¿Hasta la derrota final?

Raúl Solís /Todo parece indicar que, si IU no se abre a conformar un gran Frente Amplio, Pablo Iglesias liderará una lista electoral para las elecciones europeas. Podemos ha hecho temblar los cimientos de hierro de la estructura inmovilista del Partido Comunista de España (PCE), parte mayoritaria y gobernante de la coalición Izquierda Unida (IU), que piensa que con la simple inercia de la crisis económica nada más hay que esperar a que el PSOE caiga como fruta madura.

En el lado socialista, el PSOE lidera la última encuesta publicada por El País y ha puesto ya en marcha su campaña mediática de renovación de caras que no cambiará en nada el interior económico de una socialdemocracia que, hace dos veranos, pactó con la troika una reforma constitucional que puso la democracia de rodillas frente a  poderes antidemocráticos.

El debate sobre el aborto ha conseguido que el PSOE se dé un manita nueva de barniz de izquierdas frente a una derecha radicalizada y a una IU sin mujeres en la que el conflicto de género es afrontado tímidamente porque se sale de la verborrea discursiva del obrerismo.

Por su parte, Izquierda Abierta (IZAB), el partido político integrado en IU que lidera Gaspar Llamazares, elegirá en primarias abiertas a las personas que conformarán la lista de IU en representación de IZAB. Las posturas aperturistas obtuvieron en el Consejo Federal de IU un nada desdeñable 35% de apoyos frente al inmovilismo del PCE, que considera que abrir los partidos políticos a la democracia participativa es de “posmodernos” que antes eran llamados “pequeño burgueses”. Al aperturismo siempre se le ataca, no vaya a ser que lleve razón y remueva los cimientos sobre los que se asienta el sectarismo.

Todo se mueve alrededor del PCE sin que el PCE se mueva. SUMA, una plataforma de convergencia entre distintas fuerzas políticas, mareas y movimientos sociales, también ha sido dinamitada por miedo a ceder, por temor a aceptar que el mundo ha cambiado porque se piensa que cualquier cambio supone una apertura al capitalismo y renunciar al conflicto de clase.

Esta quizás sea la última posibilidad que tiene el PCE para entender la realidad que gritan las plazas, para abrir la coalición IU a la pluralidad o, por el contrario, para presentarse abiertamente a las elecciones como Partido Comunista y dejar de usar la marca IU como marca electoral de una coalición que no puede seguir llamándose coalición si se niega a converger con otros movimientos y partidos políticos de izquierdas.

IU es, ahora mismo, la única herramienta que tiene la ciudadanía para defenderse de un sistema inhumano, cruel e insostenible por doloroso para la mayoría de las personas que habitan este planeta. Pero si el PCE se empeña y sigue secuestrando la coalición IU, la gente buscará otra herramienta que le posibilite la defensa propia en tiempos del cólera.

Seguir cerrados a la realidad solamente propiciará ir de fracaso en fracaso hasta la derrota final y volver a ser la fuerza del 5% en cuanto el PSOE ponga en escena su campaña de marketing para elegir candidato o candidata en primarias. Las primarias no son la solución a todo, pero sin primarias no hay solución a nada.

FUENTE: EUROPEANTE