El año que se nos viene

El 2012 se nos presenta como hijo maldito, un nonato que  anuncia y preludia una nueva  recesión que aumentará la desesperación de los que ya se encuentran desesperados ante una economía que ajusta las tuercas cada vez más de aquellos que ya desfallecen. El ansiado desarrollo y crecimiento que nos promete el recién estrenado gobierno basado en la austeridad, aún no ha mostrado las despiadadas garras con las que pretende caer sobre nosotros.  No será hasta después de las elecciones andaluzas como ya se viene comentando en varios diarios de la prensa nacional que la temida tijera alcanzará lo más profundo de nuestras entrañas. Rajoy no quiere perjudicar los intereses de Arenas, un político que se presenta como adalid contra el despilfarro y embolsa la lastimosa cantidad de 178.179 brutos anuales. El líder conservador nacional espera que se produzca un vuelco en la historia política de Andalucía, una mayoría absoluta del PP y aguarda la llegada de Marzo.  

Las características que asociamos a la noción de desarrollo económico tal y como se han entendido hasta ahora y que Edgar Morin resumen muy bien engloban: “múltiples avances en la prosperidad y el bienestar, la mejora general de las condiciones de vida, la reducción de las desigualdades, la paz social y la democracia. Es la locomotora del desarrollo tecnoeconómico la que se supone que arrastrará los vagones del bienestar, de la armonía social y de la democracia”. Pero, ¿qué pasará si la nueva fórmula que nos ofrece el nuevo gobierno conservador no nos devuelve esos niveles de bienestar que hemos conocido en los últimos años en este país y aumenta la conflictividad?  Si aumenta la conflictividad el gobierno ya estará preparado, el único aumento en el cuerpo de funcionarios que de hecho ha anunciado Rajoy es la partida policial evidenciando con ello la “conflictividad que viene”. 

Feliz año de lucha 2012