Nuestro compañero Mario Ortega se pregunta (nos pregunta) si es posible un Andalucismo ecopolítico. La respuesta es que las organizaciones políticas del andalucismo (PA y PSA) han incorporado en sus definiciones políticas el ecologismo político. Concretamente el Partido Andalucista en su último congreso, el XV celebrado en Bormujos (Sevilla) en junio de 2009, definió al Andalucismo como un nacionalismo renovado, progresista y ecologista, y explicitó que “Incorporamos los referentes actuales del ecologismo político”, afirmando que “Los patrones de producción, distribución y consumo actuales, heredados del tipo de industrialización de alto impacto ambiental, son la prueba más evidente de la inviabilidad del actual sistema capitalista globalizado que ignora los límites del sistema biofísico del planeta. El calentamiento global y el cambio climático, el agotamiento del modelo energético, la carestía de los alimentos básicos y la degradación de los recursos, no sólo ponen en peligro el futuro de la humanidad sino que son un componente oculto de la actual crisis del sistema.
El modelo de desarrollo dominante en Andalucía desde los años sesenta no ha sido sólo una irresponsabilidad sino un ataque sin precedente a nuestra tierra, de consecuencias a veces irreversibles y, en todo caso, muy duraderas. Su práctica política, aunque disfrazada en los últimos años de palabrería demagógica sobre la sostenibilidad, ha producido una catástrofe medio ambiental y territorial, esquilmando el litoral, destruyendo la esencia de nuestras ciudades, amenazando la supervivencia del medio rural, degradando la biodiversidad y contribuyendo a la desertización, la contaminación de ríos o el derroche en el consumo de agua.
La clave del cambio de modelo consiste en integrar los costes medioambientales en la economía. El capital físico es un factor productivo que hay que cualificar y reponer como cualquier otro. Los precios deben decir la verdad ambiental. Dilapidar los recursos naturales y desequilibrar el clima global, no puede seguir siendo gratis. Hay que preparar la transición hacia otro modelo de producción y consumo que respete los límites del metabolismo de la naturaleza, hacia otro modelo de progreso que asegure el presente y el futuro de Andalucía, como contribución a nuestra tierra y a la sostenibilidad del planeta, que garantice la conservación del patrimonio cultural y natural que nos identifica, para que sea disfrutado y valorado por la próximas generaciones, y la calidad de vida que permita la máxima felicidad y bienestar a nuestro Pueblo.”
Rafa, me parece esencial la idea de concectar sostenibilidad con la felicidad y el bienestar del pueblo andaluz, es la ampliación necesaria del concepto de Estado de Bienestar, y del objetivo de la búsqueda colectiva de la felicidad.