Las manifestaciones de este sábado 12 de mayo han sido un éxito rotundo y muestran que las bases de la indignación están aún más fuertes que hace un año. Motivos no faltan y las condiciones sociales y políticas de este mayo del 2012 son bastante peores aun que las que habia en el 2011. Quienes daban por muerto al 15 M, deberán repasar su acta de defunción tras los que hemos visto y vivido en el día de ayer.
El movimiento se han mantenido vivo por medio de una extensa red de asambleas y plataformas centradas en barios y pueblos. Como ejemplo de esta red podemos identificar iniciativas tan exitosas y valiosas como Stop Desahucio. La red virtual ha seguido jugando un papel central en la coordinación y supervivencia del movimiento, lo cual nos aporta interesantes experiencias para el futuro de las acciones colectivas.
El incremento de los recortes sociales y el ataque a los derechos que el gobierno del PP está llevando a cabo, no ha hecho sino aumentar la capacidad de reacción y protesta. La coacción policial que ha impedido, de momento, que se reproduzcan las acampadas del mes de mayo pasado. Seguramente esta “nueva política de orden público” que los conservadores anuncian va a provocar situaciones de violencia y represión en las próximas movilizaciones. EL PP esta dispuetso a testar la capacidad de resilecia no-violenta del movimiento.
Por otro lado, el 15-M ha profundizado en este año su orientación anticapitalista y su vocación democrática radical frente a ciertas y lógicas ambigüedades ideológicas que se mostraron en el comienzo del movimiento. El 15-M esta siendo una formidable experiencia de pedagogía política, no sólo para los más jóvenes, sino `ara todos. Y como tal ha de avanzar de las reivindicaciones más concretas y sensibles hacia los programas y las ideas más políticas e ideológicas. El balance de este año de vida confirma que esta «hoja de ruta» se está recorriendo con mayor velocidad de la que muchos esperaban.
Un año después, afortunadamente, el 15-M ya no está sólo, ni es ya la única vía de contestación. Hay multitud de contestaciones sociales a la crisis en la sanidad, en la educación io en el mundo sindical y cultural que deben establecer una sinergia positiva de coordinación con el 15-M.Seria un doloroso error que se tratara de ignorar la ingente fuerza y vitalidad de los indignados e indignadas por parte de sindicatos y otros movimiento sociales. Pero no sería un error menor que algunos pretendieran convertir la Puerta del Sol madrileña en el «comité central» de la SpanishRevolution. La contestación social contra la crisis es diversa y plural, y ello ha de ser visto como un “activo político” pero también como un reto para la innovación en las formas de rebelión y acción colectiva.
Necesitamos todas la manos, todo los cuerpos, todas las inteligencias colectivas e individuales para afrontar el reto de la transición hacia la era posindustrial avanzando, a la par, en la igualdad y la democracia; no puede haber lugar alguno para la exclusión o el sectarismo de ningún tipo. El 15-M es un ejemplo de que aún cuando el panorama parece más oscuro, la enorme potencialidad de rebelión que toda sociedad atesora; puede emerger para sorpresa de burócratas y horror de conservadores. Pero la contestación y la resistencia no pueden obviar la complejidad de la realidad social con consignas más o menos felices. El deber de pensar y de actuar colectivamente sigue ahí por encima del entusiasmo de la revuelta y de la indignación ante la injusticia. Esta crisis no es sólo un asunto de banqueros ladrones y de políticos corruptos, que lo es también; ésta crisis nos desvela el colapso de un modo de producción y de consumo agotado y agotador. La maldición de la austeridad injusta con la que nos amenazan , no puede borrar la necesidad inaplazable de construir un programa de austeridad igualitaria y democrática e inteligente (decrecimiento). Es cierto que “no hay pan para tanto chorizo” pero tampoco es menos cierto que de seguir como vamos “no habrá chorizo para tanto pan”. El simplismo, a la corta o a la larga, es siempre reaccionario.
S.O.S. AL 15-M (¡pásalo ya!)
