José Gaviño
Vuelta al ajo con el gran pacto de estado, que no es más que volver a plantear de nuevo el gran gobierno de coalición PSOE-PP. Es decir, con unas derechas inmersa en una brutal campaña de descalificaciones, de acoso y derribo, que plantean meter en la cárcel en plena pandemia al gobierno de coalición (“Gobierno Criminal”), bajarles los impuestos a los ricos… ¿Qué consecuencias tendría ese gran pacto de Estado? ¿Qué intereses están en juego? Son preguntas que, con cientos de muertos diarios, por desgracia, no podemos dejar de hacernos.
Comparto plenamente este axioma: “El desenlace de la crisis tendrá mucho que ver de cómo se juega el partido mientras la crisis está en desarrollo”.
La primera consecuencia previsible de ese pacto seria desalojar de las instituciones del estado a la izquierda y, por lo tanto, la posibilidad de impulsar medidas que pretenden favorecer a las clases populares, a los autónomos y Pymes, redefinir las políticas en servicios públicos esenciales, como la sanidad y, paralelamente, actuar como gran cortina de humo que impida visibilizar y debatir por la ciudadanía las políticas impulsadas por el neoliberalismo, las consecuencias de la globalización y las deslocalizaciones, el papel y la función de la Unión Europea.
Ese gran pacto de estado sería, en las actuales circunstancias, repetir a peor las respuestas dadas a la crisis de 2008: una monumental operación de transferencias de rentas de abajo arriba en el interior del Estado-Nación y de las periferias del sur de Europa hacia los países del centro, continuar con las privatizaciones y externalizaciones de servicios esenciales, precariedad laboral generalizada, con las consecuencias ya conocidas de brutales desigualdades sociales, y profundizar aún más en la crisis ecológica y en el cambio climático.
Dicho esto, la actuación del gobierno de coalición PSOE-UP puede y debe ser mejorable:
1º. Debe recomponer, articular y cohesionar la mayoría que hizo posible la moción de censura, la investidura y el actual gobierno de coalición.
2º Frente a una política de hechos consumados, debe escuchar, informar y deliberar, previamente a tomar decisiones, con las comunidades autónomas y establecer ya un mecanismo articulación institucional con ellas.
3º Impulsar y articular políticas de alianza en Europa, que permitan una alternativa a las políticas neocoloniales con el sur de Alemania, Holanda, etc.
4º Es necesario plantear una reflexión y un debate público sobre la capacidad financiera del Estado Español para mantener a corto plazo las medidas sociales que está impulsando, mantener los servicios públicos esenciales, las prestaciones sociales, etc.