Presupuesto Generales 2013: ¡Hay que parar a Rajoy o va a acabar con todo¡ (3)

El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013 presentados en las Cortes Generales no sólo son un desatino y una gran mentira (porque sus bases macroeconómicas, como las previsiones de evolución del PIB o del paro, son literalmente increíbles) sino que sobre todo constituyen una amenaza letal contra la viabilidad de las relaciones sociales en el estado español.

Las políticas suicidas de austeridad y recortes que tienen como único objetivo la reducción del déficit público en los tiempos y en los límites marcados por Merkel han fracasado rotundamente y ya no hay nadie, ni siquiera entre los economistas que habían sido más fanáticos con la ortodoxia liberal, que las defienda. Han provocado el mayor nivel de paro de la historia, la caída del PIB, el cierre de miles de empresas, sacar de los convenios a millones de trabajadores, acabar con la hacienda de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, socavar los cimientos de la educación y la salud pública, un aumento vertiginoso de la desigualdad, cientos de miles de desahucios, el descenso de los salarios (y a pesar de ello, la subida del coste de la vida por encima del 3% en un año), la desafección de amplios sectores con la democracia, la banalización de la lucha contra la crisis ambiental y un convencimiento generalizado de que el estado español se ha convertido en un estado fallido.

Lo peor es que es fácil deducir que el PP lo sabe y que Rubalcaba también. Pero a pesar de ello están atados a su propio fracaso y es posible que piensen que ya es tarde para rectificar tal como lo demuestra tanto la presentación de estos presupuestos en sede parlamentaria como la “dulce” réplica del Secretario General del PSOE que más parece un asesor crítico que el líder de un Partido que debía representar la voz de millones de votantes que están padeciendo injustamente la totalidad de los costes de la crisis, que no tienen voz propia para hacerse oír y a las que se les está privando incluso de cualquier atisbo de esperanza por la incapacidad de articular otra política distinta a la que nos lleva directamente al abismo. Antes al contrario, presionado por los sectores del PSOE más ligados a los grandes grupos financieros internacionales cuyo portavoz “oficial” es PRISA, parecen que se acercan hacia un pacto que legitimaría la opción política de “(destrucción) del estado” que arrancó a partir del giro copernicano de Rodríguez Zapatero cuando en mayo de 2010 optó por la reforma laboral y de las pensiones y que enlazaría con el pacto para la reforma del artículo 135 de la Constitución española que consensuaron el PSOE y el PP.

El colmo del absurdo es que son concientes de que ni siquiera van a ser capaces, con estos Presupuestos, de alcanzar el objetivo de déficit público marcado por Alemania. El fracaso del proyecto político del PP para salir de la crisis es total, rotundo, sin matices. Sin embargo perece que está dispuestos a seguir en la misma dirección caiga quien caiga: y lo que va a caer va a ser la propia viabilidad del Estado porque la caída del PIB pasará del 2% y el paro aumentará en más de 300.000 desempleados más. En este escenario los intereses de la deuda alcanzarán el 8% y presionarán sobre el gasto haciendo inviable el pago mucha de las prestaciones y de los servicios públicos básicos, tanto por parte del Estado y la Seguridad Social como de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

Llevamos tiempo informando que la economía española sobrevive gracias a los préstamos del Banco Central Europeo a través del sistema target2 (que en un año, desde el pasado octubre, ha pasado de tener un saldo deudor de 93.640 millones de € a 419.847 millones.) y que ya alcanzan casi el 50% de todos los que el eurosistema concede a las entidades de crédito toda la Unión Europea (876.292 millones). Los grandes grupos financieros internacionales no sólo ha dejado de comprar deuda pública y privada española (y de refinanciarla) sino que han optado, desde hace un año (coincidiendo con el triunfo electoral de Rajoy), por sacar sus capitales de España. Sólo en el primer semestre de 2012 se ha producido una nueva salida de capital extranjero por valor de 78.611 millones de euros y un aumento de las inversiones de España en el exterior de 75.681 millones de euros, por lo que la desinversión total asciende a 154.292 millones de euros en lo que va de año.

Sin embargo la inyección de liquidez que está proporcionando el banco Central Europeo no llega ni a las empresas ni a los ciudadanos porque sólo sirve para tapar los grandes agujeros de la economía española que a grosso modo son: a) el pago de los intereses de la deuda privada y pública (en torno a los 150.000 millones de euros anuales, tanto casi como todo el presupuesto de la Administración Central del Estado) b) el déficit público (unos 90.000 millones en 2011 y posiblemente en torno a los 80.000 en 2012) c) el déficit por cuenta corriente de la Balanza de Pagos española (37.497 millones en 2011) d) la pérdida de valor de los activos españoles que tienen su reflejo más conocido en los balances de los bancos pero que afecta al conjunto de empresas y familias).

