Facua advirtió que el concepto de ahorro o despilfarro no puede desvincularse del número de residentes de la vivienda. Por ello, consideró que debe avanzarse en la aplicación de tarifas progresivas que penalicen consumos por encima de determinadas cantidades, pero además facturando en función de los habitantes del inmueble. Desde 2010, Sevilla es la única ciudad de las analizadas que cumple este requisito. «No se cobra el mismo precio a una familia de tres miembros que a un usuario que vive solo. Ésa es la vía óptima para facturar», declaró el portavoz de Facua, quien denunció que en muchas ciudades el que una familia esté formada por un matrimonio con tres hijos supone una discriminación respecto a un matrimonio que vive con dos hijos y dos abuelos. «En este último caso no se les considera familia numerosa, no se les bonifica y no se aplica bien el factor de corrección que penaliza por un derroche», explicó Sánchez.
Facua denunció además que entre las 28 ciudades analizadas existen diferencias de hasta el 429% en las tarifas del agua. Valladolid es la ciudad con el importe del suministro de agua más económico para un consumo mensual de 10 metros cúbicos, con un importe de 7,82 euros, tanto para contadores de 13 como de 15 mm. En el otro extremo están los 41,38 euros que se pagan en Alicante si se tiene un medidor de 15 mm. Sevilla es la quinta ciudad con la tarifa del agua más cara en el caso de contadores de 13 mm, 17,76 euros, y la séptima si se tienen en cuenta los de 15 mm, 18,48 euros.
Sánchez afirmó que estas diferencias se deben a la falta de una norma de ámbito nacional que sirva para clarificar el precio del agua, ya que cada ayuntamiento aplica su propio reglamento. «Éste es el único suministro domiciliario que aún no tiene una normativa que regule los derechos y obligaciones de las compañías y los consumidores», dijo el portavoz. Facua también reivindicó que las empresas cuenten obligatoriamente con teléfonos gratuitos y oficinas para la atención a los usuarios.