Portada / Democracia / 5. NUEVA OLIGARQUÍA: TECNOCRACIA Y NEOFASCISMO

5. NUEVA OLIGARQUÍA: TECNOCRACIA Y NEOFASCISMO

Rafa Rodríguez

1.- Los nuevos líderes del capitalismo: las tecnológicas

En la reconfiguración del poder de las oligarquías globales durante esta crisis, las grandes empresas tecnológicas han acumulado un enorme poder económico y de control sobre el flujo de información y comunicación, sobre la vida cotidiana de las personas, el comercio, los satélites y la industria militar, liderando todos los rankings[1].

La fracción de la oligarquía que defiende al capitalismo frente a la democracia se ha hecho con el liderazgo para conducir la crisis de la globalización, interviniendo en áreas claves que están reservadas a los Estados como la inteligencia o la seguridad.

2.- Vuelta a las energías fósiles y a las nucleares

Aunque saben que los desastres no son naturales han optado por negar la crisis ecológica. Son además los grandes consumidores de energía para sus centros de almacenamiento de datos en la nube. Últimamente han firmado contratos de suministro que alcanzan una capacidad total de 2,7 gigawatios, optando por las energías fósiles, incluida la energía nuclear.

“Las grandes tecnológicas están alimentando activamente la crisis climática al permitir que las grandes petroleras y los actores de la desinformación difundan mentiras y socaven la acción por el clima”. Esta es una de las conclusiones del informe de Coalición de Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD, por sus siglas en inglés) que acaba de presentar con motivo de la COP29.

Por lo pronto, la planta de energía nuclear de Palisades (Covert Township, Michigan) volverá a funcionar, después haber sido cerrada. La decisión no tiene precedentes. Nunca antes se había vuelto a poner en funcionamiento un reactor nuclear estadounidense totalmente apagado, camino de su desmantelamiento.

3.- La opción militarista de las grandes tecnológicas

Las grandes tecnológicas a través de capital de riesgo están impulsando una generación de nuevas empresas con orientación militar. Quieren utilizar al Estado como financiador y privatizar todo el sector de la defensa, aeroespacial y la seguridad. Han invertido ya más de 100 mil millones de dólares. Tienen como “sede” El Segundo[2], captando talentos de los campus universitarios a través de hackathon[3]. Están desarrollando proyectos como la automatización de componentes para hardware militar, misiles hipersónicos o nuevos combustibles mediante la síntesis de energía nuclear y la producción de hidrocarburos.

4.- El Aceleracionismo Efectivo

Están promoviendo la pseudofilosofía del “Aceleracionismo Efectivo” (e/acc) que exige que la tecnología avance sin importar el costo, en particular defienden que la inteligencia artificial es una fuerza positiva que puede impulsar un cambio social radical. Katherine Boyle[4] estrenó el término hace dos años en un manifiesto argumentando que EE.UU. estaba en declive, debilitada por grupos de intereses especiales, captura regulatoria e “incentivos estructurales perversos”, en sintonía con el discurso de Trump.

5.- Acumulación de poder

Están controlando los medios de comunicación y las redes sociales, primando a través de los algoritmos la difusión de bulos y mensajes negacionistas en una estrategia de acumulación de poder y de desapoderamiento de la población.

La compra de Twitter por casi 44.000 millones de dólares y su transformación en X por Musk es el ejemplo más notorio, pero no el único. Cuando se hizo con la red social despidió a aproximadamente al 80% de sus trabajadores, unas 5.000 personas. Los equipos contra el acoso, los moderadores, los responsables de ética de los algoritmos, de transparencia o comunicación de la empresa desaparecieron por completo.

Aunque el sesgo manipulador y reaccionario le ha pasado factura porque el valor de X ha caído a la mitad (unos 20.000 millones), Musk confía que el poder que le da la influencia en la Casa Blanca compense esa pérdida de valor.

6.- Las grandes corporaciones tecnológicas toman partido por una salida autoritaria a la crisis

Vivimos tiempos de crisis para el capitalismo como en el periodo de 1914 a 1950 pero esta vez se trata de una crisis de límites a la acumulación de capital y de tendencia decreciente en la tasa de beneficios, de naturaleza objetiva porque el factor clave es la crisis ecológica.

