La crisis del euro que se ha desatado sobre muchos estados de la Unión Europea evidencian los defectos institucionales de la moneda común y la necesidad de un Gobierno democrático económico en la eurozona que asuma la coordinación de la políticas monetarias y fiscales y que fije como objetivo macroeconómico no sólo la estabilidad y el control de la tasa de inflación sino también objetivos de la economía real como impedir que haya un diferencial de paro tan tremendo entre los distintos territorios de la zona euro como ahora en que Andalucía tiene cuatro veces más paro que Alemania, por ejemplo o tres que el País Vasco o la media de la Unión Europea.
La Unión Europea y en particular su zona euro tienen que solucionar cuatro déficit:
a) El déficit democrático. Una entidad con las competencias soberanas que tiene la UE no puede existir legitimada de forma indirecta por los estados: tiene que responder a una legitimidad democrática directa mediante la representación de los ciudadanos y de los territorios regionales o nacionales.
b) La institucionalización de la zona euro. En la práctica, al coexistir en la UE un sistema de moneda común y sistemas de moneda propia de los demás estados, no coinciden las instituciones de la UE con las de la zona euro. Es necesario avanzar en la institucionalización de la Unión Monetaria mediante el refuerzo del llamado eurogrupo.
c) Evitar que el área euro tenga un comportamiento dual. Las dificultades económicas de España, Italia, Grecia. Bélgica, Portugal e Irlanda, contrastan con el buen comportamiento sobre todo de Alemania cuya economía está mostrando una expansión notable tanto por las exportaciones como también por su demanda interna. Es necesario sentar las bases para la cohesión territorial de la zona euro como requisito indispensable para el buen funcionamiento de la moneda común.
d) Asumir una política monetaria europea, lo que significa al menos suprimir el automatismo del comportamiento del Banco Central europeo (BCE) cuyos objetivos se han fijado básicamente en torno a controlar que la inflación no rebase el 2%. Hay que establecer un sistema de deuda europea y activar la compra de deuda a los estados con problemas a unos precios razonables, ya que es evidente que sólo debe emitir deuda quien controla la moneda en que se emite esa deuda. Igualmente es necesario flexibilizar los límites fiscales de los estados mediante la sustitución del límite lineal de déficit por límites en función del ciclo económico: mayor déficit cuando la actividad económica disminuye a cambio de superávit cuando la activad económica sube (presupuestos de estabilización automática) al mismo tiempo que se exige de forma rigurosa el cumplimiento de los compromisos fiscales.
Es imposible que con las enormes restricciones económicas que obligan los llamados “rescates” se pueda generar actividad económica suficiente para hacer frente a las obligaciones financieras derivadas de la deuda pública y a los gastos sociales por la situación de desempleo masivo. Piden sencillamente un imposible.
Los andalucistas vamos a defender que la prioridad de Andalucía es crear empleo. También un contexto de estabilidad monetaria y fiscal pero como medio y no como fin en sí mismo y por tanto subordinado al objetivo de creación de empleo.
La crisis del euro no se debe a una realidad económica sino política ya que es la debilidad institucional del euro la que ha permitido que los “mercados” se dirijan contra los estados que presentan una mayor vulnerabilidad por su situación económica y que carecen de mecanismos monetarios para defenderse, como las devaluaciones o depreciaciones de sus respectivas monedas. Así, las apariencias estarían invirtiendo la realidad: lo que se nos presenta como una crisis política (la del dólar) es en realidad una crisis económica de gran envergadura mientras que la que se nos presenta como una crisis económica (la del euro) es una crisis de raíz política.
Más Europa, más Andalucía.
Solemne gilipollez el titular. Deja de hablar en nombre del PA
Francisco Mendieta
Concejal andalucista de Úbeda