Recuerdo hace unos años cuando la UNESCO decidió apoyar la candidatura de la Patum de Berga como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, despreciando al Flamenco. Aquella votación fue tan dolorosa como clandestina. Los representantes españoles que apostaron por la candidatura catalana eran los Ministros andaluces y Diputados por Córdoba, Miguel Ángel Moratinos y Carmen Calvo. Nadie supo nada. A diferencia del bombo y platillo con el que la Junta de Andalucía ha acompañado el último intento, aquella vez los medios de comunicación callaron el camino recorrido y la trascendencia de la derrota. ¿Por qué?
Tuvo que ver y mucho que la candidatura del Flamenco fuera presentada en el Parlamento de Andalucía y defendida en el Congreso por los andalucistas. La iniciativa nació entre Marrakesh y Chiclana de la Frontera, a consecuencia de un encuentro de mis amigos Carlos Cana, Antonio Chaves y Manuel Ruiz Romero con Juan Goytisolo. Desde el comienzo hasta el final fue apoyada por el Centro de Estudios Históricos de Andalucía, y terminó en la UNESCO de la mano de otros gobiernos. En aquellas fechas se decidía el futuro del Estatut, al que se había comprometido el Presidente del Gobierno, y que contemplaba en su articulado la existencia de una delegación catalana en la UNESCO. También entonces se tramitaba el nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía, carente de una cláusula similar, y utilizado por el gobierno socialista como sostén del Estado, asignándole el suelo autonómico de las históricas y el techo de las demás. Recordemos que Andalucía es la única comunidad que alcanzó por sí misma la máxima categoría competencial concedida directamente a Cataluña, País Vasco y Galicia.
La excusa que utilizó el gobierno para justificar la derrota fue que el Flamenco no corría riesgo de extinción. Era mentira. A pesar de la soledad institucional, promovimos de nuevo la candidatura desde el Ateneo Popular de Almodóvar del Río y la Federación Ateneos de Andalucía. Yo mismo envié la solicitud a la UNESCO. A las pocas semanas la Junta de Andalucía abanderó de nuevo la candidatura. Casual y acertadamente. Hoy es de forma oficial lo que siempre ha sido: Patrimonio de la Humanidad, aunque lo disfruten sólo unos pocos. El 1 de marzo, en un acto presidido por el Consejero de Cultura y la directora del Instituto Cervantes con motivo de la renovación del Acuerdo para la Divulgación del Flamenco, tres miembros de la Consejería expulsaron a la Presidenta de la Asociación de Artistas Flamencos, Asunción Demartos, argumentando que era “una fiesta privada en su casa” por lo que “ella no debería de estar allí”. Su pecado: cuestionar desde la libertad y sus razones la actuación de la Agencia Andaluza para la Promoción del Flamenco. Para no sufrir otro atentado contra sus derechos constitucionales, el viernes se manifestaron en la calle, tan pública como las dependencias del Palacio de San Telmo. Hace una semana lo hizo la Orquesta Joven de Andalucía frente al Parlamento. Y ambos claman por lo mismo: más cultura, menos corrupción. Traducido al flamenco: más ele, menos ere.
4.- Una definición bastante concreta y al mismo tiempo suficientemente amplia la ha presentado el Ministro de Justicia italiano en la Reunión de Ministros de Justicia en una Conferencia Anti-Corrupción en Valetta de 1997: “La Corrupción es el comportamiento de personas que tienen tareas privadas o públicas por cumplir, y que violan sus obligaciones para obtener ventajas no justificadas de cualquier índole”.
12.- La corrupción es, en síntesis, una transacción clandestina [Claeys y Frognier, 1995], salvo allí donde por ser ya sistemática, disfruta de un status casi oficial, de un “acuerdo” no escrito pero conocido y aceptado por todos.
32.- pero, es preciso tener en claro que -salvo en algunas excepciones- a toda corrupción política va vinculada una corrupción económica y que toda corrupción pública va aparejada con una corrupción privada. No hay economía sana donde hay corrupción política, así como no hay política sana allí donde campea la corrupción económica.
MANUAL LIGERO PARA ENTENDER Y LUCHAR CONTRA LA CORRUPCIÓN
Textos recopilados por: Santiago JM Del Pozo Donoso