Francisco Garrido. Años después de su muerte, por suicidio inducido, muchos son los que afirman que Turign fue uno de los artificios de la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial. El, y una serie de matemáticos, lograron descifrar los criptograma alemanes, y dieron una información crucial a los aliados. Hoy todos hablamos de las ventajas de las TIC , de los avances en la computación y en la robotización de la vida cotidiana, pero casi todos ignoran a los investigadores oscuros y olvidados que dieron lugar al arsenal tecnológico que ha permitido la aparición estos avances
La “inútil” investigación básica en matemática, tan denostada por su abstracción y carácter especulativo; está el origen de toda la revolución científico técnica de nuestra época y en las miles de aplicaciones que hoy inundan la industria y la vida doméstica. Los que hoy pierden, o ganan, el tiempo, capturando Pokeimon o librando batallas en los video juego, no saben que detrás estuvieron cientos de matemáticos y matemáticas haciendo “cosas raras” con número, funciones, ecuaciones, algoritmos . Si nuestra lavadora es cada vez más eficiente y precisa, si no nos perdemos con la bici en medio de la montaña; es por que estos “locos despistado” con sus cálculos especularon durante siglos inútilmente.
Viendo el otro día una muy buena película sobre el “caso Fischer”, el genial ajedrecista norteamericano, reconocí en él, la dramática biografía de muchos matemáticos y lógicos condenados a la marginación e incluso a la locura. Pagaron con su salud y su bienestar la hazaña intelectual en la osaron intrometerse. La investigación básica en matemática, es tan necearía y tan útil para todos, como costosa y peligrosa para los que la afrontan. La falta de reconocimiento social, la carencia de apoyos de los fondos público, y los riesgos psicológicos que comportan la inmersión en universos tan abstractos; han supuesto una senda peligrosa que los matemáticos han tenido que transitar muchas veces a costa de su salud y sus vidas.
De esa aventura que eligieron, por el honor de la humanidad, hoy vivimos. Necesario es recordar esto ahora que el Estado abandona a la investigación básica y los planes de estudio escolares reniegan de la ciencias más especulativas, que por cierto son finalmente las más prácticas para el común aunque no para el mercado. Hermana de soledades de la filosofía, la matemática nos hace más singularmente humanos. Ojala llegue un día en que reconozcamos la deuda colectiva que tenemos con su martirio, y en las calles podamos ver monumentos al “Matemático desconocido”.