regadíos, control de las extracciones ilegales y de la sobreexplotación del acuífero, depuración y potabilización, y generar empleo en esos sectores. Estas son políticas que miran lejos.
Lo peor es que hace más de cinco años se aprobó el trasvase sobre la base de una declaración de emergencia por falta de agua para consumo humano en Baza, ¿dónde está la emergencia? Esta declaración permite saltarse etapas capitales en un sistema democrático: declaraciones de impacto económico y ambiental, exposición pública y plazo de alegaciones, procedimientos normales de expropiación, contratación de obras por los procedimientos mas trasparentes de la legislación de contratos. En definitiva debate y participación ciudadana en un tema tan trascendente.