Cualquiera con un poco de experiencia política sabe que la unidad electoral entre Podemos e IU supondrían un resultado mucho menor y peor en votos que el que arrojaría la suma de ambos compareciendo en solitario. Y esto lo sabe muy bien los rivales; la derecha o el PSOE estarían encantados con dicha unidad, y por eso la anuncian continuamente. De esta manera ya habrían enclaustrado al “monstruo democrático, así le llama Negri a Podemos, en los viejos y estrechos márgenes sociales y electorales de la izquierda de la izquierda. Una fuerza nacida para vencer o morir como Podemos, producto de una situación de emergencia social (crisis) y política (corrupción) no se pude asociare sin costes a otra nacido en las aguas de las derrotas de la transición y pensada para supervivir como sea. En el manual de uso de Podemos no existen instrucciones para la retirada ; en el de IU no hay instrucciones para la ofensiva. Ser martillo o ser yunque son vocaciones incompatibles.
La gente que coloca a Podemos al borde del a mayoría , pudo haberlo hecho con IU y ni de lejos lo hizo, si Podemos ignorara esa inteligencia la gente. Si el 15M fue el fin de la hegemonía de la cultura política de la transición, fue también el fin de los que actuaron , con la mejor intención del mundo, como completos correctores de la misma. ¿A que podía, legítimamente, aspirar la izquierda antes del 15M sino a determinar, o sea corregir, la hegemonía del PSOE? A eso o a micro proyectos locales, muy interesantes, pero con una tasa de retorno muy corta y remota para la inmediatez del sufrimiento social que la crisis ha impuesto. Y cuando las hegemonías sociales cambian también los actores y los sujetos políticos; lo nuevo pide paso con una violencia que es incompatible con el cansino paso de lo viejo.
En política la unidad nunca tiene como resultado la suma aritmética:2 Tu con tu 25% más yo con mi 5% = 30%”, esta operación nunca es real. El efecto de la unidad es o multiplicador y como decía Benedetti “en la calle somos muchos más que dos”, o es reductor y somos mucho menos que dos. En esta caso que es reductor, muy reductor. Podemos ha conseguido conectar con sectores sociales a los que pasivamente solo el PSOE y el PP conectaban: las clase trabajadoras en precario, los desempleados, , los barrios populares, olvidados de la mano de Dios y de la izquierda. Los y las jóvenes enviados al limbo político han encontrado un proyecto suyo, de que son y se sienten protagonista, no quieren mas historia de derrotas, mas apología de lo bien que se vive siendo minoría coherentes e inútiles , como si la coherencia fuera un bien en si mismo valioso, un bien moral superior que dirían los teólogos. Podemos ha repolitizado a sectores a las clase medias y a sectores empresariales y autónomos golpeados por la crisis a los que la alienación d elas etiquetas ideológicas habían colocado en el bando de sus enemigos. Podemos ha conseguido eso que a mi me enseñaron que era la tarea de un revolucionario cuando empecé a militar: hacer que las contradicciones objetivas entre la inmensas mayorías y las inmensas minorías pasen a ser contradicciones subjetivos. Y de todo eso ni IU, ni el resto de la izquierda de la izquierda no se ha enterado nunca.
Claro está que puede que todo haya sido un espejismo. Cuantos de esa izquierda de la supervivencia, lo desean. Que alivio ¿verdada? Levatarete una mañaoa que todo hay vuelto a su cause: el PSOE y PP a sus mayorías y a sus peleas mas o menos simuladas, y nosotros a nuestra minoría vigilante y coherente calculando cuantos diputados y liberados provinciales vamos a disfrutar., olvidada ya la pesadilla del “monstruo democrático”. Pero si todo hubiese sido un espejismo es porque también el cambio social en la hegemonía habría sido ficticio, Si esto es así Podemos ( la flecha) fracasará e IU ( el corcho) mejor o peor conseguirá hacer lo que sabe , supervivir. La flecha no habrá llegado al cuerpo del enemigo porque no había fuerza social que la impulsara. y fuerza. Hicimos lo que pudimos y lo que pudimos no fue suficiente, ya tenemos bastante experiencias en este tipo de fracasos. Pero lo que sería imperdonable es que fracasáramos por empeñarnos en disparar flechas de corcho.