Esta cumbre europea de ministros de energía y medio ambiente se celebra en nuestro país, en Andalucía, cuando aún está vivo el fracaso de la cumbre de Copenhague, por ello adquiere una especial importancia como respuesta al mismo, teniendo para nosotros, el Pueblo andaluz, una especial significación simbólica. Esta cumbre debe tomar medidas no sólo contra los efectos del cambio climático sino que tiene que avanzar en la comprensión de sus causas y en articular una estrategia, al menos, contra sus causas más inmediatas.
El medio ambiente no puede ser una política al margen del diseño económico sino que tiene que impregnar la misma estructura económica. En las últimas décadas el expolio del medio ambiente ha sido el mayor de la historia. Dos cuestiones son especialmente graves: el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la ocupación artificial indiscriminada del territorio. En concreto, en nuestro caso, el tipo de modelo económico andaluz, que ha tenido sus principales pilares en el urbanismo salvaje, en el consumismo y en la consideración de los recursos de la naturaleza como ilimitados, ha provocado la destrucción de gran parte de nuestro patrimonio natural.
La integración del medio ambiente en la economía. La defensa y conservación de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas deben ser la columna vertebral del modelo económico mundial. Para ello hay que priorizar la eficiencia, la reutilización y la restauración como valores económicos, medioambientales y culturales básicos.
No es posible seguir reproduciendo un modelo excesivamente consumidor de recursos y energía, generador desproporcionado de desechos, basado en la lógica de un crecimiento cuantitativo y sin límites que no desarrolla una visión integrada y a largo plazo de sus efectos, y que ignora sus impactos hacia el medio ambiente. El crecimiento sin límites, desarrollista e intensivo en consumo de recursos (naturales y económicos) ha tocado techo,
La ciudadanía debe tomar la palabra y rechazar activamente sus consecuencias más palpables: las megalópolis; las ciudades difusas; la velocidad y stress; la contaminación; el ruido; la suciedad; el vandalismo; los megacentros comerciales en la periferia; los edificios cada vez más altos; las calles que se convierten en autopistas; la saturación de coches; la eliminación de espacios públicos; la incomunicación, etc.
Proponemos una estrategia que afronte las causas, al menos más directas del cambio climático, y que se oponga frontalmente al desarrollismo, una estrategia de transición frente al modelo actual, en el horizonte de avanzar hacia una sociedad postindustrial, con una fuerte base de autonomía territorial, basada en la lucha contra el cambio climático, la articulación de una política energética descentralizada de fuentes renovables, la territorialización racional del sistema económico, un urbanismo más humano en el contexto de la modificación radical de las relaciones entre el campo y la ciudad, una nueva concepción de las infraestructuras y en un sistema mundial de contabilidad medioambiental. En concreto proponemos las siguientes dieciséis medidas:
1. Nueva cumbre mundial contra el cambio climático.
Retomar la iniciativa para la convocatoria de una nueva cumbre mundial contra el cambio climático que permita resultados eficientes, vinculantes y equitativos para afrontar con realismo el cambio climático y sus causas.
2. El medio ambiente como derecho europeo para toda la ciudadanía.
El tratado de Lisboa debe incorporar como un derecho público subjetivo exigible directamente ante los tribunales de justicia que las personas tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente sano.
3. Fiscalidad verde europea.
Establecimiento de una fiscalidad europea verde que:
- Incorpore los costes reales medioambientales de reproducción y contaminación a la producción y el consumo mediante la imposición de una tasa a las emisiones contaminantes de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero
- Penalice la especulación financiera
- y permita el retorno de las ayudas a la banca.
4. Reducción de la contaminación atmosférica.
Reducción de la contaminación atmosférica, tanto industrial como urbana, generalmente producida por el tráfico y el control de la contaminación atmosférica.
5. Prohibición de actividades nocivas para el medio ambiente.
Prohibición de las actividades que supongan un balance negativo en la extracción de recursos naturales o en la generación de residuos o sustancias contaminantes. En ningún caso, las actividades económicas deben generar una merma en la calidad del medio ambiente ni en la capacidad del mismo para sustentar a las generaciones presentes y futuras.