Hay un vacío hegemónico donde las oligarquías carecen de un proyecto para una transición desde una economía basada en los combustibles fósiles a una basada en las energías renovables y en el decrecimiento del consumo de materiales, que conlleva cambios radicales en las relaciones de poder.

En este vacío, las grandes compañías tecnológicas[5] han tomado partido por una salida autoritaria a la crisis apoyando a opciones políticas neofascistas, desde el mismo centro del sistema.

7.- Las consecuencias políticas: la nueva extrema derecha

La reacción defensiva de esta oligarquía pretende no solo que lo “suyo” es lo primero frente a los “otros”, sino que ha construido a un enemigo en base a la diferencia, el de fuera, el desconocido, el extraño, el emigrante, el pobre, convertidos en una amenaza que compite por la escasez de recursos económicos y laborales, tomando la forma política, en muchos casos, de un nacionalismo excluyente que está obteniendo probados éxitos electorales.

Quieren socavar la confianza en la democracia con bulos y desinformación para envenenar a la opinión pública con el mensaje subliminal de que la democracia no es útil y ni siquiera buena; destruir, desde el tablero global, las articulaciones políticas que han ido conquistando y tejiendo las clases populares, en especial las democracias estatales y las construcciones internacionales multilaterales.

8.- El avance de la extrema derecha

El primer aviso de grandes dimensiones fue el Brexit en 2016, seguido precisamente de la primera victoria de Trump ese mismo año, y otros éxitos como los de Meloni en Italia, Wilders en los Países Bajos, de Bolsonaro en Brasil o de Milei en Argentina. En países como España, Francia o Alemania no han alcanzado el poder, pero avanzan con fuerza. También han sufrido derrotas como en los mismos EE.UU. de 2020, Polonia, Brasil, España, Francia o en las elecciones al parlamento europeo, a pesar de hacer crecido su representación sustancialmente.

9.- La opción estratégica por Trump para hacerse con los EE.UU.

La victoria de Trump en las elecciones del 5 de noviembre de 2024 es la culminación del avance de las fuerzas ultras en el mundo. La estrategia de estas oligarquías económicas ha pasado por aprovechar el sesgo plutocrático de la democracia americana y su posición central en el sistema, donde las donaciones, el dinero y sus intereses mueven realmente los resortes de las campañas electorales.

La narrativa de Trump es clara, la democracia no nos sirve para lo que necesitamos. Su discurso supremacista, negacionista, machista, xenófobo y racista ha sido impulsado por las principales grandes tecnológica, que han puesto a su servicio su poder económico y su capacidad de comunicación.

10.- Cambio de estrategia: los oligarcas se pasan a la primera línea política

La oligarquía en las democracias durante el capitalismo siempre ha sido un poder en la sombra que intentaba no ser visible ante la opinión pública. Esto ha cambiado en las elecciones del 5 de noviembre.

Elon Musk, el hombre más rico del mundo, CEO de Tesla y SpaceX, y CTO y presidente ejecutivo de X ha apoyado a Donald Trump, participando en sus mítines y comprando a electores. Ha ofrecido un millón de dólares cada día hasta las elecciones a través de una rifa para los votantes de Trump en los siete estados clave. También ha ofrecido 100 dólares a los votantes que firmaran una petición en apoyo de la primera y la segunda enmienda en Pensilvania.  Jeff Bezos (Amazon), que ha comprado ‘The Washington Post’, ha impido que el periódico pidira el voto por Kamala Harris.

“No creo que esta carrera hubiera estado siquiera pareja si no hubiera sido por lo que Elon Musk está haciendo con Twitter, mostrándole a la gente lo que está pasando”, ha dicho el hijo de Trump.

11.- La desinformación

Los algoritmos no son neutrales en la red, sino que favorecen los bulos y los mensajes de la extrema derecha. Si combinan el miedo con el egoísmo y lo cueces en la irracionalidad guisan un producto electoral que puede ganar pero que nos va a destruir. Han decidido hacer saltar todos los consensos internacionales en torno a la defensa de los derechos humanos.

