Paralelo 36 Andalucia Espacio de pensamiento y acción política
El artista Santiago Sierra ha rechazado el Premio Nacional de Artes Plásticas y a los 30.000 euros del galardón apelando a su libertad y rechazo al Estado. Reproduzco la carta, dirigida a la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, que hizo pública en el blog «contraindicaciones».
No tiene desperdicio.
Estimada señora González-Sinde,
Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.
Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.
El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.
¡Salud y libertad!
Santiago Sierra
Todos asumimos contradicciones. El producto que realiza un artista lo expone en público para su consideración y reconocimiento, el que sea, utilizando en ocasiones (si no siempre) ambitos o espacios que dependen de instituciones públicas o privadas no exentas de limitaciones éticas por su posible manipulación de cualquier orden, economico o social, es una realidad incuestionable. La emejenación total y absoluta de cualquier dependencia que signifique no ser complice de algo es más que dificil, imposible. Ahora bien, es logico que los límites los ha de poner uno a titulo personal y en algunos es un premio de la administración pública, en este caso el ministerio de cultura. Pues bien es el derecho de cada cual y resulta confortable que en algunos sea ese el limite, pero las consideraciones y justificaciones póliticas son siempre cuestionables. Al igual que uno tiene el derecho de rechazar un premio a su trabajo -creo que el arte es una forma de trabajo- quien lo pretende dar tambien tiene derecho a ejercerlo. Estar en contra del estado como tal sin matices puede servir por igual a una ideología libertaria como parece ser el caso, como para una ideología ultraliberal tipo «tea party». El estado en ocasiones es el único garante de unos minimos de seguridad y reparto social de riqueza, que no por minimos son despreciables. El estado en demasiadas ocasiones es el reflejo de una realidad social e institucional y sus limites los debemos poner los ciudadanos participando de sus decisiones, pero pensar en su anulación marginandonos de él no deja de ser utopico e irreal. El estado puede ser y debe serlo, un instrumento de equilibrio y protección en un mundo desigual e injusto. Puede que en un futuro, no se si improbable, el estado desaparezca cuando exista una sociedad justa de iguales, autorregulada y autogestionada, pero mientras tanto para evitar la discriminación de una sociedad desigual e injusta donde los fuertes tienen más posibilidades de triunfar socialmente sigue siendo, creo yo, un estado democratico y social.
¡Qué bueno…! Aunque siempre queda la duda (…o NO)del motivo último de la renuncia.
OOOLE Y OOOLE CON OLÉ! ENTRE TANTO CANTAMAÑANAS LAMEZURRASPAS DE SUS SEÑORITOS DE MADRIZ SE ECHABA EN FALTA UNA VALENTÍA Y COHERENCIA ASÍ! GRACIAS, COMPAÑERO. LIBERTA PA TOS LOS PUEBLO DE LA TIERRA, VENCEREMO!!!