Art. de Carlos Carnicero: http://goo.gl/yY6vn
La satisfacción de la señora Ángela Mérkel es un testimonio de la derrota de la soberanía española. Su complacencia es la demostración de que José Luis Rodríguez Zapatero, con la ayuda de Mariano Rajoy, han permitido que presiones exteriores modifiquen la Constitución sin la posibilidad de que los españoles puedan opinar y aprobar esos cambios.
Por primera vez desde su aprobación en Referéndum en 1978, un gobierno democrático, pactando con el principal partido de la oposición, han acordado en el mes de agosto, en vísperas de unas elecciones generales, cambiar la Constitución. Introducir un límite constitucional al endeudamiento público es limitar la soberanía de las instituciones cuando se hace a espaldas de los ciudadanos.
Los gobiernos del futuro se encontrarán con las manos atadas para manejar la financiación de los Presupuestos Generales del Estado. La derecha, que está a punto de llegar al Gobierno de España, tiene las manos libres para invocar la Constitución al aplicar la reducción de gastos sociales que tiene preparados en su programa oculto de gobierno.
Si hacía falta algún testimonio más de la falta de capacidad de los ciudadanos para controlar la gestión de los gobiernos y las instituciones, la reforma constitucional, como ha dicho Gaspar Llamazares, deja fuera de la Carta Magna a los ciudadanos; que siempre habíamos creído que la ley de leyes estaba bajo control de la voluntad de los españoles.
La actuación del PP entra dentro de la lógica y los parámetros de su acción política. No hay sorpresa en que haya agarrado con todas sus fuerzas la oferta de Zapatero. Es la mejor confirmación de que la rendición de este Gobierno a los mercados y al neoliberalismo es un hecho irreversible. La felicitación de la conservadora Ángela Merkel a Zapatero es un abrazo al amigo que se ha rendido a las exigencias del directorio europeo. España no pinta absolutamente nada en Europa y la alianza franco-alemana es el verdadero gobierno de una unión a la que se le empieza a ver su falta de sentido.
Si salvar el Euro y salvar la Unión Europea se construye sobre la ausencia de participación de los ciudadanos, el futuro de esta unidad estará en entredicho en la medida que se consiga una revuelta de los europeos ante la falta de sensibilidad social de sus gobiernos y la falta de democracia participativa.
Los partidos mayoritarios tienen poco que ofrecer a una ciudadanía que no puede tener parte en decisiones estratégicas de futuro. La izquierda está desarbolada y los que apoyamos el pensamiento progresista, la solidaridad y la disminución de las desigualdades somos náufragos en esta tempestad de conformismo.
Queda el 15-M como el único magma de inconformidad, indignación y rebeldía. La manifestación convocada el día 6 de septiembre contra la reforma constitucional es un hilo de esperanza a corto plazo. Movilizarse es una obligación de ciudadanía porque lo que se exige es algo tan elemental como que los ciudadanos no renuncien a aprobar las reformas dela Constitución.
Las elecciones son legítimas. No se puede transformar la democracia sin respeto a las normas vigentes. La crisis de intermediación y de representatividad exige que las reformas se hagan desde el reconocimiento y acatamiento de la ley y las instituciones.
Pero hay muchas formas de participación ciudadana y democrática. Una de ellas es la movilización y la presión pacífica.
El 15-M ha contraído la responsabilidad de quedarse, como movimiento, sólo ante la claudicación de los grandes partidos. El 20-N habrá que acudir a votar y los resultados serán legítimos y vinculantes. Pero muchos ciudadanos tendrán la opción de abstenerse de votar a los dos grandes partidos, de votar en blanco o de votar a formaciones minoritarios.
Cada sociedad, si goza de libertad de elegir, es responsable, como colectivo, de las decisiones que organizan su futuro. Es el momento en pensar que la alianza del PSOE y la derecha va a servir para limitar la sociedad del bienestar de los últimos años con la justificación de que la Constitución, a partir de ahora, limita la capacidad de gasto del estado.
Se acordaran estos socialistas dentro de unos años(2-3-4 años) que ellos son tan responsables como los del pp si llegamos a tener esos recortes sociales o solo se liaran a tocar la pandereta a decir que todos los recortes que supuestamente tienen que venir es culpa del pp, como siempre el tiempo lo dira espero que los españoles y sobre todo los andaluces no perdamos la memoria y despertemos del estado en el que nos encontramos.
Un saludillo a tó de pensamiento puro.