Hace unos días formulé en este espacio de pensamiento una propuesta política a la que titulé Espacio Democrático para Andalucía. Decía en esos cinco párrafos y con la brevedad que como sabéis me caracteriza, que ese nuevo espacio tendría que tener naturaleza de fuerza política, que debía aglutinar a la ciudadanía andaluza que apuesta por la transformación social, por la defensa del medio ambiente como elemento clave de nuestro modelo de desarrollo económico, así como a la que considera que es necesaria una apuesta política propia, gestada por andaluces y andaluzas con claro compromiso con esas causas sociales y medioambientales.
Además de los cientos de lecturas de las reflexiones que aquí exponemos, son enormemente positivos los comentarios que recibimos de nuestros lectores. En el caso de esa propuesta a la que me refiero, se han escrito varias reflexiones de mucho interés, que vienen sin duda a enriquecer el debate que debemos plantear y mantener, y me han motivado a retomar algunas de la cuestiones que planteaba.
Además, en los últimos días se ha materializado uno de los elementos que apuntaba como pendiente, la unidad política del andalucismo, que en nuestra región era un hecho político absolutamente necesario. A diferencia de Cataluña o Euskadi, con varias fuerzas políticas de diferente orientación ideológica, propias de dichos territorios, con representación parlamentaria, aquí en Andalucía esa unidad es uno de los primeros pasos necesarios para lograr que nuestro Parlamento Andaluz sea más rico, más variado ideológicamente y menos dependiente de Madrid.
El primer paso se ha dado. Ahora toca iniciar un proceso político constituyente de algo nuevo, con capacidad de atraer a ciudadanos que actualmente no estamos implicados en partidos políticos, ni nos sentimos identificados con el actual sistema de partidos de Andalucía, a personas de la izquierda, del ecologismo, del unificado andalucismo, y a ciudadanos que creemos en el poder democrático directo de la ciudadanía, en la radical democracia. Ese es el reto. Andalucía lo necesita. Construyamos con imaginación y sentido profundamente democrático ese nuevo Espacio Democrático Andaluz, lleno de propuestas concretas para el desarrollo de nuestra tierra.
¿Se está dando algún paso concreto para la construcción organizativa de ese Espacio Democrático para Andalucía?.
Ya se sabe que las cosas se ponen en marcha poco a poco, pero que alguien debe iniciarlas, dar el primer paso.
Tú lo sintetizas muy bien:
«Ahora toca iniciar un proceso político constituyente de algo nuevo, con capacidad de atraer a ciudadanos que actualmente no estamos implicados en partidos políticos, ni nos sentimos identificados con el actual sistema de partidos de Andalucía, a personas de la izquierda, del ecologismo, del unificado andalucismo, y a ciudadanos que creemos en el poder democrático directo de la ciudadanía, en la radical democracia».
Algunos ya estamos empezando el camino. Solo falta que vayamos confluyendo.
¿Sería posible que nos fuesemos poniendo de acuerdo y uniendo esfuerzos?.
Sólo una puntualización Angel. Andalucía no es una REGION, sino, una NACIONALIDAD, a tenor de lo establecido en el vigente Estatuto de Autonomía, que en su preámbulo apostilla que es una REALIDAD NACIONAL. Términos éstos, que, aún, no son utilizados por los medios de comunicación (prensa escrita, radio, TV, etc.), ni por la clase política, instituciones u organimos autonómicos, que con frecuencia utilizan el término REGIÓN. La propia norma Suprema, la CE, diferencia entre REGION y NACIONALIDAD.
Sin embrago, nuestro subconsciente colectivo nos traiciona por una alieneación de nuestras conciencias y aludimos, al que no nos corresponde ni por derecho ni por Historia.
Acostumbrémosnos a utilizar lo que por ley e historia nos corresponde.
Un saludo.