EditorialP36. 14-05-2010.
Es posible que la proximidad no nos permita todavía valorar en su justa medida la dimensión histórica de lo que ha ocurrido este miércoles 12 de mayo, el miércoles negro del desarrollismo español.. El anuncio del presidente del gobierno en el congreso de los diputados de la reducción nominal directa del salario de los funcionarios públicos y la congelación de las pensiones da una idea aproximada de la gravedad de la crisis y del estado de bancarrota en que se encuentra la economía española.
Nunca en la historia española reciente se ha tomado una decisión de reducir directamente , y en mitad de curos presupuestario,, loa salarios del funcionariado. El impacto de esta medida en el consumo y en la confianza será brutal, sus repercusiones en el empleo serán también muy considerables. Como consecuencia de estos impactos la demanda de prestaciones públicas (entre ellas el seguro de desempleo) y la reducción de ingresos fiscales no harán sino aumentar el endeudamiento público cuya reducción es el supuesto objetivo de las medidas anunciadas el miércoles pasado. El círculo vicioso está servido y no hay nada en el horizonte que permita pensar que será fácil y pronta la salida del mismo.
El gobierno no ha dejando de equivocarse desde que la crisis comenzó a mostrar los primeros síntomas. Se equivocó cuando no vio venir los riesgos que la burbuja inmobiliaria especulativa comportaba. Se equivocó cuando alentó el crecimiento inmobiliario, el consumo y el endeudamiento privado. Se equivoco con el cheque-bebé y con la devoluciones de los 400 euros , porque las cuotas públicas estaban sobradas. Se equivocó cuando se negó a reconocer la existencia de la crisis. Se equivocó cuando negó sus magnitudes. Se equivoco cuando creyó que a España le afectaría menos: Se equivoco cuando proclamó que el sistema financiero español era el más potente. Se equivoco cuando diseño los planes de reactivación (el famoso plan EÑE). Se equivocó, cuando no quiso tomar medidas de austeridad. Se equivoca cuando plantea este programa injusto e imposible nde reducción de gastos.
En los tiempos de vacas gordas, allá por el 2005 y 2006, cuando las cuentas públicas mostraban superávit históricos, muchos fueron los que advirtieron de que el déficit por cuenta corriente (la deuda privada española) era desorbitado y que en caso de explosión de la burbuja especulativa podría arrastrar a las cuentas públicas a una situación muy difícil. Casi nadie hizo caso de etas advertencias y nadie se atrevió a “retirar el champan a mitad de la fiesta”.
Hay quien se lamenta de la pérdida del control monetario debida a la incorporación española a la zona euro. Creen que devaluando la antigua peseta la salida da la crisis hubiese sido más rápida y menos dolorosa. Olvidan quien así habla de que la crisis española hay que enmarcarla, como la griega, en una crisis sistémica mundial de un alcance y calado hasta ahora desconocidos. No podemos seguir pensando esta crisis con las categorías y los instrumentos del pasado.
Las únicas salidas posibles a esta situación van de la mano de dos conceptos que hoy están secuestrados por la ortodoxia neoliberal pero que llevan en su germen el programa natural de la ecología política: austeridad y eficiencia. Ambos son horizontes que entran de de lleno en abierta contradicción con el modelo extractivo consumista imperante que ni es ni puede ser austera , ni es ni puede ser eficiente. Más bien es todo lo contrario: un enorme y permanente ejercicio de derroche y despilfarro. ¡Austeridad y eficiencia¡. Claro que si, bienvenidas, ya era hora. Pero ¿austeridad de quién? .¿Eficiencia en qué?.
El nuevo consenso conservador que se vislumbra tras las órdenes del FMI, y del que participan desde Zapatero a Rajoy pasando por la CEO; tratará de que la austeridad y la eficiencia se limiten al plano monetario y a las cuentas públicas, en especial al gasto social. Esto supone que los grupos sociales (trabajadoras, mujeres, pensionistas, dependientes, comunidades autónomas más pobres) serán los grandes perjudicados. Este nuevo consenso será así aprovechado para dar una vuelta de tuerca, especialmente violenta, en el desmontaje del raquítico Estado del Bienestar español y en el ahondamiento del desequilibrio territorial.
La forma política de esta interpretación conservadora de la crisis ha de ser la del consenso entre PSOE y PP (más CIU), y al cual están invitados los sindicatos mayoritarios. La radicalidad y magnitud de la crisis no permite disensos en la cúpula y lo esfuerzos sociales serán tan dolorosos e injustos que no pueden ser realizados sino por una gran coalición política, adopte esta la forma que adopte.
Es por esto necesario la articulación de un consenso social y político alternativo que gire sobre cuatro ejes: el cambio del modelo productivo hacia la eficiencia y sostenibilidad ecológica, una profunda reforma política que acabe con el bipartidismo, una reforma fiscal social y ambiental y un pacto de federalización definitiva del Estado español. Sobre estos cuatro programas de reformas es posible redefinir los inevitables horizontes de austeridad y eficiencia en la dirección de la igualdad y la sostenibilidad. Esta es la única dirección posible que permite una cooperación activa de la sociedad civil en compromisos de austeridad que pueden que ser duros pero que son inevitables dada la dimensión y naturaleza de la crisis. El futuro no puede ser ni el derroche repartido, como soñó la izquierda tradicional; ni el crecimiento desigual como plantea la derecha conservadora.
