J.Martí Font. El País.17/09/2012.El líder de Los Verdes en el Parlamento Europeo considera que en Europa la soberanía nacional “ya no existe, es una ilusión; la soberanía la tiene el mercado”. En 30 años, añade, “ningún país europeo formará parte del G-8; serán los americanos y los chinos quienes decidirán cómo será la vida en Barcelona o en cualquier otro lugar, porque tampoco los alemanes tendrán capacidad de decidir, y se equivocan si así lo creen”. Para Cohn-Bendit, la Unión Europea debería ser la única entidad que representara a sus miembros a nivel internacional, en todos los foros. “Solo si en el Fondo Monetario Internacional (FMI) el euro tuviera una sola voz, sería ampliamente mayoritario y podría imponer sus reglas”.
El que fuera líder del revolucionario mayo francés de 1968 es ahora un veterano parlamentario europeo, posibilista como el que más siempre que se trate de construir Europa. Este lunes ha pronunciado en Barcelona una conferencia dentro del ciclo Líderes y testimonios de la Europa Contemporánea, que organiza la Fundación RBA y la Fundación Catalunya Europa. Llegado a una Cataluña todavía bajo el impacto de la masiva manifestación independentista del pasado 11 de septiembre, Cohn-Bendit no elude el tema, pero apunta un cierto escepticismo sobre las consecuencias prácticas de estos episodios de masas. “La democracia participativa es necesaria, pero es la democracia representativa la que importa. El voto es el punto final”, sentencia. La secesión de Cataluña, de Flandes, de Córcega, o de la Padania, añade, “sería posible en Europa solo con una redefinición radical del federalismo europeo; la reforma del federalismo español pasa por la reforma del federalismo europeo”. Esta Europa «postnacional» llegará, dijo, antes de 50 años.
La cuestión de las identidades nacionales le produce un cierto desasosiego. “Uno de los problemas europeos es la eclosión de identidades excluyentes y mucha gente en Europa teme que estas situaciones puedan degenerar en un integrismo identitario. Los ciudadanos europeos son egoístas, siempre echan la culpa de lo que les pasa a los demás”, sentencia. No significa esto que tenga muchas simpatías por los Estados europeos a los que considera culpables del desbarajuste en el que se encuentra el proyecto europeo, por buscar solo sus propios intereses en lugar de los de la Unión. “El interés nacional no es el interés europeo”, asegura.
Por lo demás, Cohn-Bendit, alemán de nacimiento, se alinea con quienes están convencidos de que la política de austeridad impulsada por la canciller alemana, Angela Merkel, llevará a Europa a la “catástrofe económica y política”. A cambio de que los ciudadanos acepten el pacto fiscal europeo, añade, la sociedad alemana tendría que aceptar la apuesta por el crecimiento. En lo concreto, el jefe de Los Verdes propone la creación de tres impuestos a nivel europeo: la tasa sobre las transacciones financieras, sobre el CO2 y sobre la telefonía móvil, que según sus cálculos podrían suponer más de 30.000 millones de euros para políticas de crecimiento