José Antonio Pino
¿Debería celebrarse otro Vistalegre?
Concluidas las elecciones generales de diciembre de 2015, y las de junio de 2016, parece sensato pensar que » los cielos no se van a a asaltar». Con un porcentaje de voto cercano al 20% la izquierda alternativa obtiene los mejores resultados de la historia y con unas posiblidades fantásticas para poder influir y demostrar que se quiere, se sabe y se puede gobernar:
pero para gobernar, debe reconocer que » solo» no puede y previsiblemente no va a poder en lustros. Permitiendo indirectamente una hegemonía del PP.
En Vistalegre II se debatía sobre dos proyectos estratégicos para el conjunto del Estado, los dos absolutamente legítimos; el de Iglesias, partía de la deriva derechista y austericida del PSOE ( se acababa de consumar el golpe palaciego contra Sánchez), y la incapacidad del PSOE de regenerarse. Por tanto ninguna estrategia contemplaba el más minimo acuerdo con dicho partido, al que había que intentar » pasokizar» a base de propuestas que » retrataran» al PSOE como partido garante de las élites y los poderosos ( la Gestora actuaba con ese criterio).
Por otro lado, el proyecto de Errejon, partía de la imposiblidad de ocupar todo el «espacio del cambio» y con el objetivo de mejorar el trabajo en el Congreso y en las instituciones para dar credibilidad a la alternativa. Para ello, entendía que en aquellas cuestiones en las que fuera posible había que » entenderse con el PSOE», por cuanto había un porcentaje importante de ciudadanos/as que votaban a un partido de izquierdas cuando votaba al PSOE. El resultado de Vistalegre dió la victoria a la propuesta de Iglesias de aislar al PSOE.
Celebradas las primarias en el PSOE, con la incontestable victoria de Sánchez, Podemos tiene que modificar su estrategia de alianzas. Nadie debe llamarse a engaño pensando en que Sánchez es un gran dirigente político de izquierdas, y va a plantear un gran acuerdo con Unidos Podemos, pero su » epica» victoria le coloca en muy buena posición para tratar de recuperar votos de los antiguos votantes socialistas que cambiaron en 2015 y 2016 y votaron a Podemos.
Ese es el escenario que , desde mi punto de vista, se abre en estos momentos. Iglesias y su equipo deben » saber leer el partido».
De Andalucía, hablaremos otro día, pero espero que la propuesta de pedir a IU, y los Ganemos que rompan todos los acuerdos municipales con el PSOE y seguir con el concepto de que todo el voto del PSOE es un voto cautivo y clientelar, es equivocarse de medio a medio.
Concluidas las elecciones generales de diciembre de 2015, y las de junio de 2016, parece sensato pensar que » los cielos no se van a a asaltar». Con un porcentaje de voto cercano al 20% la izquierda alternativa obtiene los mejores resultados de la historia y con unas posiblidades fantásticas para poder influir y demostrar que se quiere, se sabe y se puede gobernar. Pero para gobernar, debe reconocer que » solo» no puede y previsiblemente no va a poder en lustros. Permitiendo indirectamente una hegemonía del PP.
En Vistalegre II se debatía sobre dos proyectos estratégicos para el conjunto del Estado, los dos absolutamente legítimos; el de Iglesias, partía de la deriva derechista y austericida del PSOE ( se acababa de consumar el golpe palaciego contra Sánchez), y la incapacidad del PSOE de regenerarse. Por tanto ninguna estrategia contemplaba el más minimo acuerdo con dicho partido, al que había que intentar » pasokizar» a base de propuestas que » retrataran» al PSOE como partido garante de las élites y los poderosos ( la Gestora actuaba con ese criterio).
Por otro lado, el proyecto de Errejon, partía de la imposiblidad de ocupar todo el «espacio del cambio» y con el objetivo de mejorar el trabajo en el Congreso y en las instituciones para dar credibilidad a la alternativa. Para ello, entendía que en aquellas cuestiones en las que fuera posible había que » entenderse con el PSOE», por cuanto había un porcentaje importante de ciudadanos/as que votaban a un partido de izquierdas cuando votaba al PSOE. El resultado de Vistalegre dió la victoria a la propuesta de Iglesias de aislar al PSOE.
Celebradas las primarias en el PSOE, con la incontestable victoria de Sánchez, Podemos tiene que modificar su estrategia de alianzas. Nadie debe llamarse a engaño pensando en que Sánchez es un gran dirigente político de izquierdas, y va a plantear un gran acuerdo con Unidos Podemos, pero su » epica» victoria le coloca en muy buena posición para tratar de recuperar votos de los antiguos votantes socialistas que cambiaron en 2015 y 2016 y votaron a Podemos.
Ese es el escenario que , desde mi punto de vista, se abre en estos momentos. Iglesias y su equipo deben » saber leer el partido».
De Andalucía, hablaremos otro día, pero espero que la propuesta de pedir a IU, y los Ganemos que rompan todos los acuerdos municipales con el PSOE y seguir con el concepto de que todo el voto del PSOE es un voto cautivo y clientelar, es equivocarse de medio a medio.