De acuerdo con el editorial. Solo algún comentario. No creo que se vaya a dar un consenso entre al PSOE y el PP para aprobar las medidas de recorte presupuestario que ha ofrecido el gobierno. El PP, como los mercados, sabe que cuando alguien demuestra debilidad hay que ir a por él, cual tiburones que huelen sangre. El PP esta abonado a la teoría de cuanto peor mejor y su meta es que el PSOE pierda todos los procesos electorales en ciernes.
En cuanto a los Sindicatos mayoritarios podrían aceptar algún tipo de acuerdo negociado desde la presión de la calle, movilizando y convocando paros, pero el margen, sguramente, es estrecho. Confío y deseo que los Sindicatos, más las fuerzas de izquierda no comprometidas con el PSOE, sean capaces de articular respuestas en torno a la crisis en orden a lo que se apunta en el Editorial de Paralelo36. Eso sí, hace falta mucho esfuerzo y unidad.
Estoy de acuerdo en el diagnostico de la crisis y en los cuatro ejes en los que se plantea salir de ella, pero hay un par de comentarios que no creo se cumplan, uno de ellos por confianza con la capacidad de analisis y respuesta que desde el mundo trabajador pueden -deben-dar los Sindicatos CC.OO. y UGT fundamentalmente. Estoy seguro que el mundo sindical se suma a las propuestas alternativas que desde los analisis de izquierda se hacen. A fín de cuentas forman parte activa de ella.
Tampoco creo que el PP acepte acuerdos consensuados con el PSOE para «ayudarle» a salir de la crisis.Creo que estan anclados al «cuanto peor mejor» y confian en que van a ganar las próximas elecciones. Actuan, al igual que los «mercados» como tiburones que han olido sangre y hasta que no destrocen todas las posibilidades que tiene el PSOE en remontar la crisis no van a parar.
Solo las minorias nacionalistas pueden aceptar ayudar al PSOE en la actual situacion, lo cual no es suficiente para crear un consenso social de aceptación de las medidas propuestas por el PSOE y ahí el PP se encuentra en su salsa de acoso y derribo del gobierno.
Por tanto habría que facilitar acuerdos entre los sindicatos mayoritarios y los partidos y fuerzas políticas de la izquierda transformadora y el ecologismo político para dar una salida social y alternativa a la crisis actual. Ese sería un consenso a lograr, y atraer a él, si fuera posible, a la militancia y el electorado socialista. Es un reto muy dificil, pero lo otro, el consenso entre las fuerzas mayoritarias del Parlamento con el apoyo sindical sería una catastrofe para la necesaría y posible salida de esta crisis desde la izquierda tal como esta planteado en el editorial de Paralelo36.
No estoy seguro de que el consenso sea posible (tampoco me preocupa)entre el PSOE Y EL PP con el añdido de CIU. El PP juega a cuanto peor mejor y le pasa lo que a los tiburones – a los tiburnes financieros tambien- estan oliendo sangre y van a por la victima hasta terminar con ella a dentelladas. Las elecciones no estan muy lejos y aún así juegan a que se adelanten. Es su momento y no lo van a desperdiciar, les importa muy poco, aunque expresen lo contrario, el sufrimento de los ciudadanos, saben en el fondo que ellos habrian hecho lo mismo antes y mejor -con más dureza- y es preferible que se achicharren los socialistas. En el fondo aquí y en el resto del mundo occidental quienes gobierna son los «mercados», los especuladores financieros, la banca financiera, el FMI, y lo que no hay es consenso entre los que se oponen a este estado de cosas. Pero volviendo al consenso del que se refiere en ese apartado editorial; no creo que los sindicatos acepten el plan de recortes que presenta el Gobierno del PSOE, sería un suicidio ideológico y de clase. Otra cosa es qué medidas piensan adoptar de lucha y reivindicación. Ahí el papel de la convocatoria de una Huelga General tiene que ir precedida de movilizaciones, manifestaciones y reivindicaciones que galvanicen a los trabajadores y funcionarios y que puedan conseguir aliados entre los autonomos y organizaciones agrarias de pequeños agricultores. No es sencillo convocar una Huelga General sin crear previamente las condiciones y sin señalar claramente tambien que ademas de un responsable de los recortes que es el Gobierno, hay otros responsables sin rostro que estan detras de todo este desastre: El Mercado, los Especualdores, el sistema fianciero mundial, …
Logremos el consenso de los danmificados y movamos la palanca del cambio social, de otro modelo como bien expresa el editorial en su último punto.
Creo que lejos de adoptar la medidas propuestas al final del artículo «el cambio del modelo productivo hacia la eficiencia y sostenibilidad ecológica» lo que se produzca es justamente lo contrario: reducción de fondos para las energías sostenibles, huída de empresas de élite en materia eólica o solar a paises que estén dispuestos a hacer inversiones mayores , pérdida de de posiciones respecto a paises más solventes economicamente y finalmente aumento del desempleo en estos campos. LO PRIMERO QUE OLVIDAN LOS GOBIERNOS CUANDO HAY QUE RECORTAR SON LAS CONVICCIONES MEMOS ARRAIGADAS Y DE MENOS RENTABILIDAD POLÍTCA. ¿ no creeis que si la rentabilidad política fuese por estos barrios, los ecologistas estarían sin representación en España? Es por ello por lo que se hace imprescindible que los verdes aumewnten su presencia en los parlamentos; para recordar LO IMPRESCINDIBLE
Excelente, clarísimo, inapelable! gracias por compartir este excelente artículo y, mejor si cabe, esta estupenda revista, gracias Cristóbal!