Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y temores,…
Italo Calvino, Las ciudades invisibles
Érase una vez una ciudad que cumpliría pronto mil años. Al menos eso decidieron algunos próceres del lugar. Aunque el debate académico sobre su origen está vivo, y parece bastante probable que antes de nacer ya hubiese nacido, y aun antes ya hubiese existido un lugar poblado íbero y romano llamado Iliberri. En cualquier caso, hace muchos siglos que el fruto del granado le dio nombre.
La Granada de hoy conserva en su seno perlas y vacíos, poetas y doctores, cátedras y amantes, eriales públicos, jardines interiores, pérdidas y olvidos, amalgamados por una elite política que alimenta con una gota de leche diaria su poder real. Un alimento completo que suministrado en la dosis adecuada adormece el espíritu e impide la muerte.
La Granada de hoy vive del pasado hipotecando el futuro. Un pasado antiguo y remoto evocado en postales para los turistas que, como en la Maurilia de Italo Calvino “no representan a Maurilia como era, sino a otra ciudad que por casualidad se llamaba Maurilia como ésta.” El caso es que los habitantes de Granada cada vez tiene mas dificultad para reconocer a Granada en Granada. Los turistas no tienen ese problema, llegan al Albayzín y a la Alhambra, pasean por la Carrera del Darro, suben al Sacromonte en microbuses nocturnos, y se van rápido, como hacen todos los turistas del mundo, para contar, con el testimonio gráfico de sus mil fotos digitales, que estuvieron en un lugar como Granada.
Mientras todo eso ocurre, las gentes de la ciudad se sumergen a diario en otra ciudad. En la ciudad cotidiana hay muchachas madrugadoras que trabajan de cajeras por 600 euros, abuelas que esperan el autobús con paciencia infinita, jóvenes que conscientes de la levedad de su vida, rasgan con sus motos una paz que ya no existe, adultos circunspectos en el interior de su automóvil, niñas que respiran las miasmas de una polución persistente, madres con sus bebés que no encuentran árboles frondosos en los techos de los aparcamientos, atletas obligados a jugar al pádel a doce euros la hora, gentes de barrio a las que tendrá que gustarle el golf aunque no quieran, estudiantes de arte que sueñan Berlín, comerciantes de barrio que ven como sus negocios se apocan por la salpicadura veguera de grandes superficies comerciales.
Mientras todo eso ocurre, unos cuantos concejales y concejalas se reunieron, hace un año, en los salones municipales urgidos por su propia indolencia para acordar unas cuantas propuestas dignas de la celebración milenaria. Entre el millón de propuestas posibles eligieron diecinueve. “Mañana sol y buen tiempo”, que dijera el clásico de Siniestro total. Granada será Capital Mundial de la Poesía, Ciudad de Festivales, celebrará el Campeonato Mundial de Judo y acabará aquí la Vuelta Ciclista a España. Granada tendrá un Albaycín rehabilitado, su centro será declarado Patrimonio de la Humanidad, y habrá especial atención a los barrios desfavorecidos, Zona Norte a la cabeza. Granada tendrá una Bienal de Flamenco y Música Andalusí y Sefardí, también habrá un Congreso de Historia del Reino de Granada, Cumbre del Culturas y Premio del Milenio. Además se acabarán las infraestructuras pendientes. Y para todo ello y mucho más, habrá mucha, mucha, mucha participación ciudadana.
Fastos y fuegos artificiales que agradan a la ciudad de la gota de leche y que dan pie a proponer más ideas para el Milenio. Así se podrían proponer un Congreso de Organizadores de Festivales de Música y Danza, un Mundial de Cetrería (que resultará muy nazarí), un Certamen de Economistas para el Milenio, un Encuentro de Novelistas Especialistas en Novela Histórica, un Campeonato Mundial de Filosofía Esotérica y Arábiga, y mucho más, y sino al tiempo.
