Francisco Garrido. El discurso del rey del 3 de octubre no ha sido un error. La brutal intervención policial el 1-O en Cataluña tampoco ha sido producto de un mal cálculo . Las prohibiciones de actos de debate sobre el referéndum, no responden a un exceso de celo de jueces derechistas. Todo lo que está ocurriendo se inscriben en una estrategia de aprovechamiento del conflicto catalán para dar un salto cualitativo en el programa neoliberal de regresión autoritaria de los derechos y libertades. En este programa se inscriben la ley mordaza, las modificaciones del poder judicial y el TC o las reformas del código penal
¿Para qué? El objetivo es la adaptación normativa, institucional y sicosocial para un estado de desigualdad, pobreza y austeridad impuesta en un futuro previsiblemente próximo. La democracia y el Estado de Derecho tal como lo conocemos hoy no es compatible con niveles de desigualdad política y socialmente insoportable.
El efecto de disciplinización social de las imágenes de Cataluña y la puesta en escena del discurso del Rey forman parte de un continuo discursivo que tiene como objetivo generar miedo e impotencia colectiva .Lo peor no fue lo que la policía hizo, con ser terrible; sino lo que demostró que podía hacer. Aquello que más miedo nos da del discurso del Rey no fue tampoco lo que dijo sino lo que no dijo pero podía decir.