La opción política de los Presupuestos Generales del Estado para 2013 en ahondar en la descapitalización completa de la economía y de las relaciones sociales en el estado español. La formación bruta de capital lleva desde la crisis presentando caídas anuales superiores a los dos dígitos; la inversión en los sectores estratégicos como la investigación, el desarrollo tecnológico o las energías renovables es la más castigada; la enseñanza y la formación, desde primaria a la Universidad, van a sufrir otra recorte que las convierte casi en inviables; las relaciones laborales se están tornando en una jungla; el paro y los desahucios están acabando con el capital social y la desafección de la política con el capital político acumulado sembrando el terreno para el auge soterrado de sentimientos de extrema derecha. Especial importancia tiene la destrucción por vía de la asfixia financiera de las Comunidades Autónomas que representan el intento más importante de institucionalizar las relaciones sociales reales que se desenvuelven dentro de la estructura política del Estado y que por ello son el soporte material de la democracia en España.

Esta política de descapitalización generalizada ahondará en la soledad financiera española y en el aumento y la dependencia de la financiación del Banco Central Europeo. Este es el único cable que nos suministra la liquidez necesaria para que el estado no entre en bancarrota pero ya está peligrosamente tenso y tiene, lógicamente, un límite y el riesgo de que el Banco Central Europeo deje de aceptar los títulos de la deuda pública española como aval si llegan a la calificación de bonos basura.

Los Presupuestos Generales del estado para 2013 alimentan la espiral de destrucción de las instituciones políticas del estado y de las relaciones sociales que tienen su soporte real en las Comunidades Autónomas. Los grandes grupos financieros internacionales ya previeron las consecuencias de la victoria del PP e iniciaron la deslocalización de sus inversiones. Si no paramos el plan político de Rajoy cifrado en estos Presupuestos para el 2013, las probabilidades de una bancarrota no son despreciables aunque nos parezca culturalmente imposible.

Por eso tenemos que pararlo. Hay que poner en pie una alternativa de izquierda, plural, pero con un programa común capaz de sacarnos de la crisis e impedir que la locura del pasado se instale en nuestro futuro. Y esto no sólo es posible sino que es imprescindible. ¡Claro que hay alternativa, precisamente ahora más que nunca¡.

Sin ánimo de exhaustividad queremos, desde P36, señalar algunas líneas que toda la izquierda puede compartir:

 

1. Hay que hacer frente a Merkel en Europa mediante una alianza política y territorial que genere una opinión pública europea que presione a favor de la democratización y la federalización de la zona euro y de la Unión Europea en su conjunto. Es ridículo pensar que con un presupuesto inferior al 1% del PIB europeo se puede gestionar la segunda moneda mundial pero también que sin la legitimación democrática necesaria es posible funcionar como un estado, tal como exige tener una moneda común.

 

2. Es necesaria una reforma fiscal en profundidad ligada a una nueva financiación territorial que tenga en cuenta el déficit social actual. Andalucía tiene 10 puntos más de paro (1.424.2000 PERSONAS) que la media del estado (esta brecha lejos de paliarse se está abriendo como lo acaba de poner de relieve los datos de la EPA: de los 85.000 nuevos arados, 61.300 son andaluces) y 10 puntos más en pobreza (¡2.500.000¡ de andaluzas y andaluces viven por debajo del umbral de la pobreza según el INE).

 

3. Hay reformar la Constitución para construir un verdadero estado federal que parta de principio del derecho a decidir de las nacionalidades del Estado y reformar con urgencia la Administración del Estado para suprimir duplicidades, eliminar las Diputaciones e interiorizar toda la Administración Local en el seno de las Comunidades Autónomas.

 

4. La restitución de los derechos laborales a los trabajadores y el cumplimiento de las previsiones constitucionales de vinculación efectiva de los convenios colectivos.

5. Un plan estratégico de inversiones, que abarque desde la enseñanza y la formación hasta el reequilibrio industrial y productivo en general, sobre la base de la innovación tecnológica necesaria para un nuevo modelo económico verde de transición, que tenga como pilares la soberanía energética renovable y alimentaria ecológica.

 

6. La creación de un sistema de banca pública a partir de las entidades ya nacionalizadas.

 

7. El aseguramiento de los servicios públicos esenciales, el derecho efectivo a la vivienda y la Renta Social Básica.

 

8. Una nueva institucionalidad democrática que rompa con las ataduras y controles de la transición y haga realmente representativo y participativo el sistema político desde la reforma de la ley electoral a la jefatura del estado.

En definitiva se trata de que frente a la deriva hacia la descapitalización completa, económica, social y política, de lo que propone Rajoy en estos presupuestos logremos una mayoría social en torno a una alianza plural y federal de la izquierda que ofrezca una alternativa diametralmente opuesta: la de la capitalización económica, política y social para obtener la autonomía suficiente con que enfrentarnos a la crisis diferencial española que por los errores políticos, primero del PSOE y ahora del PP, se ha convertido en el epicentro de la crisis mundial.