El desastroso modelo de desarrollismo que han compartido el PP y el PSOE en el Estado español, está ahora mostrando las verdaderas consecuencias de las carencias de un proyecto realista y serio. La crisis global ha desencadenado esta crisis endógena de los que habían vendido sólo apariencias, buscando el atajo y el aplauso fácil de los votantes a costa de hipotecarnos el futuro.
Además, la gestión de la crisis por el bipartidismo, primero el PSOE y ahora el PP, ha sido un enorme fiasco. La deuda privada no disminuye (está en torno a los 3 ¡billones¡ de euros); el paro está alcanzando cuotas que van más allá de la tragedia: 24,4% en España y 35% en Andalucía; la deuda pública se ha duplicado en estos cuatro años y amenaza con llegar a los 900.000 millones; la prima de riesgo está cerca de los 500 puntos básicos y ahora estalla el escándalo de Bankia.
La llegada del PP al gobierno ha sido para muchos votantes la mayor decepción de la democracia. Este modelo se basaba en el desarrollismo económico y en el bipartidismo político. El fracaso de la gestión de Rodríguez Zapatero llevó a una parte importante del electorado a votar al PP a pesar de no compartir su ideología porque parecía que si no era a uno había que votar al otro ¡Trágico error¡.
El PP no tenía una hoja de ruta para salir de la crisis. Está improvisando una amalgama de medidas sin ningún soporte riguroso en la que mezcla un liberalismo ingenuo en Europa, fiel a la ya aislada Merkel (estatalismo y austeridad frente a europeismo y lucha contra el paro), con un reaccionario ataque a los servicios públicos, a los derechos laborales, a las libertades y a las CC.AA, especialmente discriminatorio con Andalucía.
El escándalo de Bankía es el ejemplo de lo que estamos diciendo: la crisis en general ha afectado al sistema bancario porque ha jugado un papel de primer orden en el mecanismo especulativo que se ha generado con la globalización pero ha sido la gestión del PP la responsable de la catástrofe de Bankia, controlada por Esperanza Aguirre y con un Ministro de Economía de Aznar como Presidente, Rodrigo Rato.
Bankia es la línea roja por lo que no podemos transigir. Esperemos que el PSOE e IU se opongan frontalmente a que este estado en bancarrota cuyo gobierno recorta los servicios básicos y las ayudas a las políticas activas de empleo le dé 23.000 millones de euros más. Rubalcaba no debe pactar con Rajoy que se incremente el déficit o se recorte más a las CC.AA. (o en educación o en enseñanza, que es lo mismo porque lo pagan las CC.AA.) porque sería un ataque frontal, político y económico contra Andalucía.
Bankía ya ha recibido cerca de 73.000 millones de euros de ayudas públicas estatales y europeas (avales del tesoro por valor de 28.500 millones; 40.000 millones en créditos blandos del BCE y 4.465 millones mediante suscripciones preferentes del FROOB). Ni un Euro más.
Darle otros 23.000 millones significaría renunciar con ese dinero a la posibilidad de crear cerca de 300.000 puestos de trabajo, o financiar sin recorte alguno la educación y la sanidad. Darle otros 23.000 millones significaría que cada ciudadano del Estado español, persona jubilada, parada, estudiante con dificultades para pagar la matrícula o trabajador con contrato temporal, tendría que aportar 500 Euros para Bankía.
Andalucía, con un 35% de paro, en vez de recibir fondos para crear empleo tendría que aportar más de 4.000 millones a la antigua caja Madrid ¿es una broma macabra?
Desde P36 hacemos un llamamiento para que la ciudadanía se oponga radicalmente a que el Estado aporte más dinero público en Bankía y a exigir que los responsables de la entidad respondan con su patrimonio del desastre de gestión que bajo la tutela del PP han ocasionado. El ministerio fiscal debería actuar de oficio contra Rato y demás directivos por delitos societarios, estafa y apropiación indebida
Hemos llegado al límite de lo tolerable. Hay que parar al PP por el bien de la democracia, de los derechos sociales y por el interés y la dignidad de Andalucía. Nadie que se diga progresista o defensor de los intereses de Andalucía debería seguir apoyando al PP en el nivel político administrativo que fuese (CC.AA, Diputación, Mancomunidad o Ayuntamiento). Hemos llegado a la disyuntiva: Bankía o la ciudadanía.
Ahhh… qué felicidad! La economía española al borde del colapso, la «marca españa» al nivel del bono basura, los trapitos nacionalistas cañís, ya sea en Gibraltar o intentando resucitar el momio republicano ‘pañó’ no conmueven salvo a cuatro pardillos y un puñao de abueletes nostalgicos, la garrapata vaticana mafiosa achicharrada por el ‘escándalo Paoletto’, dejando en historieta de ursulinas El Padrino III… ¿no es maravilloso?
Tal vez los que se sienten andaluces de conciencia, de verdad, tengamos una posiblidad de comprender al fin quienes han sido y son nuestros hipócritas verdugos.
Hasta que comience la Eurocopa, claro.
Bankia fuera, que la ruina la paguen sus directivos, y nosotros los ciudadanos no. Viva ciudadanía!
Los peperos clerical€sOpu$inos tienen especial apego al dinero, especialmente al dinero público, el cual manejan a su antojo para luego regalar a los compañeros de pupitre!