Hemos denunciado, en otra editorial, que hay en nuestra tierra algunos jueces que confunden el tribunal con el confesionario y el foro con el púlpito. Pues bien también en nuestra tierra, hay una organización médica colegial que confunde la clínica con la sacristía, la salud con la santidad y el cuerpo con el alma. El Consejo Andaluz de Colegios Médicos ha aprobado, en su comisión deontológica, un dictamen contra el diagnóstico genético y preimplantatorio. Califican, desde una perspectiva anticientífica y muy ideologizada, a la selección de preembriones con fines terapéuticos como selección eugenésica. Llegan a afirmar literalmente que :” El diagnóstico preimplantatorio es una técnica al servicio de la violencia, ya que otorga a unos seres humanos la capacidad de decidir sobre la vida de otros seres humanos. Los padres se ven revestidos de la potestad para decidir sobre si el genoma de sus hijos posee la suficiente calidad como para dejarles vivir.”
Otorgarle estatuto de “ser humano “ a un preembrión en fase preimplantatoria es algo carente de todo fundamento científico y que no comparte ni siquiera re sectores de la iglesia católica como el prestigioso Instituto Borja de Bioética que en un reciente documento ( “Consideraciones sobre el embrión humano”) dice lo siguiente: “Antes de la implantación, en ningún caso se puede hablar de aborto, porque aún no se ha iniciado la gestación. Es en la implantación cuando podemos decir que se dan las condiciones mínimas indispensables para asegurar la posibilidad de crecimiento y desarrollo del embrión. Antes de la implantación, además, se pueden producir fusiones totales de dos embriones independientes (dando lugar a quimeras)3, o bien divisiones totales de un solo embrión (originando dos individuos independientes),lo que dificulta la consideración de individuo bien definido en esta etapa.”
La técnicas clínicas, contra las que lanza el anatema la comisión deontológica andaluza, son aquellas que han permitido la curación de un niño, grave e irreversiblemente enfermo , por medio de una selección del futuro hermano. Esta técnica ha sido ensayada por vez primera con éxito en España, en un hospital andaluz. Los miembros de esta comisión de deontología no hablan como científicos cuando se pronuncian contra el aborto, contra la muerte digna o contra la selección genética con fines terapéuticos; sino como miembros sectarios y fundamentalistas de una determinada religión. ¿Hasta cuando van a permitir los profesionales sanitarios que los colegios médicos estén en manos de la extrema derecha religiosa?. Los fundamentos científicos sobre los que se sustenta estas posiciones no son mas sólidos que aquellos sobre los que se basa el curanderismo, la quiromancia o la astrología? ¿Dejarían los profesionales sanitarios que los Testigos de Jehová, por ejemplo, controlaran la deontología médica?. Urge que el laicismo, la racionalidad y la ciencia entren en los colegios médicos andaluces al mismo tiempo que salgan todos aquellos que confunde el blanco de las batas con el negro de las sotanas.
EDITORIAL 18-12-2009