Llevo varios días dándole vueltas a este texto. Admiro a mis amigos escritores porque lo hacen con tal fluidez, precisión y belleza que parece que escribir es algo sencillo, al alcance de cualquiera. No es así. A mí me cuesta. Es como segregar una resina, o fabricar miel, una tarea laboriosa y compleja.
Quiero escribir unas líneas en homenaje a Blas Infante porque llegan los días «infantianos» de agosto, y quiero escribir de andalucismo porque era su causa y es la mía y quiero, además, llegar al corazón de quien me lea porque las palabras que llegan al corazón, siquiera un instante, son la luz imprescindible para la vida… Quiero demasiadas cosas.
Después de algún intento baldío, me he quedado prendida de la idea que me regaló una amiga: «escribe la razón por la que eres andalucista, la de verdad, no la políticamente correcta». Me gusta la idea. Parece fácil, pero es tan personal, tiene tanto que ver conmigo que deja a la mujer sin traje, a la intemperie en un momento de calor abrasador. Es mostrar los cimientos, las raíces, el rostro del otro lado del espejo.
Pero tal vez por eso, por la dificultad subjetiva añadida a la dificultad objetiva del momento que atraviesa el andalucismo, tal vez sea buena idea hablar en primera persona. Ahora que no está de moda, ahora que algunos quieren que desaparezca, otros quieren un andalucismo manipulable, otros edulcorado y otros quieren solamente la etiqueta, ahora que no tengo nada que perder, ahora es el momento de decir en primera persona por qué soy andalucista.
Soy andalucista porque hace tiempo leí algunas obras de Blas Infante y me «enganchó» con su compromiso, su heterodoxia, su búsqueda constante a contracorriente, su honestidad y su coraje.
Soy andalucista porque aprendí de algunos «andaluces de relámpago» que Andalucía es una razón para ser política, no para estar en política.
Soy andalucista porque creo en la belleza irrenunciable de las utopías, porque no me doy por vencida, porque los fracasos me duelen, pero no me asustan.
Soy andalucista porque soy curiosa e inquieta, porque no me conformo con las explicaciones simples de una realidad compleja; porque me fío más de la duda que de la certeza y vivo intensamente el tiempo de los intentos.
Soy andalucista porque sé que la política o tiene un sentido ético y un compromiso personal con la comunidad o no tiene sentido.
Soy andalucista porque a Andalucía le quedan muchas posibilidades que potenciar en nuestro tiempo y sólo depende de los andaluces hacerlo y quiero estar entre quienes se atrevan.
Soy andalucista porque me gusta rodearme de gente de luz, de gente que no renuncia al «dolor de la lucidez» de gente que con esperanza y con coraje.
Esta son algunas de mis razones de ser andalucista. Por eso pese a que no corren buenos tiempos para el andalucismo, yo no me avergüenzo ni me callo, sé que hay caminos que recorrer, sé que es la semilla de una Andalucía mejor y sé que lo intentaremos de nuevo.
Estimado «Hozé erkarrion», tú comentario es estupendo ¡qué razón llevas! pero quizá te equivoques de marco y de destinatario. «Reorganizarse» es algo que no depende de una sola persona sino de un conjunto. Y los «predicadores» no tienen a sus espaldas una trayectoria de lucha y trabajo constante.
Dices que «tocar los sentimientos es un recurso facilón (…) pero que el andalucismo no está para líricas», pero es que no hay enfermedad más dañina para la política que la deshumanización de la clase política y la incapacidad de los líderes para llegar a las bases…
Con tu permiso introduzco dos citas, la primera de un gran luchador, Ernesto «Che» Gevara:
«El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor.»
La segunda, del Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, describiendo el carácter andaluz en contraposición con el racionalismo europeo:
«Pienso Y SIENTO, luego existo.»
Un Saludo CiberRevolucionario
Amiga y compañera Pilar; al igual que a Blas Infante tenemos que recordarlo los 365 días del año, no tan sólo en una fecha concreta, las razones por las cuáles tu, y la inmensa mayoría de los nacionalistas andaluces, somos andalucistas, debemos de hacerlas llegar al resto de la sociedad de nuestro País, de Andalucía, un día tras otro, constantemente, como la gota que cae y cae hasta llenar el vaso y nunca para; así,todos los días del año, hasta que el pueblo andaluz consiga quitarse de encima la manipulación a la que está sometida por los partidos políticos centralistas, que sólo piensan en la Moncloa y a los que nuestra Nación les importa bien poco, valiéndole, tan sólo, como granero de votos para llegar a Madrid y como Cortijo particular y patio de recreo.
Un abrazo.
VIVA ANDALUCÍA LIBRE!!
Pues muy bien. El tocar los sentimientos siempre funciona, es un recurso yo diría incluso que facilón. Pero luego viene la realidad… no es lo mismo predicar que dar trigo. Y predicadores tenemos en Andalucía muchos, nos faltan los que den trigo.
Hay que reorganizarse, trazar estrategias para llegar al pueblo andaluz, ser creibles… soy un «saborio», porque este hilo sería para otra cosa, pero el andalucismo no está para líricas.
¡Viva Andalucía Libre!
La luz de tu andalucismo, guía a muchos otros en el camino.
El andlaucista activo es como tú, utópico, pero con los pies en el suelo, luchador, inconformista, y sobre todo, no le da miedo dar un paso adelante para despertar esta Andalucía durmiente, guíannos cual princesa de cuento de hadas y dale el beso que la haga despertar de su letargo, causado por la manzana podrida del poder.
Como siempre pecas de modesta, pero no es malo ser modesto, no me lo tomes a mal.
«Soy andalucista porque soy curiosa e inquieta, porque no me conformo con las explicaciones simples de una realidad compleja; porque me fío más de la duda que de la certeza y vivo intensamente el tiempo de los intentos.»
Supongo que cada quien, que lea y relea estas palabras, se identificará con algún párrafo, yo lo hago con este más que con otros.
Por cierto no dejes de alimentar el andalucismo, es tu responsabilidad, y tengo que confesar que para mi es un inmenso placer que lo hagas, sobre todo porque ejerces esa responsabilidad con una sonrisa sincera y ese toque de modestia que te hace tan cercana.
Un fuerte abrazo.
La desilusión de los que amamos la política nos lleva a la incredulidad… Hace un tiempo que no me creo nada, pero ésto me ha llegado, sinceramente. El político que NO hace sentir a la gente que «está cerca» se convierte en parte del atrezzo y deja de ser esa persona a la que admiramos y un día votamos para que luchase por nuestras utopias… Creo que todos los andaluces somos andalucistas en potencia y sólo hace falta tocar el botón adecuado para despertarnos de esa anestesia anti-andalucista que los caciques de la Junta se han trabajado durante tantos años para atontar al pueblo, de otra manera no se entendería lo que los andaluces nos estamos dejando hacer………. Sigue tocando botones, compañera, despertaremos. Salud!!
PD:Oye, qué me ha gustado un montón!!
Un día, me preguntaron por mi andalucismo. Simplemente respondí… Soy andalucista porque soy inconformista.
Gracias Pilar, por tu inconformismo activo.
La Sangre que fue derramada por Blas infante es la luz que moviliza con obediencia a nuestro pueblo Andaluz
Perder es dejar de luchar. Lucha. Luchamos.