Son escasas las voces que se han oído, no ya criticando las propuestas, que nos pueden gustar mucho o poco, ya que todas parecen dignas haya celebración del milenio de la ciudad Zirí o no, sino pidiendo una celebración mas reflexiva, mas coherente, que plantee objetivos que actúen sobre los problemas reales de la ciudad y sus gentes. Voces que adviertan que no se puede empezar la casa por el tejado, que es necesario un compromiso de Estado. Voces que planteen qué celebramos, por qué lo celebramos y para qué lo celebramos. Voces que definan objetivos sociales, económicos y ambientales de cara a una ciudad mas sostenible. Voces que saquen a la luz lo mejor de lo que nos legaron las generaciones pasadas, como la Vega, para legar a nuestras hijas e hijos lo mejor de nuestra generación. Movilidad, protección del entorno agrario y paisajístico, infraestructuras medioambientales, culturales, turísticas, sociales, educativas y deportivas, que regeneren el tejido y la vida urbana, que fomenten el civismo y la tolerancia, son objetivos absolutamente necesarios. Los fastos y las fiestas vendrán por añadidura, no lo dudemos.
Lamentablemente el bajísimo nivel político de la política de esta ciudad no apunta en esa dirección. Existe un Partido Popular a que esta celebración gusta bien poco ya que huele demasiado a morería. Existe un Partido Socialista apocado que basa la celebración en la invasión de la vega sur agrícola, haciéndole el juego urbanístico a sus alcaldes y alcaldesas de la zona, y a una innecesaria ampliación del Polígono Tecnológico de Ciencias de la Salud, no olvidemos que, aproximadamente, el 30% de la superficie industrial del área metropolitana está desocupada.
Pero además hace unos días que dimitió el recién nombrado Director del Consorcio para la Celebración del Milenio. Dijo, con otras palabras, que no tenía suficiente peso político para dirigir el evento. Aquí, ya sabemos, que eso significa que no hay interés por parte del Estado en el asunto, que la Junta ha librado en estos presupuestos unos miserables 700.000 mil euros, y que pretende incluir como proyectos u objetivos algunos de los que ya había prometido tiempo ha. El nuevo presidente es ni más ni menos que el Consejero de Presidencia de la Junta, un perfecto desconocido en Granada que no es independiente ni persona de reconocido prestigio en la localidad, que tiene una filiación política clara y que no representa para nada a la ciudadanía granadina. Con esta decisión el PSOE granadino delega y externaliza las decisiones que nos afectan, como viene siendo habitual, y lo que es peor, alimenta la hoguera de la confrontación Ciudad/Junta, en la que el PP basa su estrategia de asalto a la Diputación y derrota absoluta del partido que gobierna Andalucía en esta provincia.
Al final la derrota, como siempre. Granadinos derrotados por los intereses políticos de unos y otros.
Granada plagada de monumentos que autentifican la derrota de sus pobladores, no solamente la Alhambra, también existen las minas del Marquesado,las excavaciones de Orce, los cañaverales de Motril, sus puertos de pescadores, sus vegas de cemento…. y algo que es indiscutible y un fruto que es deseado por unos y otros, Sierra Nevada. Donde el exterminio masivo de su flora, fauna y paisaje es olvidado por todos en beneficio de unos y otros, para obtener renta a costa de un entorno privilegiado que a los granadinos solamente nos dejará otro desierto más.
En Granada todo es antiguo, huele a viejo, las ideas se machacan o se tapan con cemento y proyectos que actúan como cortinas de humo para esconder las miserias que nos rodean.
Granada, se salvará de la desidia, del desempleo, de su torpeza, de su desgobierno, cuando los granadinos pongamos la primera piedra de la solidaridad entre nosotros mismos y nos olvidemos del PP-Psoe,Iu,Junta,Diputación, alcaldes, empresarios inmóviles, etc.
Por tanto el milenio es otro invento para ocupar sillones, justificar ingresos y empobrecer más a nuestro territorio.
¿Donde está Dhul, Puleva, Cervezas Alhambra, Aguas de Lanjarón, etc, vendidas y yan han proyectado los PP,Psoe,Iu,Junta, Diputación, etc las energías renovables en nuestros campos y vegas utilizando la misma política empresarial que en el franquismo, la venta o alquiler de nuestro territorio para dar beneficio al de siempre y el paro pulula a sus anchas y hemos perdido un poco más de Granada.Cuando tengan las arcas llenas nos dejarán sus monumentos para los turistas del futuro y otro cuento más para nuestra historia.
Aben Humeya,Mariana Pineda, son ejemplos para los granadinos.Ellos han manipulado la historia, han asesinado las ideas y ahoras hacen lo mismo. ¡NO LES DEJEMOS QUE LO HAGAN! Por Granada.