6. Política energética europea de transición.
Articulación de una política energética europea que garantice el suministro y que sustituya gradualmente el sistema petrolífero tanto en sus fuentes como en su concepción centralizadora. Propugnamos la autonomía energética municipal y comarcal sobre la base de energías renovables. El fin de la era del petróleo debe dar paso a un modelo descentralizado y a la progresiva sustitución del petróleo por energías limpias.
7. Ahorro energético basado en nuevas pautas de consumo.
El fomento del ahorro y nuevas pautas de consumo basado en la eficiencia y no en el derroche de los recursos. Las personas no pueden estar al servicio de la economía sino la economía al servicio de las personas. El consumismo es una necesidad del sistema que está arrasando con nuestros valores culturales y con el medio ambiente.
8. Territorialización de la producción y el consumo.
Los bienes consumidos deben ser producidos en términos generales en lugares cercanos, comarcales, para minimizar los costes ambientales de transporte y dotar de autonomía real a los territorios.
9. Producir mercancías duraderas.
La producción y el consumo deben ir orientado hacia objetos y mercancías duraderas, útiles, y no desechables y no como ocurre en la actualidad para incentivar artificialmente la producción a costa del derroche de recursos y de la generación de residuos.
10. El reciclaje debe ser una prioridad.
El reciclaje debe constituir una prioridad entre los objetivos que incentiven las Administraciones.
11. Modificar las relaciones campo – ciudad.
Es necesaria una completa modificación de las relaciones entre el campo y la ciudad; defendemos una reforma agraria ligada a una nueva cultura del agua y a la agricultura ecológica, de bajo impacto ambiental y la generalización de huertos ecológicos urbanos.
12. Reforestación y espacios verdes.
Aprobación de una estrategia europea de reforestación y espacios verdes, acuerdo con el programa UNEP de la ONU, basado en la replantación de árboles autóctonos, la creación de parques periurbanos y la recuperación de espacios verdes al uso público.
13. Por un modelo de ciudad compacta.
Defendemos un modelo de ciudad compacta, con límites urbanos precisos, con centros históricos restaurados y peatonales, aparcamientos suficientes, transporte público, con barrios articulados y usos diversificados. El reequilibrio entre naturaleza y municipio, a través del establecimiento de límites a los procesos de extensión de tejido urbano incontrolado; la regeneración urbano-ecológica mediante procesos de rehabilitación con criterios ecológicos; ocupación de viviendas vacías y espacios obsoletos y la recualificación de espacios públicos,
14. Otro modelo de movilidad urbana.
Promover que los centros urbanos de todas las ciudades y pueblos estén “desmotorizados”: libres para peatones, ciclistas y transporte público, restringidos y prohibidos para el coche privado, aparcamientos públicos y zonas de carga y descarga. Debemos optar en las ciudades por los medios de transportes de metros y tranvías, autobuses eléctricos y planificar y poner en marcha la red para la recarga de automóviles eléctricos.
15. Otro modelo de infraestructuras.
Proponemos un modelo equilibrado entre las nuevas necesidades de infraestructura y el consumo injustificado de territorio. Proponemos más gestión, más inteligencia, más atención al mantenimiento y a la calidad de las existentes, al mismo tiempo que defendemos un cambio cualitativo en las prioridades y formas de transporte con un nuevo concepto de movilidad que no perjudique a nuestra calidad de vida ni aumente las emisiones contaminantes. Queremos invertir la proporción del transporte de mercancías entre carretera y ferrocarril; limitar el tráfico pesado en carretera y autopistas y la liberalización de las autopistas.
16. Gestión contable medioambiental.
Un sistema mundial de gestión contable medioambiente para el establecimiento de medidas que impongan a las actividades generadoras de impactos ambientales y paisajísticos la obligación de realizar desembolsos económicos necesarios para el mantenimiento de las condiciones naturales, paisajísticas y de calidad ambiental preexistentes y determinen las ayudas destinadas a las actividades con una incidencia positiva sobre el medio ambiente.