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¿ Por qué morimos antes? Desigualdad , contaminación y salud en Andalucía

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Los últimos datos  sobre esperanza de vida en España, publicados por el INE  esta semana, indican que Andalucía es la comunidad que tiene una esperanza de vida más corta de todas las comunidades autónomas. En concreto nuestra comunidad tiene una esperanza de vida media de 79,66 años para el año 2008. Esto supone que tenemos un año y medio menos que la media estatal (80,90) y  casi tres años menos de vida que las comunidades más ricas que son las que tiene también la mayor esperanza de vida ( Navarra, País Vasco y Madrid). Lo sorprendente de este dato es que estamos por debajo  no ya de la media estatal, sino de la media  del conjunto de indicadores sociales, donde Andalucía  suele ocupar un  lugar cercano, por debajo, de la media española.  Tenemos un PIB inferior a la población, tenemos una renta per capita también menor pero en ninguno de los indicadores sociales aparecemos como la comunidad con peores números, como en los de esperanza de vida.

 Bien es cierto que comunidades como Navarra, el País Vaco  o Madrid reciben del orden de 3 a cuatro veces más inversión sanitaria por habitante que Andalucía  (sin  introducir  ningún factor de corrección por  la dispersión territorial ). Pero aún así , no somos, ni mucho menos, la comunidad con menos inversión sanitaria por  habitante de toda España ¿Por qué ocurre entonces  que tenemos la menor esperanza de vida?  ¿Es un  problema exclusivo  del sistema sanitario andaluz?. Creemos  sinceramente que sin exculpar de sus responsabilidades al  SAS, el problema es más  profundo y se relaciona  directamente con las condicione sociales y ambientales de vida de la población andaluza.

El primer factor social  que creemos implicado en este acortamiento de la esperanza de vida, tiene que ver con las  desigualdades, el desempleo  y la precariedad laboral.  Está demostrado en numerosos  estudios epidemiológicos  que  a   mayores tasas de desigualdad social, de desempleo  y de precariedad ( inestabilidad ,eventualidad, competitividad , insatisfacción laboral, baja calidad del empleo, etc)  mayores tasa de mortalidad.  Esta situaciones  de deterioro d ela confianza  social generan un estado  de inseguridad  ( la “erosión del carácter”   que ha estudiado R..Sennett) , estrés y angustia  que hacen subir las tasas de accidentes laborales y los índices de morbilidad y de mortalidad. Andalucía tiene  en cada uno de esos indicadores (  desempleo, precariedad ,, cualificación , siniestralidad) uno de los resultados más  negativos. Los niveles de desigualdad social   (medidos por el índice  de Gini)  son también de los más altos de España.

El segundo factor, está  vinculado con la presencia de industrias y actividades altamente contaminantes  en nuestra tierra. Uno de los efectos de la desarticulación  y la extraversión de la estructura productiva andaluza ha sido la “especialización en lo indeseable”. En nuestra patria  se han instalado y permitido  industrias y actividades muy tóxicas y  contaminantes con un impacto terrible sobre  el medio ambiente, y la salud de los ciudadanos en general y de los trabajadores y trabajadoras en especial. El Atlas  de Mortalidad   elaborado por Joan Benach y la UPF de Cataluña ,indica que tres provincias andaluzas ( Huelva, Cádiz y Sevilla) tienen los índices más alto de mortalidad  de España .  En determinadas  patologías  que van desde el cáncer  a la diabetes, los diferenciales de mortalidad son escandalosos. Este factor de contaminación ambiental podría por sí sólo explicar la esperanza de vida en nuestra comunidad.

 Y en tercer lugar,  hay un  tercer factor  cual está   el modo de vida  propiciado por el   diabólico  maridaje entre  desigualdad  y consumismo. Esta situación   ha conducido a  unos  hábitos de vida muy poco saludables entre la población andaluza,  y de manera más significativa entre los mas pobres.  Baste  decir que el consumo de grasas  de origen animal es inversamente proporcional a la renta en Andalucía: cuanto m´ss pobre más grasas animales y menos grasas vegetales y al contrario. La vieja imagen del  “gordo ricachón terrateniente”  ha cambiado, ahora en Andalucía  (como dicen en USA) no eres pobre si no has pasado de los cien kilos de peso. Los ricos son estilizados, comen grasas vegetales y están sometidos al imperio del fitness. El sobrepeso,  el sedentarismo, el  tabaquismo, el consumo de drogas , el  alcoholismo están muy extendidos por Andalucía con cifras récor , por encima de la media, en el  panorama estatal.   Por el contario, si analizamos encuestas como la de presupuestos familiares,  de hábitos de consumo o las de salud ; veremos como la inversión  media, tanto en tiempo como en dinero,   de los andaluces y andaluzas  en buenas  y saludables practicas de ocio son mucho menores  que la media española.

Los  tres  factores van  asociados  y no se puede  separar salvo analíticamente. No  es posible  cambiar  los hábitos individuales de consumo y de actividad ,  sin cambiar las condiciones sociales y ambientales de vida que  lo provocan. Lo contario sería como pretender  convencer a un condenado que está en capilla de las bondades  de  dejar de fumar..Creemos que esto tres factores  pueden contribuir a  explica por  qué los andaluces y las andaluzas somos los españoles que nos morimos antes, aunque no somos los más pobres , ni los que menos invertimos en sanidad. La desigualdad, el desempleo, la precariedad, la contaminación,  el consumismo matan.  Cambiar el modelo de producción y consumo no es  ya sólo un asunto económico o ambiental, es un asunto  prioritario de salud pública.  

EDITORIAL  1-01-2010

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