El PSOE está paralizado por dos guerras civiles en las que anda inmerso. Una, ab intra, entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Y otra, ad extra, contra Podemos. Desde esta perspectiva hay que entender los extraños movimientos de Sánchez. El objetivo de los dirigente socialistas en estos momentos no es echar a Rajoy o combatir el austericidio, sino garantizar el poder interno dentro del partido y defender la hegemonía dentro de la izquierda. Lo demás, ahora, les importa tres pitos.
Tanto si permite un gobierno de Rajoy, como si intenta un gobierno con Podemos; Sánchez pierde alguna de las dos guerras, o incluso, las dos a la vez. El PP, a su vez, hace lo que le toca hacer pero el acuerdo con Ciudadanos no le da para gobernar. Y el muro que ha construido durante años contra los vascos y catalanes no lo puede desmantelar en unos pocos días. Podemos no puede hacer otra cosa que ofrecerse al PSOE para formar gobierno, pero sabe que los socialistas no aceptaran, pues están atrapados en esta doble contienda que los paraliza.
Así las cosas, a Sánchez le quedan sólo tres opciones: rendirse, al abstenerse en la investidura de Rajoy. Dar un triple salto mortal con tirabuzón y pactar con Podemos. Y finalmente seguir como hasta ahora manteniendo el doble “no” al PP y a Podemos. La lógica guerracivilista conduce a pensar que la posición de Sánchez seguirá siendo esta última y habrá, si los nacionalistas (o una ruptura en el grupo socialista) no lo remedian, nuevas elecciones.
Y el problema no tiene fácil arreglo pues la fractura de la izquierda no parece que tenga una cómoda recompostura. Esta división entre PSOe y Podemos obedece a fracturas sociales muy severas y no a cambios de opinión electorales coyunturales. Por el contrario , el acuerdo entre PP y Ciudadanos permite, de una forma u otra, la reunificación del voto de la derecha. Pero esto a los dirigentes del PSOE no les preocupa ni mucho, ni poco. Ellos con mandar en el partido y en la izquierda ya van más que satisfechos. El problema sigue siendo , no olvidemos, el PSOE, que todavía no ha decidido que quiere ser de mayor