Mario Ortega / En los últimos días el diario EL PAÍS publica titulares sobre los resultados de una encuesta de Metroscopia, encargada por el grupo Prisa, y la última encuesta del CIS. El sesgo hacia la derecha españolista y el neoliberalismo de este grupo de control e inducción informativa es, ahora más que nunca, muy preocupante. Los titulares hacen hincapié, como este que casi reproduzco, en que aumentan «los ciudadanos que apuestan por una vuelta al centralismo.»
Más allá del sesgo de género de un titular desafortunado, es cierto que ha crecido entre julio y septiembre (según el CIS en página 15) el apoyo a la recentralización del Estado de un 21,9 a un 24,5% (2,6%). Pero no es más cierto que, según la misma encuesta, el porcentaje de personas que quiere un Estado con más autonomía de las autonomías sube en 2,6% puntos hasta el 9,1%, y que la opción soberanista llega al 8,9 %. Quienes defienden el estatus quo actual descienden en 1,2 puntos porcentuales y quedan en un 29,4 %.
Un sencillo análisis algebraico nos dice que las opciones centralistas las prefiere un 39% del electorado y las que reconocen la diversidad un 47,4%. La palabra federal o federalismo está proscrita para el CIS, pero se deduce que al menos un 18% del electorado quiere como mínimo un Estado federal que reconozca la plurinacionalidad y el derecho al autogobierno.
De otro lado, la encuesta de Metroscopia publicada en el mismo diario nos dice que un 29% quiere centralismo, un 26% el estatus quo y un 30% más descentralización, de este último dato se desagrega el 19% de personas que desean un Estado federal.
Es una lástima que en ninguna de las dos encuestas tengamos los resultados por comunidades autónomas, serían muy útiles, para comprobar qué nivel de conciencia de pueblo se tiene en cada una de las comunidades autónomas. Porque la cuestión no es si el electorado valenciano o madrileño quiere el federalismo o la independencia para Andalucía o Cataluña, la cuestión es qué quiere la población que ejerce su ciudadanía en cada territorio.
El País sesga en sus titulares la mirada y obvia en el contenido de sus noticias una cuestión que es esencial, la polarización en estos temas aumenta y la tendencia del incremento hacia el federalismo es mucho mayor que hacia la recentralización.
Y esto nos lleva directamente a afirmar que, dado que el diario «progresista», sobre el que manda Juan Luis Cebrián que ingresa 147 veces más dinero que sus periodistas, hace permanentemente apoyos al neoliberalismo centralista (nacionalcatólico), el concepto de España como estado federal está incardinado en la izquierda plural y el de España una, grande y libre pertenece al ADN de la derecha. Y esto tiene consecuencias para la población cuando se decide a quien se vota.
Dicho esto, las últimas encuestas reflejan una vertiginosa caída del apoyo electoral al PP y al gobierno de Rajoy (14,4% desde el 20N) y una caída constante del apoyo al PSOE (3,6% desde el 20N). Las elecciones del 20N nos llevaron del bipartidismo al monopartidismo, pero el desencanto, causado por el durísimo daño social de las medidas del PP es tan grande que está apareciendo un espacio vacío que solo ligeramente ocupan IU o UPyD a nivel de Estado, y otras fuerzas en las comunidades autónomas donde la conciencia de pueblo es determinante.
Y todo esto cómo afecta o qué significa en, para y por Andalucía. Pondré sólo un ejemplo. El solo amago del presidente andaluz, José Antonio Griñán, de abrir desde Andalucía el frente federalista, hizo al gobierno central bajar el nivel de agresión contra nuestra comunidad autónoma. Ya sabemos que tanto Griñán como Artur Mas cambiaron la foto unitaria y dócil de la conferencia de presidentes por la urgente transferencia de fondos que Montoro se ha dispuesto a hacer sin contrapartidas políticas. Aunque esto ya veremos en que acaba, pues la troika va a pedir más sacrificios y no precisamente una reforma fiscal para que sean los ricos quienes paguen más.
A lo que voy, ha bastado un amago federalista del gobierno andaluz para laminar el permanente y falso discurso de que las culpables del déficit son las comunidades autónomas (el de Andalucía es diez veces inferior al del Estado y muy inferior al de cualquiera de los Lander alemanes).
Si en lugar de un amago, para salir de la crisis, articulamos en Andalucía un movimiento social que demande más autogobierno, federalismo y justicia fiscal. En definitiva, una reforma de la Constitución que desactive las imposiciones que día sí y día también vienen por la vía del real decreto ley, habremos puesto las mimbres para decidir sobre nuestro futuro y romper con la maldición que el Capital ejerce sobre nuestra tierra.
Necesitamos más autogobierno para decidir sobre el modelo fiscal, necesitamos más autogobierno para decidir sobre el modelo social y laboral, necesitamos más autogobierno para avanzar hacia un modelo energético renovable, necesitamos más autogobierno para ser líderes en agroecología, en turismo sostenible y en tecnología biosanitaria, necesitamos más autogobierno para potenciar nuestra factoría cultural, necesitamos más autogobierno para garantizar la educación y la sanidad pública, necesitamos más autogobierno para avanzar en igualdad de género, necesitamos más autogobierno para respetar a nuestro mayores y a las generaciones futuras.
Sólo las andaluza y los andaluces pueden hacerlo, ese es el miedo de las derechas. Sólo Andalucía si recupera su conciencia de pueblo y la vincula con la conciencia de clase puede poner en jaque al neoliberalismo rampante. La derecha lo sabe, ha bastado un amago, es necesario hacer ver que nuestra defensa del federalismo va en serio, por eso en Primavera Andaluza estamos trabajando por la unidad de la izquierda, la ecología y el Andalucismo, para ganar la hegemonía social del bien común.
Andalucía tiene que decidir por sí misma. Andalucía decide. Esa es nuestra fuerza.
@marioortega
Por suerte, entre tanto estómago agradecido y espíritu adocenado, rastrear en la red nos da alegrías como esta:
http://almeriaadiario.blogspot.com.es/2012/10/el-estado-federado-de-andalucia.html?spref=fb
(Si fuerais tan amables, podría destacarse con una entrad independiente. Gracias)
Lo que necesitamos es independencia, o todo quedaría en agua de borrajas. ¿De qué sirve más autogobierno si no puedes controlar la política energética, si no puedes crear una banca pública, si no tienes capacidad para garantizar que la reinversión del dinero que, vía consumo e impuestos, se genera en Andalucía, se pueda reinvertir en Andalucía? En España, federal o centralista, Andalucía va a seguir siendo por siempre la cenicienta, porque el proceso histórico, la división del trabajo, y los flujos de renta dentro del estado, así lo garantizan. En definitiva, a una economía dependiente de nada le sirve más autogobierno si no es capaz de liberarse de tal dependencia. La única salida posible es la independencia.