Francisco Garrido. Desde la cómoda distancia y desde la admiración hacia la hermosísima lucha del pueblo catalán, y siendo consciente del abandono de gran parte de la izquierda social y política española, a excepción de Unidos Podemos; quisiera trasladar estas reflexiones sobre algunas enseñanzas que nos dejan estos días a los republicanos y republicanas.
Primera. Cuando la Generalitat saco urnas y se las quitaron violentamente, ganó. Cuando ha querido tomar decisiones sin urnas, perdió. Esto significa que el acuerdo ampliamente mayoritario de la sociedad catalana que confrontaba con el régimen del 78, no era la independencia sino el derecho a decidir. O lo que es igual, la democracia como forma de vida y como método de resolución de los conflictos.
Hasta el 1-O la Generalitat ganaba , el PP y el régimen perdía. Se gestionó mal después , el régimen empezó a ganar. Ya se habían gestionado mal los esperpénticos plenos del parlament de septiembre, Allí hubo graves infracciones a las garantías democráticas que además eran innecesarias en la hoja de ruta de la desobedecía civil que estaba en marcha. Eso si, mucho menos graves que losl que lleva años cometiendo el PP , pero ellos no deben ser los maestros de ninguna buena republicana.
Es el mismo espíritu de indignación democrático radical del 15M, el que llevo a millones de catalanes y catalanas a resistir pacífica y heroicamente las brutales cargas de la policía, y no sólo la épica nacionalista, que también estaba presente. Separar la épica nacionalista del espíritu del 15M condujo al error de no disolver y convocar elecciones el mismo día 2 de octubre. Esos catalanes y catalanas que han luchado estos días por el derecho a decidir no se merecen una decisión sin derecho como la DUI.
Segunda. Cuando la democracia confronta con la ley, la ley debe plegarse a la democracia, pero esto no significa que la democracia carezca de normas aunque estas no sean leyes positivas de ningún Estado. La razón pública existe y limita el ejercicio de cualquier forma de poder democrático. La brutalidad policial no justifica la brutalidad política de una Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Que el régimen no permita una ejercicio ordenado de las decisiones colectivas democráticas (como el 1-O) no justifica que demos por legítima cualquier decisión política de los que sufren esta prohibición. Frente al desorden del régimen persiguiendo urnas y papeletas, Cataluña gano cuando escondía urnas y papeletas y perdió cuando se olvidó de ellas.
Tercera. La alianza con las mayorías progresistas españolas es imprescindible para vencer al régimen en Cataluña. Pero también para ganarle la partida al régimen en toda España es imprescindible la alianza con las fuerzas soberanistas catalanas. Esta alianza solo podrá ser posible sobre el derecho a decidir y no sobre la independencia.
Cuarta. El próximo 21 de diciembre hay que ir a las urnas y ganarle otra vez a los partidos del régimen. La izquierda soberanista y la independentista no debe repetir sus propios relatos erróneos (DUI), y si replicar sus aciertos (1-O). Queremos votar, no nos cansamos. Votar, deliberar y decidir libremente. La democracia no es un camino entre otros , es el camino.