Héctor J. Lagier
Las medidas que el gobierno español va a poner en marcha, presionados por
Alemania fundamentalmente y contempladas dentro de la intervención de hecho
a la que está sometido nuestro estado, van a acabar con la naturaleza
jurídica de las cajas y van a provocar la paulatina privatización de todas
ellas con la entrada de capital, en muchos casos extranjero y en muchos
casos también con intereses meramente especulativos.
Ahora resulta que las cajas son las grandes culpables de la crisis
financiera, sólo sobre ellas recae la responsabilidad de este desastre, como
si los bancos no hubieran financiado a promotores, como si no hubieran dado
préstamos hipotecarios hasta el 120% del valor de tasación del inmueble,
como si no hubieran vendido como churros tarjetas visas revolving ( sí, esas
que no se acaban de pagar nunca y cobran casi un 25% de interés ) … .
Todo el sistema financiero español es culpable, sobre todo de un pecado : La
avaricia; beneficios con crecimientos de dos dígitos año tras año, bonus
millonarios para los directivos, «maletines» al ámparo del boom
inmobiliario….
Mientras esto pasaba los controladores del sistema financiero ¿ qué hacían,
dónde estaban, qué supervisaban?. El Banco de España, ahora el adalid de la
transparencia, ¿ por qué no exigía cuentas claras a las entidades ( lo de
CCM y Cajasur era ya una bomba de relojería antes de que estallara la crisis
), por qué no restringía el crédito desaforado, el endeudamiento suicida de
las entidades ?… : Y los gobiernos del Estado, los de Aznar y los de
Zapatero, ¿ qué hacía para desinflar la burbuja del ladrillo y del
endeudamiento?…, y la Junta de Andalucía, recordemos, con competencias
sobre las cajas autóctonas, ¿ por qué no supervisaba y actuaba ?; por lo
visto eran los directivos de las cajas los que mandaban mientras Chaves
miraba para otro lado y sólo se enzarzaba con la entidad que escapaba
manifiestamente a su control.
Todos son culpables, todos somos culpables, pero claro unos en más
proporción que otros. Es cierto, muchas cajas, la mayoría, han tenido una
dirección poco profesionalizada. No hablo de politización. Las cajas son, o
eran, semipúblicas, por lo tanto es normal que el modelo de negocio
impulsado tuviera un cariz ideológico; su Obra Social, sus inversiones en
sectores económicos estratégicos, su apoyo a las pymes, todo ello tiene un
cariz ideológico que «dirige» el negocio hacia una determinada dirección. El
problema no es la politización, el problema es cuando en los cargos se
«coloca» a personas sin la debida formación o simplemente a corruptos, o se
toman decisiones, presionados por las instituciones fundadoras, que carecen
de analísis serios de una política de riesgos viable y esto afecta a la
propia solvencia de la entidad.
De una primera tacada van a caer la mayoría, sólo algunas aguantaran: La
Caixa, las tres vascas, la aragonesa Ibercaja y la andaluza Unicaja. Por lo
menos una entidad financiera andaluza sobrevivirá en un inicio, aunque no
sabemos si soportará la segunda o tercera ronda de fusiones, su volumen es
demasiado pequeño para caminar en solitario. El gran proyecto de una macro
entidad andaluza que compitiera con las domiciliadas en Madrid y Barcelona
se fué al traste, los sucesivos gobiernos del PSOE en nuestra comunidad han
sido incapaces de convencer a propios y extraños y de romper las barreras
que han obstaculizado el proyecto; los localismos absurdos, las cuotas de
poder, los personalismos, los reductos mezquinos para los elefantes del
régimen, han sido más potentes que la convicción de la Junta en su idea. El
ejemplo más palpable de la falta de capacidad política y de influencia ha
sido su propia ineficacia para dejar que Cajasur cayera en manos de un caja
vasca, a cambio del apoyo del PNV para el débil gobierno Zapatero. El máximo
monumento a la ineptitud y al fracaso.
Se acaba un modelo y se va a vender a precio de saldo. Miles de trabajadores
de las cajas van a perder sus empleos, muchos ya se están viendo afectados;
la competencia será menor por lo que los precios ( comisiones,diferenciales)
subirán, el crédito seguirá restringido mientras no se salga de la crisis,
las obras sociales se reducirán, y lo más importante, se habrá perdido la
oportunidad para demostrar que se puede hacer una banca más comprometida
socialmente, una banca con corazón progresista y más enraizada en su
entorno. Y Andalucía, como muchas otras veces, se quedará fuera de juego,
viendo como las decisiones económicas de calado se toman fuera de sus
«fronteras».
Comparto el artículo en su totalidad. Y hago incapié en la pérdida tan absurda, en favor de los especuladores, de unas instituciones que bien gestionadas y bien supervisadas siempre podrían haber sido una solución a situaciones y problemas a los que no llega la mano del estado. ¿Será consciente «El Estado» de que lo que las Cajas no hagan ahora lo deberá asumir él?: La Obra Social con toda su extensión, que no es poca, los servicios prestados gratis a todas las administraciones, los cientos de oficinas que sólo daban servicio a personas que quedarán desatendidas financieramente…..Como muchas otras veces pagarán los que no crearon el problema, aunque se imbulleran en él como el que más. Es gracioso ver cómo los mismos que no tuvieron problema en dar y dar más y más créditos (los mercados) dando, así, cuerda y más cuerda, ahora que nos ven ahorcados, NOS OFRECEN su ayuda para «invertir» y salvar nuestras entidades. Es decir para ESPECULAR NUEVAMENTE y comprar barato, tras la reestructuración que ellos mismos piden, y vender nuevamente, eso sí ganando mucho….y ¡hasta otra!. (Sra. Merkel y todos los demás).
Da gusto leer a personas que analizar con tanta claridad como usted.
Un saludo.