Alaa al-Aswany es uno de los principales escritores egipcios actuales. Nacido en 1957 ejerce la profesión de dentista en El Cairo. Ha contribuido regularmente con sus escritos en los periódicos de la oposición egipcia, y se sitúa cercano a los intelectuales de izquierda, en particular de Sonallah Ibrahim. Se declara independiente de partidos políticos, aunque en la práctica ha sido uno de los miembros fundadores del movimiento de oposición Kifaya(Basta), que reclama unas elecciones presidenciales realmente libres.
El pasado jueves, 3 de febrero, hacía unas declaraciones en El Mundo donde advertía del peligro de los ‘últimos coletazos’ de la era Mubarak. Alaa Al Aswany explica que el general que describe Gabriel García Márquez en su libro ‘Otoño del patriarca’, tiene mucho de Hosni Mubarak: “Los dictadores actúan de la misma manera ante las revoluciones», dice. «Primero niegan que algo así esté sucediendo. Después acusan a los extranjeros de promover la revuelta. Más tarde empiezan a adoptar medidas que llegan demasiado tarde. Pero los últimos días son los más peligrosos».
“Llevaba años diciendo que la sociedad egipcia se encontraba en un estado prerrevolucionario», apunta. Por ello, considera que las protestas contra el régimen de Mubarak que están sacudiendo el país estos días son claramente una revolución: «Los jóvenes quieren acabar con el sistema tanto a nível político, como social o cultural».
El escritor no acepta el relevo del dirigente y pide que «se le lleve ante la justicia para responder por todos los crímenes que ha cometido». Y afirma tajantemente: «La revolución tenía que haber terminado ya, pero Mubarak se mantiene en el poder gracias al apoyo de Israel y EEUU«.
Igualmente el paso 30 de enero el diario El País, publicaba un artículo tutulado “La batalla de Egipto continúa” en el que expresaba su admiración por los manifestantes:
“Qué admirables me parecen los jóvenes manifestantes ante los que hablé el otro día, esos egipcios unidos contra las injusticias y que comparten una ira que nadie va a poder dominar. El martes fue para mí un día inolvidable. Me uní a los manifestantes en El Cairo, junto con los cientos de miles de personas que, en todo Egipto, salieron a la calle para exigir libertades y enfrentarse a la terrible violencia policial. El régimen posee un aparato de seguridad con 1.500.000 de soldados e invierte millones en entrenarlos para una tarea: reprimir al pueblo egipcio.”
El escritor del “edificio Yacobián y de ‘Chicago’, resalta la relación con las protestas de Túnez pero taimen la autonomía de éstas:
“Si bien en Egipto ya había llamamientos públicos pidiendo reformas mucho antes de los disturbios de Túnez, es evidente que los acontecimientos en dicho país sirvieron de inspiración. La gente empezó a ver con claridad que el aparato de seguridad no podía proteger a un dictador eternamente. Y teníamos más motivos que nuestros homólogos tunecinos para protestar, puesto que en Egipto hay más gente que vive en la pobreza y estamos sujetos a un gobernante que lleva más tiempo sujetando las riendas del poder. En un momento dado, el miedo empujó a Ben Ali a huir de Túnez. Es posible que nosotros obtengamos un éxito similar; algunos manifestantes de El Cairo copiaron el lema en francés que se había oído en Túnez, «Dégage, Mubarak».
Y termina contando una historia:
“Un joven manifestante me contó que, cuando corría para huir de la policía el martes, entró en un edificio y llamó a un piso cualquiera. Eran las cuatro de la mañana. Le abrió la puerta un hombre de 60 años, con el miedo visible en el rostro. El manifestante pidió al hombre que le escondiera de la policía. El hombre le pidió que le enseñara su documento de identidad y le invitó a entrar, e incluso despertó a una de sus tres hijas para que le preparase algo de comer. Se sentaron a comer y beber té y acabaron charlando como viejos amigos. Por la mañana, cuando se había alejado el peligro de que detuvieran al joven manifestante, el hombre le acompañó a la calle, le buscó un taxi y le ofreció un poco de dinero. El joven se negó y le dio las gracias. Mientras se daban un abrazo, el hombre le dijo: «Soy yo quien debería darte a ti las gracias por defendernos a mí, a mis hijas y a todos los egipcios«.