Ha propagado todo tipo de información falsa. Por ejemplo, han publicado que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) estaba “bloqueando de forma activa” a los ciudadanos que tratan de ayudar a las víctimas de las inundaciones en Carolina del Norte, y que se ha gastado todos sus fondos “ayudando a [inmigrantes] ilegales a entrar en el país”. Les ha dicho a los seguidores de Trump que “serán las últimas elecciones si no salís a votar”.

Ha hecho creer a la ciudadanía sobre todo occidental que los privilegios de la oligarquía son los privilegios de la mayoría, que pueden salvarse en la crisis de la globalización construyendo murallas y negando la realidad. Una parte importante de las clases medias han optado por la ilusión de elegir a los monstruos para defender los privilegios y defenderse de la realidad. Gana una manera de entender la vida en donde los adversarios son enemigos; la realidad una creencia; el Estado un lastre; y la vida una competición descarnada.

Sus laboratorios de ideas, institutos de investigación y gabinetes estratégicos han identificado esas bajas pasiones, representarlas en líderes estrambóticos como Milei o Trump, alimentar los miedos y frustraciones y generar una poderosa maquinaria de creencias, bulos y sentimientos negativos en forma de movilización electoral sin precedentes.

12.- El neofascismo promueve el capitalismo “gore” y anestesia a la opinión pública

El concepto de capitalismo gore, acuñado por Sayak Valencia[6], que hace referencia a la violencia en los espacios fronterizos que la han convertido en un negocio rentable, es extensible a lo que está ocurriendo a nivel planetario: el genocidio palestino, el ataque de Israel al Líbano, un país que actualmente acoge a más de 1,5 millones de refugiados sirios, las políticas migratorias de la UE[7], Trump, la motosierra de Milei, la invasión de Ucrania, la represión contra la mujer en Afganistán o Irán, las matanzas en Sudán[8], las catástrofes climáticas o el aumento de los regímenes dictatoriales y gobiernos autoritarios, rompen las bases mínimas de la moral colectiva.

La ONU registró al menos 33.443 muertes de civiles en conflictos armados en 2023, lo que representa un aumento del 72% en comparación con 2022, y la proporción de mujeres y niños muertos se duplicó y triplicó, respectivamente.

El aumento de las muertes y la violencia se produce en un contexto de creciente y flagrante desprecio del derecho internacional. Si esa crueldad que se extiende por el planeta cualquier cosa puede ser aceptable porque se ha conseguido anestesiar la capacidad moral colectiva y, en consecuencia, la capacidad de respuesta para una salida democrática a la crisis.

CITAS

[1] Según el portal Statista, en lo que va de año, la capitalización bursátil de las 10 primeras compañías tecnológicas es de 17,4 billones de dólares, cifra que supera la suma del PIB de Alemania, Japón, India y Francia juntas, y se aproxima a los 18,5 billones de dólares del PIB de China. Solo Apple tiene un valor de mercado de 3,4 billones de dólares, equivalente al PIB del Reino Unido.

[2] El Segundo (en inglés, City of El Segundo) es una ciudad ubicada en el condado de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Según el censo de 2020, tiene una población de 17.272 habitantes

[3] Encuentro de programadores con el objetivo de crear nuevos sistemas de hardware o software de forma colaborativa.

[4] Katherine Boyle es socia general de Andreessen Horowitz y cofundadora de American Dynamism, que invierte en empresas de los sectores aeroespacial, de defensa, manufacturero, energético, logístico e infraestructura crítica.

[5] Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla, encabezan la lista.

[6] Sayak Valencia. Capitalismo Gore

[7] Reportaje “refugiados encerrados como animales y deportados como criminales con el dinero de la UE”

[8] La devastadora guerra de Sudán no tiene apenas cobertura en los medios a pesar de que además de las atrocidades de esta guerra, la población de Sudán se enfrenta a una de las peores hambrunas de la historia.

 

(*) La imagen corresponde a una obra de Basquiat

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *