El coseno de fi

Miguel Ángel Patiño.

 El coseno de fi es la última idea del Gobierno para recortar pagos a las energías de régimen especial, bajo el que operan las renovables como eólicas y fotovoltaicas, y otros sistemas subvencionados, como la cogeneración. Esa fórmula sirve para fijar una serie de compensaciones económicas –compensaciones por energía reactiva (factor de potencia), se llaman técnicamente– que reciben esas instalaciones por cumplir con sus previsiones de vertido de electricidad a la red.

Tramitación
En el sector, denuncian que el Gobierno ha aprovechado la tramitación de la normativa sobre recorte de subvenciones a las renovables para colar, por esa vía técnica y de tapadillo, un recorte extra al dinero que pueden recibir. En Industria, argumentan que el ajuste técnico de la energía reactiva estaba previsto y que, en cualquier caso, ha sido una petición expresa de Red Eléctrica, el gestor de la alta tensión en España, para ordenar el sistema eléctrico.

Las renovables, en cualquier caso, están encendidas. En los últimos días, han vuelto a sacar las uñas contra el Gobierno por la disputa de las subvenciones, una batalla que ya dura casi medio año. Tres meses después de que el Gobierno anunciara varios proyectos normativos para recortar las subvenciones a las renovables y organizar su funcionamiento, el Ejecutivo sigue sin aprobarlos.

El objetivo del Gobierno, teóricamente, era intentar controlar el desenfreno de las subvenciones, que el pasado año superaron los 6.000 millones de euros. Este dinero es un coste para el sistema eléctrico, con el consiguiente impacto en el recibo de la luz.

A comienzos de julio, el Ministerio de Industria, a cuyo frente está Miguel Sebastián, informó que había cerrado acuerdos con las patronales del sector, la Asociación Eólica Empresarial (AEE) y la termosolar, Protermosolar, para revisar las primas a estas tecnologías. Se planteó una reducción del 35% hasta 2013 para las primas de la eólica y ajustes de calendario para las plantas termosolares. El 1 de agosto, además, Industria dio a conocer que había iniciado los trámites para recortar las primas a las fotovoltaicas. Nadie sabe ahora exactamente en qué estado de tramitación se encuentran las normativas. Se supone que deben estar camino del Consejo de Estado.

En el sector de renovables, empiezan a creer que las verdaderas intenciones del Gobierno van mucho más allá del recorte de primas. De lo que se trata es de frenar a todo el sector. De hecho, la incertidumbre regulatoria ha conseguido parar en seco nuevos proyectos. ¿Por qué va a tener prisa el Gobierno en aprobar una normativa sobre reducción de primas si está consiguiendo mucho más con la incertidumbre que supone no aprobarla? Mientras tanto, se van produciendo retoques a los proyectos normativos, como la introducción del recorte de compensaciones por energía reactiva. Las más afectadas por este recorte serán las plantas de cogeneración. En cuanto a las primas propiamente dichas, las más afectadas serán precisamente estas últimas. En este caso, la incertidumbre es aún mayor.

La propuesta de recorte anunciada el 1 de agosto contemplaba fijar en un tope de 25 años el periodo con derecho a percibir prima. Pero ahí no puede quedar todo. El recorte de primas va en paralelo al proceso abierto por Industria para que aquellas instalaciones que han estado cobrando fraudulentamente primas de más, se regularicen.

El periodo para la autoregularización acabó el 6 de octubre. Ahora, Industria está tramitando la documentación de las que se han presentado. No parecen ser muchas. En el sector, se baraja que, como mucho, se hayan autoinculpado de fraude en torno a 50 megavatios, frente a los más de 3.000 que hay.

Industria va a jugar con dos cartas. Si, finalmente, no existe mucha posibilidad de recortar primas limpiando el fraude del sector, se hará una norma de recorte de primas más dura. Es donde entra la posibilidad de introducir topes de horas al año para cobrar primas.

Publicado en el diario Expansión.22/10/2010.