Alaa al Aswany (El Cairo, 1957) es uno de los intelectuales árabes de mayor prestigio en el mundo. Dentista de formación, Alaa al Aswany es un incansable activista de los derechos humanos y opositor al régimen político de Hosni Mubarak. Tanto en sus mordaces artículos periodísticos como en sus exitosas obras de ficción, Alaa al Aswany no se cansa de denunciar la corrupción, la hipocresía y la injusticia que asolan a la sociedad egipcia. Sus novelas, pero sobre todo El edificio Yacobián han tenido gran éxito comercial tanto en los países árabes como en Europa.
Su novela El edificio Yacobián , publicado en 2002, se convirtió en un verdadero fenómeno editorial en el mundo árabe, y fue rápidamente traducido a una veintena de lenguas, además de adaptarse al cine y a la televisión. Describe la bulliciosa vida de un edificio otrora grandioso del centro histórico de El Cairo, donde los habitantes hacen frente a la corrupción opresora del régimen y el ascenso de la presión islamista El libro encadena con una segunda novela de al-Aswani, Chicago, publicada en 2006 y que describe la vida de los estudiantes árabes en los Estados Unidos después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Este libro se convertiría también en un éxito de ventas.
En el año 2006 “El edificio Yacobián “ fue llevada al cine por el director Marwan Hamed (The Yacoubian Building).
Quisiera contactar por email con Alaa Al Aswany para pedrile me envíe por favor una fotografía y para pedirle y animarle a que siga escribiendo tan magníficos libros como El Edificio Yacobian y Chicago. ¿Como puedo conseguir alguno de sus artículos periodisticos? Gracias.
Hermano Alaa al-Aswany, aprovechando que hay viento de poniente, te envío este mensaje dentro de una botella y la lanzo al mar, ojalá que las corrientes propicias lo conduzcan a buen puerto, hasta vuestras costas también mediterráneas y lo lean vuestros héroes revolucionarios, ejemplo hoy del mundo.
Veréis, por aquí siguen con las mismas monsergas de siempre, tratando de engañarnos con la misma propaganda reformista de un régimen no menos cleptócrata que el vuestro y con idéntica falta de respeto a la Democracia,
Ni siquiera se plantean como algo urgente reformar la proporcionalidad de votos que hacen falta (más que en madriz, por ejemplo) para que cualquier Partido minoritario -fuera del rampante clerical-$ociata que nos coloniza-, pueda tener una mínima posibilidad de tener represantación parlamentaria autonómica. Impuesta la norma, hecha la trampa.
Es más, no consideran ni siquiera una prioridad que los andaluces deportados hace cuatrocientos años, de nuestros mismos apellidos, puedan retornar a la patria de sus antepasados. No existe en anales humanos conocidos la expresión de un odio racista y genocida así. Sin embargo, a los sefardíes sí se les concedió ese Derecho al Retorno, a pesar de que su exilio fue más un siglo antes que el de los moriscos andaluces.
Por favor, Pueblo hermano egipcio, no creáis a todos estos farsantes que van de «demócratas» y se siguen arrodillando ante el colonialismo nacionalista español, el cual ha cedido encima su soberanía a un estado extranjero, el romano-vaticano.
No miradles ni a la cara, por favor, hermanos de El Cairo, salvo muy pocos la mayoría son traidores al Pueblo andaluz que les vio nacer y carecen de el menor escrúpulo para ver en su tierra una miseria creciente, sin manifestarse a diario exigiendo que se tomen medidas en una situación de depauperización insostenible.
Gracias por vuestra solidaridad, aún de corazón. Vosotros tenéis por entero la nuestra por formar parte del mismo anhelo de Libertad y de Justicia.
VIVA AL-ANDALUSIA Y EGIPTO LIBRES DE CAFRES E HIPOCRITAS!!! LIBERTAD PA TOS LOS PUEBLOS DE LA TIERRA!!! VENCEREMOS!!!