Lucía Márquez Daza / Acertadamente, creo, que IU ha diseñado una campaña para las Europeas que conjuga la Unión Europea y la realidad estatal. Una campaña fundada en dos ideas claves: “Fuerza” y “Gente”.
En mis visitas a los pueblos de Sevilla, principalmente, la gente me pide transparencia en el hacer de las personas que estamos en política en primera línea. Me apetece responder a quienes me piden esa transparencia e información clara. Voy a comenzar por comentar los lemas de IU en esta campaña, que son nuestras ideas fuerza.
QUEBRAR EL BIPARTIDISMO ES DEMOCRÁTICAMENTE NECESARIO.
La Segunda República llegó por unas municipales. ¿Por qué no podemos preparar el camino de la Tercera con unas Europeas?
“El Bipartidismo” no es una exclusiva de España, en toda Europa la realidad nacional se organiza en torno a modelos más o menos bipartidistas. “El mal de muchos es consuelo de tontos”. La cosa está en si somos conscientes de que esa tontura no es obligatoria en democracia.
Las democracias desde las Primaveras Árabes y las ocupaciones en el mundo occidental han cambiado de rostro. Su cara petrificada de ayer se ha quebrado. Y nos permite cuestionarnos sobre conceptos aceptados sin más. ¿Qué es el bipartidismo? Su origen se encuentra en la lucha entre la aristocracia y el demos, el pueblo, en la vieja Grecia. ¿Caben los privilegiados, la aristocracia, en la democracia? Indudablemente no. Por lo tanto, prorrogar la vida del bipartidismo por miedo a que la izquierda se muestre como alternativa es un error inadmisible en la actualidad. De esto debemos ser conscientes en nuestros ayuntamientos, en Andalucía, en España y en Europa.
En la Grecia de hoy, la corrupción y las políticas austericidas han llevado a la quiebra del bipartidismo. E, incluso, a la cultura política de la izquierda mediterránea: Syriza es una gran coalición sin el pivote básico de la izquierda de la Europa meridional. Allí las izquierdas (aunque divididas, básicamente Syriza y el Partido Comunista Griego) formamos la alternativa al sistema, a la gran coalición de PP – PSOE en el gobierno.
En Alemania sucede algo parecido, la gran coalición de gobierno entre populares y socialdemócratas, nos impone el imperio de Merkel (CDU), presidenta, y de Gabriel (SPD), vicepresidente. Los verdes, entre pragmáticos y radicales, andan sin saber que desean ser de mayores. Y De Link (La Izquierda), con todas sus contradicciones internas, se muestra como alternativa sin consolidar. No todo es paradisiaco, pero también en el norte las cosas cambian.
Ahora las elecciones europeas se nos presentan como un juego entre el candidato europeo del PP y el candidato de la socialdemocracia (PSOE). Se reproduce lo de siempre en la escala nacional y de la Unión Europea. El bipartidismo es la forma que el sistema capitalista tiene para decirnos que no hay otra salida, solo nos deja elegir entre: “O Guatemala o Guatepeor”.
¿Por qué elegir entre dos males? La mayoría salimos a la calle y decimos “Sí, sí podemos, pero no quieren”. Ahora toca mostrar en las papeletas que esto es verdad. Abstenerse, votar en blanco, nulo o “votar al menos malo”, el supuesto voto útil, es refrendar el bipartidismo.
Esto es una locomotora que han decidido parar debido a que están caducos los vagones de lujo, y hasta que construyan de nuevo los de primera para los mercados y los bancos, y han pensado tenernos atrapados en los vagones de tercera, sin luz, ni agua y con pocos alimentos. Estamos en una vía muerta compuesta por dos railes en paralelo, el izquierdo la socialdemocracia (en España, el PSOE) y el de la derecha, el liberalismo democratacristiano (el PP). No se cruzan casi nunca, pero nos atrapan en el mismo recorrido: de la estación del crecimiento deshumanizado y contaminante a la estación de la crisis de la que únicamente se sale con medidas austericida, según nos cuentan la tecnocrácia de mantenimiento.
Cuando salimos a la calle y nos manifestamos decimos que estamos hartos de hacer siempre el mismo viaje. Ya es hora de que no compremos un billete para recorrer los destinos conocidos, cíclicos. Es necesario que los vagones de tercera vayan vacíos. Así se podrá demostrar que el bipartidismo nos excluye de la democracia, y eso marcará el inicio decidido del fin de sus días. Campo a través o por caminos por hacer tenemos que dar el golpe al bipartidismo, diciendo que sabemos que hay una alternativa, y que no pasará por aquellas vías, esa alternativa en este nivel se llama: nuevas formas participativas de democracia desde lo local a lo global.
La Segunda República llegó porque el bipartidismo de la época vio en unas municipales que ya no era representativo. El trabajo que se ha iniciado en Grecia por Syriza, adaptado a nuestras circunstancias, debemos importarlo. Allí el bipartidismo está quebrado. Si conseguimos que de las Europeas salga muy dañado aquí y en toda la Unión Europea, tendrán que tomar buena nota de que la gente, la fuerza de la gente, pide una democracia de verdad, donde seremos quienes decidimos cómo se gobierna lo común.
Tenemos una nueva oportunidad. No la desperdiciemos.
Salud, alegría y república.