Daniel Raventós . |
Sabido es que, en el Reino de España, el impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF) grava muy principalmente (falta alrededor de un 10% para poder decir “exclusivamente”) a las personas que cobran un salario. Sabido es también que la gran parte de los empresarios que declaran IRPF acostumbran a ganar, de darles crédito, muy poco, tan poco que son una mayoría de mileuristas. Sabido es, sí. Y unos datos del IRPF muy recientemente conocidos añaden más luz si cabe. La Agencia Tributaria española ha hecho públicas a principios de julio algunas estadísticas sobre la declaración del año 2009, el último disponible, del IRPF. En estas estadísticas se ofrecen unos datos que son verdaderamente pendencieros. Las personas que declaran más de 601.000 euros en el año 2009 son exactamente 6.829. Esta cifra representa el 0’035% de todas las declaraciones (19.315.353). También resulta chocante constatar que solamente dos años antes, en el 2007, eran 10.580 las liquidaciones que declaraban unos ingresos brutos superiores a 600.000 euros. Solamente un desinformado o un interesado puede conjeturar que este descenso es debido a la crisis [1]. Si esta cifra es ridículamente baja, también lo es el número de liquidaciones del IRPF del tramo inmediatamente inferior, el que está comprendido entre 150.000 y 600.000 euros. Exactamente, según la Agencia Tributaria, se trata de 78.338, es decir, el 0,41% del total. Entre ambos tramos, suman 85.167 declarantes. Cualquier persona razonable tiene la sensación que hay muchas más personas de 6.829 que deben declarar en su IRPF más de 601.000 euros. Como también hay muchas más personas que deben declarar entre 150.000 y 600.000 euros. Más allá de las sensaciones, que no son en general de recibo si no van acompañadas de algo más sólido, se disponen de datos interesantes. Existen cifras precisamente para el mismo año 2009 que no se condicen en absoluto con las estadísticas mencionadas de la Agencia Tributaria. Conocido es que Merrill Lynch y Capgemini realizan informes anuales sobre el estado en el mundo de sus potenciales clientes, los ricos. Su forma de concretar qué entienden por ricos puede ser discutible, pero es clara y explícita. Llaman High Net Worth Individuals (es decir, individuos de valor neto elevado) a los que tiene activos superiores al millón de dólares. Pero no un millón de dólares de cualquier forma. No. Quedan descartados de esta contabilización muchos bienes como la primera residencia, los consumibles, los coleccionables y los de consumo duradero. Se trata, pues, de ricos evaluados solamente a partir del efectivo y de los activos rápida y fácilmente convertibles en líquido. No hace falta añadir que se trata de personas mucho más ricas que lo que esta cantidad sin más puede dar a entender. Pues bien, según Merrill Lynch y Capgemini, precisamente en el mismo año para el que ha ofrecido los datos del IRPF la Agencia Tributaria, el 2009, en el Reino de España había exactamente 143.000 personas de valor neto elevado. En el año 2009 la cotización del dólar respecto al euro no era muy diferente, alrededor de 0,6-0,7 euros por dólar. Es decir, que el equivalente de los ricos de un millón de dólares contabilizados por Merrill Lynch y Capgemini, sería de entre 600.000 y 700.000 euros. Justamente por encima del tramo al que se refiere la agencia tributaria. Resumiendo, la Agencia Tributaria informa de 6.829 declaraciones que están en el tramo superior a 600.000 euros en el 2009, el mismo año en que para Merrill Lynch y Capgemini había en el Reino de España 143.000 personas con una riqueza muy líquida de esta misma cantidad. Aunque si bien es verdad que no se trata de datos completamente equivalentes, algo chirría. 6.829 es menos del 5% de 143.000. Demasiado diferencia, demasiado margen, incluso tratándose de datos no equivalentes.El sindicato de los inspectores de hacienda (Gestha) informaba en abril:(…) el empleo sumergido viene favorecido por la existencia de dinero negro, y [los inspectores de hacienda] incidieron en que la economía sumergida en España mueve anualmente 245.000 millones de euros, esto es el 23,3% del PIB, de los cuales 161.000 millones proceden de la vertiente fiscal sumergida y el resto (82.000 millones) deriva del empleo irregular.
Si la economía sumergida equivale a casi una cuarta parte del PIB, si una gran parte importante de la misma se debe a “la vertiente fiscal”, si solamente el 0,035% de todas las declaraciones del IRPF del año 2009 superaba unos ingresos brutos de más de 600.000 euros, y si según los que conocen bien el mundo de los ricos pues son sus potenciales clientes, había 143.000 personas en el Reino de España con alto valor neto… parece que las cosas están bastante claras.
Conocida es la sentencia de Francis Bacon: “El dinero es como el estiércol, sólo es bueno si se esparce.” En el Reino de España muchas cosas están esparcidas generosamente, pero no precisamente el dinero. Los pocos que lo acaparan a espuertas no declaran, además, casi nada. Al mismo tiempo, se recortan gastos sociales y condiciones laborales para, dicen, combatir (sic) el déficit público. Pocas veces resulta tan evidente en beneficio de quien diseña la política económica el gobierno. Diseña o, en propiedad, apunta al dictado.
Nota: [1] En el mismo informe de Merril Lynch y Capgemini citado más adelante se prevé que la fortuna conjunta de los ricos en el mundo en 2013 será un 60% superior a la que disponían en el año 2008. La crisis no les ha ido mal y, con las políticas económicas practicadas, les irá aún mejor.
Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta Básica. Su último libro es Las condiciones materiales de la libertad (Ed. El Viejo Topo, 2007). |