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España no funciona

Andrés Sánchez @andresash

5.965.400 parados en España al finalizar 2012, 187.300 personas más buscando trabajo que en el pasado trimestre, 691.700 más que en 2011. Esta estadística dice mucho, pero no lo suficiente, sobre el dolor social que están provocando la crisis y las políticas derechistas.

La economía sigue desplomándose. El dato más significativo de la Encuesta de Población Activa es el de los trabajadores ocupados. Según la EPA, se han destruido 363.300 empleos en el trimestre pasado en España, 850.500 en el último año. Este trimestre es el segundo peor de la serie histórica, sólo 2008 recogió una destrucción mayor de empleo. Y los recortes destruyen empleo público (74.500 desaparecidos en 3 meses), pero la crisis sigue destruyendo más en el sector privado (288.700). Es más, se acelera la destrucción de empleo privado respecto al año pasado. Éste es el indicador definitivo de que la crisis arrecia. Y se traduce en otros fenómenos de dolor social, como volver a ser un país de emigrantes.

Mucha gente está buscando trabajo, pero no en España. En los últimos tres meses la población residente en España en edad para trabajar se ha reducido en 87.300 personas. La emigración supera a la suma de inmigración y crecimiento vegetativo (saldo entre nacimientos y muertes). Hasta ahora se consideraba un fenómeno fundamentalmente de personas inmigrantes que volvían a sus países de origen, o que han ido a otros países con mejor situación. Ya ha llegado de pleno a la población con nacionalidad española (esta cae en 13.600 este trimestre), y el proceso se acelera. Aunque la estadística no recoja a estos trabajadores en busca de trabajo como “desempleados”, lo son. Sólo que han dejado de pensar que puedan lograrlo aquí. Algo parecido sucede con el aumento de los “inactivos”.

La población «inactiva» (así se denomina a la categoría de personas que no trabajan -ocupados- ni buscan empleo activamente -parados-) aumenta. 88.700 personas más este trimestre. Pero todos sabemos que no es gente que no quiere trabajar. Muchos de estos «inactivos» están estudiando ante la alternativa de «los lunes al sol», pero otros tantos son gente que se está resignando, que han dejado de buscar lo que no van a encontrar. En una caso y otro es dolor social que las estadísticas «desactivan».

Por otra parte la caída de la actividad no se traduce sólo en que haya menos personas trabajando, sino que también son más los que trabajan menos (al menos en sus contratos). Aumentan los ocupados a tiempo parcial (110.100 más que hace tres meses), frente a los 473.400 empleos a tiempo completo que se han destruido. Un fenómeno que afecta fundamentalmente a las mujeres. Además, si se puede, se buscan alternativas al paro, como nos muestra que la caída del empleo es mayor entre los asalariados que entre los trabajadores por cuenta propia: mientras que los contratados por cuenta ajena son 307.700 menos en estos tres meses, colectivos como el de los autónomos aumentan en 14.800 personas. Desgraciadamente, dadas las expectativas, muchos de estos profesionales que buscan en el trabajo autónomo una alternativa terminarán engrosando las listas del paro, de la emigración o de la resignación.

En conclusión: nos fijamos en la cifra de parados como el principal indicador del dolor social de esta crisis. Pero se queda corta: porque emigrar es también buscar empleo, aunque la estadística lo codifique como «reducción de la población activa». Porque hay gente que se resigna, probablemente porque el dolor se hace irresistible y se pierde la esperanza, aunque la estadística diga que son «inactivos». Porque se hace lo que se puede por evitar el paro, desde hacerse autónomo a aceptar el empeoramiento de tus condiciones laborales. Porque la realidad es que la crisis ha repuntado, y las políticas derechistas no han hecho sino agravar la crisis y acelerar la destrucción de empleo.

Somos 5.965.400 parados. 187.300 más este trimestre. Pero no estamos todos. Faltan las (al menos) 87.300 personas que han salido de España en este periodo. Faltan las 88.700 que se están resignando. Faltan las como mínimo 110.100 personas a las que les han empeorado sus condiciones laborales… El dolor social ha aumentado estos tres meses no en 187.300 parados, sino en al menos las 473.400 personas a las que la estadística separa pero el sufrimiento une. España no funciona.

 

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