Implacable impunidad del genocidio. Antaño fueron moriscos andalusíes. Había que dar un escarmiento a los demás. Imponerles el olvido. Ayer fuimos palestinos masacrados. Deportados. Mañana si no luchas contra la deriva totalitaria creciente podrías ser tú…
http://www.youtube.com/watch?v=6m_rNYY-KAU
Andalusí, los mercados sabrán apretarnos sin ahogarnos, pues somos su sustento. Nos limpiarán los bolsillos, dejándonos lo básico para subsistir. Los rojipardos clericales son sus brazos ejecutores. Los del 15M con sus manitas y globitos no cambiarán anda. Saludos.
Esta noche un mal sueño me ha desvelado. Al comienzo parecía idílico. Millones de personas indignadas, independientemente de su ideología, con estéticas diversas, de toda clase y condición al fin han dicho basta. En plan Islandia. Los políticos, antes rehenes prostituidos por banqueros y financieros, de repente han empezado a volverse decentes y se han puesto a embridar a los mercados. El personal sanitario se ha negado convertirse en hipócrita, ejecutando a Hipócrates y dejando morir a los pobres en las puertas de los hospitales. Los docentes han recuperado la dignidad soberana del conocimiento y se han puesto en faena, sin sentirse estómagos agradecidos del Estado. Ahora la lengua más hablada del Mediterráneo, la de los más grandes sabios y poetas andaluces, el árabe, ha dejado de valer menos que un gargajo. La verdadera Historia de nuestro Pueblo milenario ha dejado por decreto de estar maldita. El comercio ha dejado de ser algo privativo de catalanes y la industria de vascos. Ni los locos quieren ya emigrar. Los amantes han desechado para siempre las represiones papistas y gozan sin darse tregua. Hemos conseguido que se nos respete, tener un lugar en el mundo…
Entonces, cuando me hallaba en lo más plácido de mis ensueños, una maligna sombra se ha cruzado. Todos los que clamaban «reformas» sin insurrección, «bienestar» sin revolución, vuelven de nuevo a consumir cual si la vida les fuese en ello. Ciudades hipermercado, cacharritos electrónicos, pantallas de colores, estadios repletos, conciertos y generosas dosis de soma, legalizado por el nuevo gobierno, les hacen abrazar un mundo feliz, la nueva era del sobrepeso y la banalidad triunfantes.
Sudoroso, dando vueltas en el lecho, me agito. ¿Qué ha pasado para conducirnos a tal regresión? Angustiado me despierto y ya en el mundo real he sabido que ha sucedido. Aquellas preocupaciones por una DEMOCRACIA REAL, donde hasta los más olvidados o marginados tuviésemos derecho a expresarnos, han perdido fuelle. Interesan al parecer a la ambigua Rosa Díez y no al nuevo ejecutivo andaluz, que dice ser «de izquierdas» y respetuoso de la pluralidad; pero que no permite con cuotas electorales insalvables, a los pequeños sin medios expresarse en un parlamento. La JUSTICIA INDEPENDIENTE sigue siendo una quimera, que ha nadie importa, salvo que algún caso sonado de vez en cuando amenice las esperas de papel cuché en las peluquerías y en los dentistas. Los defraudadores masivos seguirán disfrutando de total impunidad, de nuevas ‘amnistías fiscales’ vergonzantes. Un Estado extranjero creado por Musolini, el vaticano, proseguirá imponiendo su demencial inmoralidad amparadora de clérigos pederastas, de monjas secuestradoras de bebés, de facinerosos usureros de alzacuello que se incautan de monumentos que un día los Pueblos construyeron, Patrimonio de la Humanidad, como la Mezquita de Córdoba en el año 2006.
Pero mi máximo Terror, que ha dejado mi boca seca al despertarme, mi garganta ardiendo, es que a todos mis compañer@s el cínico totalitarismo les ha hecho creer que son felices, libres…
Y en ese instante comprendo que hay destinos peor que la muerte biológica: la apariencia de vida.
http://www.youtube.com/watch?v=rDo4c8BLdJM&feature=related
El 15M sería un buen catalizador para el resto de los mortales, si no estuvieran entretenidos con la telebasura, futbol, motos, F1, toros y otros circos romanos, pero sin pan. Los mass media, que dan la vida al 15M, acabarán quitándosela. Al tiempo. Saludos Andalusí!