Manuela Martínez / A estas alturas, imagino que Rajoy y los suyos no se plantean recuperar los votos de quienes han perdido su empleo y su casa; han sido excluidos del Sistema Nacional de Salud; se han visto forzados a emigrar; han tenido que abandonar sus estudios; cerrar sus negocios; o acudir a la caridad para cubrir sus necesidades básicas… Porque, salvo que el Gobierno se crea sus propias mentiras, deben ser conscientes de que no han gobernado para ellos sino contra ellos. Efectivamente, la suya ha sido una política económica antipersonas, orientada a contentar a los mercados, salvar a los bancos y recuperar la cuenta de resultados de las grandes empresas del IBEX35 y, por el camino, recortar derechos y libertades, individuales y colectivas, devaluando la calidad de nuestra democracia y de nuestras instituciones.
Debe ser por eso que han optado por orientar su caza hacia colectivos afectados por la crisis, pero menos. Quizá han pensando que será fácil convencerlos de que su sacrificio ha merecido la pena, si a cambio les promete una “ofrenda” como muestra de la bondad de su política económica.
Han empezado con la reforma fiscal. Pero, aunque no lo digan, esconde un regalo fiscal a las rentas más altas y a las grandes corporaciones, y en nada beneficia a quienes casi no pagaban IRPF. Y lamentablemente, por más que el ministro Montoro diga que ya nos podemos permitir bajar impuestos, su reforma supone un mazazo al serio problema de ingresos públicos que padece nuestro país, pues, según estimaciones del propio Gobierno, implicará unos 9.000 millones de euros menos de ingresos fiscales.
La pregunta es obvia, si baja la recaudación, ¿cómo se van a restituir derechos? ¿cómo se van a recuperar los recortes sociales de los últimos años?.
Está claro que esta “ofrenda” tiene truco. Vende humo, mientras se desentiende del fraude fiscal y nos aleja aún más de Europa en términos de redistribución de riqueza y equidad, poniendo en serio riesgo la recuperación económica y la cohesión social.
A continuación, han lanzado su globo sonda a funcionarios y pensionistas. Conviene recordar que han sido dos de los colectivos que más directamente han sufrido las medidas de austeridad aprobadas por el gobierno durante los años de crisis. El primer golpe lo recibieron en 2010, con Rodríguez Zapatero en la Moncloa, y los siguientes los han recibido del gobierno de Rajoy, y eso que se comprometió en campaña electoral a reparar la injusticia que con ellos había cometido el anterior gobierno.
Juntos representan unos 12 millones de votos potenciales. Por eso no es de extrañar que sean los destinatarios de las primeras “ofrendas” del gobierno, vía presupuestos 2015, de cara a los próximos procesos electorales. A los funcionarios, que ya han recuperado dos días de libre disposición, pretenden devolverles la paga suprimida en 2012. A los pensionistas, en cambio, quieren volver a engañarlos con el chocolate del loro. Y es que, aprovechando que bajan los precios, pretenden hacerles creer que su pensión sube más de lo que sube, una miseria, un 0,25 por ciento. Se han debido pensar que los pensionistas son tontos. ¡Menudo chasco se va a llevar el Gobierno!
Por cierto, a ver qué se les ocurre para engatusar a los trabajadores precarios y a quienes trabajan en la economía sumergida. Unos y otros no se pueden beneficiar de sus “ofrendas”, antes al contrario, les perjudican.
No pretendo ser aguafiestas, pero presumo que la caza será complicada… A las pruebas me remito.
@Manuela_MJ