Manuela Martínez | Desde que se dieron a conocer los datos de la EPA del primer trimestre de este año, la palabra pacto ha sido una de las más pronunciadas en los medios tradicionales y en las redes sociales. Eso sí, con connotaciones muy dispares, la mayoría de las veces contradictorias.
Con la misma vehemencia se ha defendido su oportunidad y su improcedencia o su necesidad y su imposibilidad, por poner algunos ejemplos.
Se notaba que algunos pronunciaban la palabra pacto por primera vez, otros, en cambio, lo hacían como quien repite una jaculatoria sin saber bien lo que significa. Y entre los más críticos, destacan los que han demostrado desprecio absoluto por el concepto en sí mismo, sin reparar en los beneficios que podría reportar si pudiera alcanzarse.
En nuestro caso, sí sabemos lo que pedimos y por qué lo pedimos. De hecho UGT y CCOO, hemos demandado de manera reiterada la necesidad de propiciar un gran acuerdo nacional contra el paro, por el empleo y la cohesión social, ante la dramática situación económica y social del país. Un acuerdo en el que deberían participar el Gobierno, las diferentes formaciones políticas, las instituciones y los agentes sociales y económicos.
¿Es fácil de alcanzar? Nadie ha dicho que lo sea. Exige, eso sí, voluntad política, estar abierto al diálogo y colocar en el centro del debate la salida de la crisis social, más urgente si cabe que la crisis económica, priorizando la creación de empleo y la protección social.
En el caso concreto del Gobierno, el paso previo sería un reconocimiento expreso del fracaso de sus políticas. Unas políticas que han facilitado un aumento brutal del paro y que han demostrado con creces su inutilidad en la lucha contra el déficit público.
Precisamente es ese fracaso palmario de la gestión de la crisis y los dramas humanos que está provocando, lo que ha llevado a las Comisiones Ejecutivas de UGT y CCOO a volver a poner en común nuestras reflexiones y propuestas para salir de la crisis, en la reunión que celebraron el pasado lunes.
El tema central, lógicamente, ha sido la valoración para que se fragüe un amplio consenso de país que nos permita enfrentar la crisis social y los problemas más graves que la conforman: el desempleo y el incremento de la pobreza y la exclusión social.
De ahí que nuestra intención en la reunión del 16 de mayo, a la que nos ha convocado el presidente del Gobierno junto a la patronal, sea la de volver a reiterar que la principal prioridad para el movimiento sindical es combatir el paro y restablecer las redes de protección social que se han deteriorado justo cuando más se necesitan y que, para ello, hay que cambiar la orientación de las políticas económicas apuntando hacia otro modelo de desarrollo.
Porque nuestra apuesta por un “gran acuerdo por el empleo y la cohesión social” no implica, en ningún caso, dar un cheque en blanco al Gobierno para que continúe en la línea de una política que nos lleva a la ruina. Todo lo contrario, pretendemos que Gobierno, partidos políticos, instituciones y agentes sociales y económicos, acordemos una salida social a la crisis y la peleemos juntos, aquí y frente a la Troika.
No obstante, seguiremos ofreciendo un cauce para expresar el malestar social que en estos años de crisis se ha ido acumulando. No vamos a permitir que se criminalice la movilización social, en tanto que es la expresión democrática de la conciencia cívica ante situaciones de injusticia. Y de esas situaciones, lamentablemente, la acción de gobierno tiene mucha culpa.
Seguiremos, pues, apostando por la unidad de acción y la convergencia con la sociedad civil organizada, a través de la Cumbre Social y las Plataformas Sociales por el Progreso en Andalucía y Granada.
Confrontaremos con el Gobierno cuantas veces sea necesario, porque nos oponemos radicalmente a la LOMCE del ministro Wert, al nuevo recorte que se va a imponer en la Ley de Dependencia, que supondrá una nueva pérdida de empleos y de protección social; a la reforma de la Administración Local que pretende reducir la capacidad de los Ayuntamientos en la solución de los problemas de la ciudadanía y que puede suponer una nueva pérdida de empleo público; al proyecto de reforma de la Ley del aborto y al proyecto de Ley sobre desahucios; y, junto a la Confederación Europea de Sindicatos, nos movilizaremos contra esta Europa de los mercaderes y por la Europa de los ciudadanos, culminando el 16 de junio, en una manifestación en Bruselas, coincidiendo con la convocatoria del próximo Consejo Europeo.
Pacto o acuerdo nacional, sí, pero no para salir en la foto, sino para dialogar con lealtad y cumplir los compromisos. Esa es nuestra idea de pacto, no otra.
Manuela Martínez es Secretaria General de UGT Granada