Pilar de la Paz Moya / Cada año, al llegar el 8 de marzo hacíamos balance: veíamos el camino recorrido y lo que aún quedaba para alcanzar la meta, la igualdad entre mujeres y hombres. Aunque seguía lejos, era gratificante comprobar que nuestro país había dado unos pasos más. Hubo años en que esos pasos fueron grandes: ahí están la Ley de Igualdad y la Ley contra la Violencia de Género. Ambas orgánicas con lo que ello supone. Y es que España fue el país de la OCDE donde más se redujo entre 1980 y 2010 la brecha en la desigualdad. El final de la década de los 70 estuvo marcado por la llegada de la democracia, y esto, que es una buena noticia para la ciudadanía, en general, lo fue mucho más para las mujeres, porque la igualdad y la dictadura se llevan muy mal. Parecía impensable ir marcha atrás y sin embargo…
Según el Informe Global sobre Desigualdad de Género 2012, que recoge datos de 135 países (el 93% de la población mundial), España ha caído 14 puestos (del 12 al 26) en el índice sobre igualdad de género. Este informe califica a los países en función de su capacidad para cerrar la brecha de género en cuatro áreas clave: salud, educación, participación política e igualdad económica. Aunque ningún país ha alcanzado la igualdad, por delante de España figuran, por ejemplo, Cuba, Mozambique, Burundi o Australia. Y es que cuando las cosas iban bien a las españolas no nos iba mal. En cambio, cuando van mal, a nosotras nos va fatal. Esto es así y, por ello, la dichosa crisis económica (ya salió la palabrita) ha sido nefasta. Ahora bien, no todos los recortes han sido fruto de una necesidad económica. Una gran parte de ellos es la traducción de lo que un gobierno conservador entiende como modelo de sociedad. Vamos a ir viéndolo más despacio mirando qué está pasando con estos aspectos clave porque ni en nuestros peores sueños pudimos imaginar tal retroceso.
En EDUCACIÓN, el ministro Wert hace grandes recortes en la Educación Pública a la vez que pretende cambiar la ley para permitir, por ejemplo, que colegios elitistas, y en el 95% casos, del OPUS DEI, reciban subvenciones aunque segregan a su alumnado. Recordemos que el origen de estos colegios lo tenemos que buscar en la idea de que mujeres y hombres debían cumplir papeles diferentes y de distinto valor en la sociedad y, por eso, no es descabellado pensar que quienes los promueven sean los mismos que pretenden perpetuar estas funciones en las que a la mujer le toca como papel protagonista ser esposa y madre. No hemos podido ver aún en qué medida el aumento de tasas universitarias impedirá que haya jóvenes que no puedan acceder a estudios superiores. También pretende la eliminación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Ello supone un retroceso porque significará que no se estudie durante la educación obligatoria temas como igualdad entre mujeres y hombres, violencia de género, racismo, homofobia, pobreza y derechos humanos.
En España estamos dejando sin tarjeta sanitaria a emigrantes, una viceconsejera de SALUD pregunta si tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema; millones de pensionistas, con un porcentaje muy elevado de viudas que cobran 600 euros mensuales, ya tienen que pagar parte de sus medicinas o enfermos oncológicos el transporte. Además, Alberto Ruiz-Gallardón, saliéndose de sus competencias como ministro de Justicia, ha decidido limitar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y amenaza con reformar la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. De llevar a cabo dicha reforma, España retrocedería en derechos e iría al revés de Europa. Quizá cuando sea tarde verán que la sanidad de la que podíamos presumir era de más calidad, más justa y más barata.
En EMPLEO PÚBLICO un informe que publicó a finales de 2012 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico advertía que “los recortes en los presupuestos que han congelado el empleo público y han reducido los salarios de los empleados de las administraciones afectan de forma particular a las mujeres por tener éstas una presencia más importante en ese tipo de empleos”.
Además, como quienes se encargan de cuidar, remuneradamente o no, a dependientes son mayoritariamente mujeres, somos las que más sufrimos los recortes en Dependencia, al traducirse éstos, en pérdida de empleo o en aumento de las tareas no retribuidas.
Según la E.P.A. (Encuesta de población activa) el número de personas paradas en el tercer trimestre del 2012 aumentó 85.000 en comparación con el trimestre anterior. De ellas, 75.500 son mujeres (9 de cada 10).
El copago JUDICIAL o tasazo ha entrado en vigor a finales de 2012 y con él desaparece el derecho a la tutela judicial efectiva recogida en el artículo 25 de nuestra Constitución. Estas tasas perjudican especialmente a las mujeres víctimas de violencia de género, ya que, aunque la demanda por malos tratos no implica el pago de tasas, es necesario abonar 300 euros, más la variable del 0,5% de los bienes que se reclamen, para pedir el divorcio.
Y no hemos hablado de la reducción de la natalidad, de los desahucios, de la amnistía fiscal a quien defrauda y el aumento general de impuestos… Para respaldar sus políticas el gobierno nos hablan de su mayoría absoluta. Esa misma mayoría a la que han traicionado incumpliendo su programa electoral.
Se llevan parte de nuestra nómina, la paga extra, nuestra salud y nuestra educación. Se llevan, sobre todo, nuestros derechos. Como leí en una viñeta de Diana Raznovich: “Hacerle la vida más difícil a las mujeres es lo más fácil que ha encontrado este gobierno…”
Pilar de la Paz Moya es experta en género e igualdad
Este artículo se ha publicado en la Revista 8 de marzo de USTEA que os podéis descargar en pdf en http://www.usteamujer.org/node/220