José Miguel Muñoz .El País. La vanguardia europea de los estudios sobre feminismo e igualdad de género está en Granada y tiene nombre de mujer, por supuesto. Se llama Gemma y es el único máster Erasmus Mundi (los impartidos conjuntamente por Universidades de varios países) que hay en Europa sobre mujeres y género. El máster se cocinó en el Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres y de Género de Granada y en unos días empezará su séptima edición. La Comisión Europea lo ha distinguido como “el máster de referencia en estudios de las mujeres y de género en Europa”.
“El principal objetivo de Gemma es formar especialistas en el ámbito de la igualdad entre hombres y mujeres”, afirma Adelina Sánchez, coordinadora del máster, que se imparte simultáneamente en ocho Universidades europeas (dos son españolas, Granada y Oviedo) durante dos cursos. Los estudiantes realizan el segundo curso del programa en alguna de las otras siete Universidades participantes. Desde Granada se ha ido coordinando un programa académico común que recoge el trabajo docente e investigador de esos centros y armoniza diferentes tradiciones y culturas en temas de mujer e igualdad, como las que pueda haber en Eslovenia, Hungría, Italia, Polonia, Holanda o Reino Unido. El alumnado (algo más de 50 personas, elegidas sobre unas 500 peticiones) es de procedencia internacional, no solo europea, también de Latinoamérica, y en las clases se combinan tres idiomas: español, inglés e italiano. Y, aunque hay una aplastante mayoría femenina, “también hay hombres, en torno a un 10%”, destaca Adelina Sánchez.
¿Y qué se estudia en el máster? Desde historia y teoría del feminismo y de los movimientos de las mujeres o comparativa de legislaciones sobre igualdad de género en distintos países, hasta enfoques feministas en la lengua y la literatura, los discursos o la representación de la mujer en el arte y los medios audiovisuales, entre otras muchas materias. “El alumnado obtiene con el máster una cualificación profesional y una influencia que le sirve para desarrollar proyectos de investigación en sus países de origen que ayudan al avance de la mujer y de la igualdad. Es la principal utilidad del máster”, explica Amalia Morales, secretaria general de Gemma, cuyo nombre proviene de gender (género, en inglés) y máster. «Finalmente lo dejamos en Gemma, que es un nombre de mujer que existe en todos los países participantes”, aclara Adelina Sánchez.
La necesidad de un ministerio
Adelina Sánchez, coordinadora del máster Gemma, añora el desaparecido Ministerio de Igualdad. “Fue fundamental para colocarnos como referencia en Europa, al igual que la Ley de Igualdad de 2004, pero Zapatero lo eliminó no por un tema de recortes, porque el gasto no era superior al que había cuando era una secretaría de Estado, sino por presiones”. Y defiende la famosa expresión de su titular, Bibiana Aído, “miembros y miembras”. “Se utilizó para deslegitimar las políticas de igualdad, pero esa expresión fue muy necesaria porque la igualdad lingüística es muy importante”.
En el profesorado también hay mayoría femenina, aunque las responsables del máster destacan que “cada vez hay más hombres que investigan en temas de mujer e igualdad”. Miguel Lorente, especialista en violencia de género, es uno de los profesores visitantes del programa. “Antes solo las mujeres se interesaban por estudiar a la mujer, pero a partir de los años 90 el estudio de la mujer se convierte en un tema de igualdad social, en el que también están hombres, como Lorente. Hay muchos hombres ya estudiando la violencia de género”, explica la secretaria del máster.
Gemma ha sobrevivido a la crisis, “con menos subvenciones”, pero sus responsables destacan que son malos tiempos para la mujer en toda Europa. “Los recortes están reduciendo las ayudas a la investigación en general, y ahí se están viendo aún más discriminados los proyectos sobre mujer e igualdad de género porque no se consideran prioritarios. Pero invertir en humanidades y temas sociales es fundamental, porque son los que promueven la transformación de la sociedad”, argumenta Amalia Morales.
“En los dos últimos años, desde la llegada del PP, hemos retrocedido en el camino hacia la igualdad de género en España”, aseguran Sánchez y Morales. Por ejemplo, la modificación de la ley del aborto “es un paso atrás”; la reforma laboral “ha provocado una renuncia a los permisos de maternidad y un aumento de los trabajos a tiempo parcial en las mujeres”, señalan. Y en educación “también hemos retrocedido. La asignatura Educación para la Ciudadanía era importante, pero hay que educar en todos los ámbitos para la igualdad. Y la ley Wert va hacia un modelo de sociedad competitiva, hacia la ley del más fuerte, en la que la mujer tiene las de perder y saldrá perjudicada porque parte en peores condiciones. Se está implantando un modelo de competición frente a cooperación”, afirman.
Estas mujeres defienden convencidas la discriminación positiva. “En las pruebas de atletismo de 200 y 400 metros los atletas de las calles superiores parten más adelantados para que al final todos recorran la misma distancia. Con las mujeres hay que hacer igual, corregir ese desequilibrio histórico que tienen respecto al hombre”, explica Amalia Morales. Creen que las cuotas en política “son necesarias, porque obligan a buscar la gente valiosa también entre las mujeres”. Pero alertan sobre la “falacia” de las listas paritarias en los partidos políticos: “de nada sirve si las mujeres van en los puestos finales de la lista porque no saldrán elegidas; las listas deben ser cremallera, con alternancia hombre-mujer”.
Las responsables de Gemma aseguran que “la crisis económica se ha utilizado como excusa y ha paralizado el progreso en los temas de igualdad, por eso debe haber profesionales formados que puedan ayudar a cambiar estas situaciones y a vigilar que no haya retrocesos en la igualdad entre hombre y mujer”.